- "¿Ya lo has solucionado?"
- "..."
Había pasado exactamente una semana desde ese día. Do-kyeom regresó a la casa de Seo-won como si hubiera hecho una promesa.
¿Debería haberme mudado? Do-kyeom le había declarado una guerra, dándole sólo una semana, pero jamás imaginó que pondría un pie en el campo dos veces.
¿Por qué diablos haces esto? Odiaba perder el tiempo más que cualquier cosa en la vida. Le tomaría cinco horas como mínimo para llegar desde Seúl a este pueblo. ¿Por qué un hombre cuyo tiempo es más valioso que el oro, lo pierde viniendo aquí? Era algo tan inusual que Seo-won se preguntaba si sería alguien más llevando una máscara con el rostro de Do-kyeom.
¿Cuántas veces tengo que decir esto para que lo entiendas? Decidir dejar de ser tu pareja no fue sólo un capricho... Seo-won cerró los ojos y le habló con voz débil, como si estuviera suspirando.
- "Te dije claramente que venir aquí no cambiaría nada"
- "¿Aún no te has decidido aunque ni siquiera te has visto con él?"
- "... Por favor, deja de enviar gente a que investigue mi vida"
- "Bueno, debiste haber regresado antes de que comenzara a investigar"
- "..."
¿Por qué hay tantas banderas rojas...? Sabía que era descarado, pero no pensé que lo sería tanto.
¿No es Do-kyeom un hombre bueno en su trabajo? Normalmente no negociaría así. Tal vez todavía lo trataba como a un subordinado porque había estado junto a él por mucho tiempo. Seo-won también lo trató con respeto, como si fuera aún su jóven maestro.
Seo-won miró a Do-kyeom, sintiéndose frustrado. Estaba sentado en el sofá de la casa de Seo-won con naturalidad. Iba a echarlo cuando estaban en la puerta principal, pero cuando recobró el sentido, ya estaba dentro. Fue su culpa.
- "... De todos modos, ¿puedes irte ahora?"
- "No quiero irme"
- "Te denunciaré por allanamiento de morada"
- "Hazlo, a ver si funciona"
- "..."
Do-kyeom cruzó las piernas con arrogancia como pidiéndole que lo intentara. Sabía que no era del tipo de persona que lo denunciaría.
Su actitud era tan arrogante que Seo-won quiso ignorarlo. Pero antes de darse cuenta, sus ojos vieron unas largas piernas dobladas una sobre la otra.
Era alto, medía 190 cm y tenía buenas proporciones, por lo que la forma en que cruzaba las piernas era tan genial como la de un modelo. No sólo eran sus largas piernas, sino que sus muslos firmes y apretados también estaban llenos de músculos, lo que llamó aún más la atención de Seo-won.
No puedo creer que esté admirando sus largas piernas cuando en realidad tengo que ahuyentarlo. Estaba resentido consigo mismo por ser fiel a sus deseos. Seo-won apartó la energía negativa que llenaba su cabeza y trató de parecer frío.
- "Maestro... Incluso si esta fuera tu casa, no hay nada que puedas hacer".
- "Necesito saber qué tan bien estás viviendo aquí como para que puedas ignorar mis condiciones de esa manera"
- "¿No sabes ya la mayoría de las cosas sobre mí investigando mis antecedentes? ¿Crees que me vendría así al campo si no viviera bien?"