Frunció los labios, intentando decir algo. Sin embargo, cuando Seo-won se puso firme en su decisión, el secretario Bae pareció sentir intuitivamente que la persuasión no funcionaría y habló con voz llena de resignación.
- "Bueno... Está bien, se lo transmitiré al Director General"
- "Lo siento."
- "Realmente lamento haber acudido así de manera tan grosera. Dejaré el contrato y la tarjeta de contacto, por si acaso. Si cambias de opinión, comunícate conmigo en cualquier momento"
- "... Está bien"
El secretario Bae parecía pensar que no importaba cuán dura fuera su decisión, podría cambiar de opinión si veía el contrato, por lo que lo colocó sobre la mesa junto a una de sus tarjetas de presentación.
El secretario Bae miró a Seo-won con los ojos llenos de arrepentimiento persistente y luego se levantó de su asiento.
Seo-won lo despidió en la puerta principal y regresó a casa. Estaba agotado solo de tratar con la gente, así que se sentó en el sofá y el sobre que el Secretario Bae había dejado encima de la mesa llamó su atención.
- "... ¿Por qué me haces temblar?"
Seo-won se llevó la mano a la frente y murmuró.
Sabía que lo que Do-kyeom estaba buscando era su cuerpo. Sin embargo, Seo-won estaba un poco conmocionado por la noticia de que lo buscaba. Sólo cuando recordó que tenía que mantener a su hijo en secreto pudo controlarse.
Cuando lo convenció de que había encontrado a alguien a quien amaba y que ya no podía ser su pareja, rápidamente aceptó. Después de estar junto a él durante cinco años, pensó que le preguntaría por qué actuaba así de pronto y de qué tipo de persona se había enamorado, pero eso había sido todo.
Entonces ¿por qué de repente... Me estás buscando?
¿Por qué había echado a todos los demás omegas diciendo que simplemente no le agradaban?
No pudo entender nada de lo que había pasado mientras él ya no estaba.
* * *
- "... Joven maestro"
- "Hola"
Debí haberme mudado de inmediato el día en que vino de visita el secretario Bae
Había pasado una semana desde que el secretario Bae fue a visitarlo, dejando atrás muchos arrepentimientos. El rostro que había visto muchas veces en sus sueños apareció ante sus ojos.
Era el verdadero Seo Do-kyeom.
Al igual que lo hizo antes el secretario Bae, apareció con vestimenta y un rostro que no encajaba en absoluto con esta ciudad. La diferencia entre los dos era que el Secretario Bae parecía un guardaespaldas o un gángster, mientras que Do-kyeom parecía un joven líder empresarial.
Do-kyeom también era alto, alcanzaba los 190 cm y tenía un cuerpo sólido y robusto, pero su postura erguida y cada acción desprendían una sensación de elegancia, dando la sensación de que estaba en un lugar diferente. ¿Cómo es posible crear semejante atmósfera incluso en este rincón del campo?
No sabía qué hacer cuando él llegó al frente de la casa, así que se quedó en silencio, pero Do-kyeom echó un vistazo rápido al exterior de la casa y dijo.
- "¿Vas a dejarme esperando de pie aquí afuera?"
Parecía haberle molestado que lo hicieran pararse frente a la puerta en lugar de dejarlo entrar de inmediato.
