Capítulo 7

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Al llegar al colegio con Chris, aún me siento abrumado por la intensidad de las emociones que me embargan. Verlo caminar con determinación hacia su salón de clases, tan valiente y fuerte a pesar de todo lo que ha pasado, me llena de un orgullo inmenso y, al mismo tiempo, de una profunda preocupación. Pero sé que debo mantenerme fuerte por él, así que reúno todas mis fuerzas y le doy un beso en la frente antes de verlo entrar.

De regreso en la estación, llego tarde para mi turno y me disculpo con Bobby, quien me recibe con una mirada comprensiva pero preocupada.

—Lo siento, Bobby —digo apresuradamente—. Hubo algunos contratiempos esta mañana, pero Chris está bien y en el colegio ahora.

Bobby asiente con gesto comprensivo, pero su expresión refleja una mezcla de preocupación y advertencia.

—Entiendo, Buck, pero no puedes seguir así. No puedes cargar con toda esa responsabilidad tú solo, o acabarás agotado. Necesitas cuidarte también.

Sus palabras me golpean como un recordatorio de la fragilidad de mi situación. Sé que tiene razón, que no puedo seguir adelante sin apoyo, pero mi mente sigue ocupada por la preocupación por Eddie y por Chris.

—Lo sé, Bobby —respondo sinceramente—. Pero es solo hasta que Eddie despierte, y además Carla llegará pronto para ayudar con Chris. No quiero sacar excusas, pero necesito que entiendas que esto es temporal.

Bobby suspira, visiblemente preocupado por mi bienestar, pero asiente en silencio, reconociendo que no hay mucho más que pueda hacer para convencerme de lo contrario. Sin embargo, sé que sus palabras resonarán en mi mente mientras continúo lidiando con la carga de cuidar de Chris y esperar el regreso de Eddie.

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Chris me mira con ojos llenos de esperanza mientras pregunta si podemos ir a ver a su papá. Me duele tener que negarle esa petición, pero sé que es lo mejor por ahora.

—Lo siento, Chris —digo con un nudo en la garganta—. No podemos ir en este momento. Mañana temprano iremos a verlo, ¿de acuerdo?

Chris asiente con tristeza, pero comprende. Lo llevo a su habitación y lo ayudo a acostarse, asegurándome de que esté cómodo y tranquilo antes de salir. Pasar por la habitación de Eddie es como abrir una herida fresca. Ver su cama vacía y desordenada me recuerda lo mucho que lo extraño, lo mucho que deseo que esté aquí con nosotros.

Decido tomar algo de ropa de su armario para sentirlo un poco más cerca. La mía se quemó en el incendio y no tengo muchas opciones. Mientras lo hago, las lágrimas comienzan a fluir sin control. Una vez bajo la ducha, el agua caliente mezclada con mis lágrimas parece llevarse un poco del peso que siento en el pecho, pero la sensación de pérdida sigue siendo abrumadora.

Después de un largo rato, salgo de la ducha y me acuesto en el sofá, incapaz de enfrentar la cama vacía de Eddie. Decido enviarle un mensaje a Tommy, buscando algo de consuelo en sus palabras. Su respuesta es reconfortante, aunque sé que las cosas no se resolverán tan fácilmente.

Me despierto al sentir una mano moviéndome suavemente del hombro, Carla está aquí informándome que Chris ya está listo para ir al hospital y que hizo desayuno para los dos. Agradezco internamente a Carla por toda su ayuda con los papeles del colegio de Chris y los trámites en el hospital para Eddie. Es un alivio tener a alguien en quien confiar en estos momentos difíciles.

—Gracias, Carla — le digo sinceramente mientras me levanto y me preparo para el día —. Chris y yo te lo agradecemos mucho.

Ella asiente con una sonrisa comprensiva antes de añadir otra noticia.

— También quería informarte que los padres de Eddie llegarán esta noche. Se ofrecieron a venir y ayudar en lo que sea necesario.

Me siento agradecido por el gesto de los padres de Eddie. Aunque no los conozco muy bien, y sé que su relación ha sido compleja, estoy seguro de que su presencia será reconfortante tanto para Eddie como para Chris.

Chris y yo estamos de pie junto a la cama de Eddie en el hospital. Miro hacia abajo y veo a Chris, sus ojos reflejan la tristeza y la preocupación que también siento. Le doy un apretón de manos, tratando de transmitirle fuerza y apoyo.

— Hey, papá —comienza Chris con una voz temblorosa. — Te extrañamos mucho. Buck ha estado cuidando muy bien de mí, pero ambos te necesitamos aquí en casa.

Sus palabras golpean mi corazón con fuerza. Sé exactamente cómo se siente Chris, porque yo también necesito a Eddie de vuelta. Pero más allá de nuestra necesidad, sé que Eddie es fundamental en nuestras vidas.

Mientras Chris continúa hablando, su voz se vuelve más suave y melancólica. Cierro los ojos por un momento, sintiendo el peso de las palabras de Chris. Son recuerdos compartidos que nos unen a los tres, momentos de felicidad y calidez que ahora parecen distantes en medio de esta fría realidad hospitalaria.

—Eddie, sé que eres fuerte — digo con voz firme pero llena de emoción contenida. —Necesitamos que vuelvas. Chris y yo te necesitamos en casa. Eres nuestro pilar, nuestro apoyo.

Es difícil mantener la compostura mientras hablo. Las palabras salen entrecortadas, ahogadas por la preocupación y la tristeza que siento. Pero sé que debo ser fuerte por Chris, por Eddie y por mí mismo.

— Por favor, despierta pronto, amigo — añado, con un nudo en la garganta. Es un ruego, una súplica silenciosa al universo para que devuelva a Eddie a nuestro lado.

Buddie | Estaré aquí, esperando... hasta que tú me amesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora