De vuelta

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— Las veces que quieras.

Contesté con una sonrisa boba, acercándome para darle un besito rápido en los labios, no cansandome de sentir los suyos y la sensación tan cálida que me transmitía.

El sonido de una llamada entrante, nos hizo salir de nuestra burbuja de amor, viéndonos entre nosotros para saber de cuál teléfono venía, dándonos cuenta que era del mío.

— ¿Diga?

Pregunté al contestar, ya que no había visto quién me llamaba.

— ¿Dónde mierdas estás? Vine de sorpresa de visita a tu casa, estoy tocando el timbre como un poseso.

Me va matar, no le dije a Vinnie sobre lo que sucedió entre GunWook y yo, solo se lo mencioné a Matthew al vernos más seguido. Soy el peor mejor amigo.

— Estoy con GunWook... Prometo contarte con lujo de detalles todo, ¿si? Hasta luego.

— ¿Qué? ¡Kim Tae-

Antes de que su comportamiento se volviera más explosivo, colgué deprisa para no escuchar sus maldiciones.

Dejé escapar un suspiro pesado mientras colocaba el móvil encima de una mesita de noche.

— Creo que los masajes en el spa te vendrán de perlas.

Mencionó él riendo, y yo hice un puchero a la vez que asentía varias veces la cabeza.

— No sabes cuánto.

[•° 🐥🐻 °•]

Qué maravilla del señor son los santas manos de la persona que me proporcionaba los toques en la espalda.

Quiero un masajista profesional a domicilio todas las semanas, por favor.

A pesar de que en algunos momentos me dolía a causa de la fuerza y de mis músculos atrofiados, lo agradecía millones.

Los treinta minutos que duró esa bienvenida al cielo, fue un gran regalo de los dioses de todas las religiones, y eso que yo no era religioso.

Se terminó el masaje, siendo este lo último que entraba en el pack a parte de unos baños en termas tanto frías y calientes, y poder entrar en una sauna, cosas anteriores que hicimos. Nosotros lo disfrutamos como unos niños pequeños, habiendo sido una de pocas veces para ambos en este tipo de situaciones.

— Me siento renovado.

— Yo también. Qué buena idea ha sido venir.

La tarde ya estaba llegando a su fin, así que teníamos que regresar a nuestras casas tras la cita, y por eso ahora volvíamos de vuelta al auto de GunWook.

En esa hora y media de regreso, mis ojos se iban cayendo junto a mi cabeza a causa del ajetreo de hoy, para finalmente acabar durmiendo en el asiento la mayoría del trayecto.

Una vez delante de mi bloque de apartamentos, noté en el hombro unos zarandeos suaves que me despertaron mientras soltaba algunos sonidos.

— ¿Hyung...?

Mi voz adormilada se hizo presente, parpadeando de seguido para recobrar al completo la vista.

— Estamos en frente de donde vives, precioso.

Acarició mi mejilla de una forma en la que quería dormirme de nuevas, pero me contuve intentando no caer en ellas.

— Muchas gracias por traerme entonces, mañana nos veremos en clase.

Le sonreí feliz, y recibí un beso de escasos segundos de su parte en el que le sentí sonreír.

— Ten buena noche, sueña con los angelitos, Rae.

— Igualmente, Wokkie.

Y así, dió por finalizada nuestra primera cita no oficial, dejándome un muy buen recuerdo y bonitos sentimientos que nunca olvidaría.

En la cama después de haberme quitado la ropa y el maquillaje, miraba en el móvil unas fotos estilo selfie que nos hicimos en el parque natural; salíamos radiantes.

Suspiros ligeros llenos de amor, no cesaban de salir por mi boca. Si es que me tenía embobado.

Como si el destino supiera que estaba pensando en él, me llegó un mensaje suyo.

GunWookkie 💌

Me voy a dormir ya, descansa lo suficiente para mañana ♡

En el colchón comencé a chillar y moverme de la emoción, dando gracias a que mis padres se encontraban de viaje de trabajo para no asustarles.

Está bien, lo haré por ti, pero tú lo tienes que hacer por mí también ♡

Aún era precipitado decirle un 'te amo', pero mi necesidad de decírselo era realmente alta. De momento me conformaba con los te quiero, siendo una versión baja de lo otro.

Bueno, mañana sería el inicio de una nueva semana, la cual ansiaba para ver qué cosas traería a mi vida que comenzaba a cambiar en el ámbito amoroso.


Autoescuela #GunRaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora