Hasta que tú me ames.

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En cada sesión de terapia, el terapeuta me sorprendía con sus elogios sobre mis avances. No podía evitar sentirme agradecido por el progreso que había logrado, pero también sabía que no lo habría logrado sin Buck a mi lado. Le confesé al terapeuta cómo el amor y el apoyo de Buck habían sido fundamentales en mi proceso de curación.

— Realmente no puedo creer lo mucho que he mejorado — compartí con el terapeuta — Buck ha estado a mi lado en cada paso. No sé qué haría sin él.

El terapeuta escuchó atentamente mis palabras, reconociendo la influencia positiva que la presencia de Buck tenía en mi bienestar emocional. Era como si su amor fuera una luz que iluminaba incluso los rincones más oscuros de mi mente. Juntos, estábamos enfrentando mis demonios internos, encontrando consuelo y fuerza en nuestro vínculo. Con Buck a mi lado, sabía que podía superar cualquier obstáculo

Estar en la estación, frente a Bobby, con el corazón latiendo con fuerza, era como estar en el centro de un huracán emocional. Necesitaba su consejo, su aprobación, casi como si estuviera buscando la bendición de un padre. Cuando por fin reuní el coraje para hablar, mis palabras salieron entre un mar de nervios y emoción.

— Bobby, necesito hablarte de algo importante — comencé, sintiendo cómo las palabras se formaban con un nudo en la garganta.

Bobby me miró con atención, sus ojos transmitiendo esa calma que siempre parecía tener en medio del caos de la estación.

— Adelante, Eddie. Estoy aquí para escucharte — respondió, su voz resonando con tranquilidad — Respiré hondo antes de continuar, queriendo expresar mis sentimientos de la manera más clara posible.

— Quiero pedirle a Buck que se case conmigo — confesé, dejando que mis emociones fluyeran libremente — Es el amor de mi vida, y quiero pasar el resto de mis días junto a él.

La sonrisa de Bobby se ensanchó, inundando el ambiente con una calidez reconfortante — Eso es maravilloso, Eddie — dijo con sinceridad —Buck es un hombre increíble, y ustedes dos se merecen toda la felicidad del mundo.

Sus palabras fueron como un bálsamo para mi alma, aliviando mis preocupaciones y dándome el impulso que necesitaba para seguir adelante.

— Gracias, Bobby — le dije con gratitud — Tu apoyo significa mucho para nosotros.

— Pero no entiendo porque me lo dices a mí.

— Sé que Buck te ve como a un padre y tú también lo quieres, créeme es importante para mí tu aprobación.

Bobby asintió con una expresión llena de orgullo. — Estoy muy orgulloso de ustedes — dijo con una sonrisa — Si necesitas algo, aquí estaré.

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La emoción palpitaba en mi pecho mientras preparaba cada detalle para esta noche tan especial. Invitar a nuestros amigos más cercanos, los miembros de la 118, era una parte crucial de mi plan. Quería que este momento fuera compartido con aquellos que significaban tanto para nosotros, aquellos que habían sido testigos de nuestra historia y habían estado a nuestro lado en los buenos y malos momentos.

El restaurante elegido era uno de los mejores de Los Ángeles, un lugar elegante y sofisticado que añadiría un toque de magia a la velada. Mientras esperábamos ser llamados a nuestra mesa, apenas podía contener mi nerviosismo. Sabía que cada segundo que pasaba nos acercaba más al momento en que le pediría a Buck que fuera mi esposo, y la anticipación era casi abrumadora.

Finalmente, llegó el momento de sentarnos a cenar. Mientras compartíamos risas y conversaciones animadas con nuestros amigos, mi corazón latía con fuerza, ansioso por lo que estaba por venir. Cuando simulamos la emergencia y Buck, como siempre, saltó al rescate, mi respiración se detuvo por un momento mientras lo veía en acción.

Buddie | Estaré aquí, esperando... hasta que tú me amesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora