Supongo que lo primero que tendría que hacer es disculparme, ya que esta aventura no toma lugar el 31 de octubre, sino que comenzó en la tarde del 27 de octubre del 2006. Supongo que alguna se quejara de que la fecha no sea la exacta pero tuve que nombrar así esta aventura ya que Halloween es un nombre más comercial y conocido.
Si hubiera sucedido a comienzos de noviembre tal vez hubiera cambiado "Halloween" por "Día de Muertos", aunque el día de muertos tiene una connotación más alegre y melancólica que el Halloween, el cual, por las películas gringas se asocia más al miedo y a los sustos.
En fin, como dije, era la tarde del 27 de octubre del 2006. Nos encontrábamos en una carretera en el Bolsón de Mapimí, Chihuahua, México. Mew, si, el Pokémon Legendario Mew, yo, quien se había vuelto su alumno ya hace varios meses, íbamos en el carro Jetta Blanco que fue de mi papá.
Ese día fue extraño para mí. Salí ese día del Colegio Regiomontano Contry, en Monterrey, Nuevo León y Mew al pasar por mí me dijo que nos iríamos a una aventura. Esto me extrañó pero no discutí. La escuela es aburrida y siempre me la paso pensando en regresar a la casa para jugar videojuegos al tiempo que extrañaba tener una aventura divertida.
Se podría decir que se cumplió mi deseo ese día. Mew me llevó unos tacos para comer y afortunadamente se trajo mi Nintendo DS azul con el Mario Kart DS y el Mario Party Advance puestos. Jugué a este último.
La verdad ese juego me gusta bastante y me sorprendió saber años después que es uno de los peor rankeados de la franquicia. Ahora crecido puedo entender el por qué, pero eso no quita que fuera divertido y una aventura de Mario de lo más interesante. En el camino le pregunté a Mew el motivo de nuestra salida.
-Nos llegó esta carta- dijo Mew pasándome una carta que decía lo siguiente.
"Señor Abelardo Gerardo Guajardo Garza, le hemos preparado una fiesta para celebrar y agradecerle por salvar al mundo del Exterminatore. Favor de venir en la presente dirección. Posdata: Le esperaremos si llega tarde".
El Exterminatore es un maldito alienígena de energía oscura que en agosto del 2006 vino a la Tierra para acabar con Mew y posteriormente destruir la Tierra. Sin embargo, Mew, yo y muchos otros héroes logramos vencerlo, regresándolo a su planeta de origen a través de un portal. Fue algo muy muy muy muy difícil.
-"Señor Abelardo", me hace sentir viejo- dije riendo -¿sabes quién mandó la carta?-
-No, llamé a todos nuestros amigos y conocidos y nadie mandó la carta- dijo Mew.
-¿En serio? Es muy extraño y, ¿cómo sabe de el Exterminatore? Muy pocos sabemos de qué ese monstruo vino a la Tierra, ¿crees que sean los Illuminati?- dije.
Los Illuminati son un grupo de personas de familias poderosas tanto en lo político como en los social, económico, religioso y militar que en secreto controlan el mundo. Nosotros les llamamos así.
-Sospecho que es una trampa pero sería muy poco complicada para ellos, de hecho pensaría que están pecando de simplistas. Deben ser otras personas, aunque por lo mismo tenemos que ir allí para descubrir que es lo que está pasando- dijo Mew.
-¿Me vas a usar de carnada?- le pregunté un poco asustado.
-¡Jijiji! Claro que no mi querido Abelardo, no creo que ellos crean que eres ingenuo y te irías así como así y por tu cuenta hasta dos estados fuera del que donde vives- me dijo Mew.
-¿Entonces?- le pregunté.
-A pues supuse que querrías salir un poco de la monotonía escolar y divertirte en esta aventura envuelta en un halo de misterio que promete estar llena de emociones- dijo Mew.
-Bueno, supongo que si- dije no entendiendo la mitad de lo que dijo.
-Eso sí, tendrás que hacer toda la tarea- dijo Mew.
-¿¡Toda la tarea!?- dije -¡pero si es una aventura para salvar el mundo!-
-Nadie dijo que fuera una aventura para salvar el mundo, sino que es una aventura para saber quienes son estas personas que te mandaron una carta, saben tu nombre completo y lo que hicimos en el verano que acaba de pasar- dijo Mew.
-Bueno, eso es verdad. Oye, ¿te podría preguntar una cosa?- le dije.
-Claro, adelante- dijo Mew.
-¿Por qué no has podido establecer la paz en la Tierra? Ya sabes, quitar a los malos gobernantes, dejar a los buenos, ese tipo de cosas- le pregunté.
-Esa es una buena pregunta mi querido Abelardo. Lo que sucede es que, como Pokémon de Dios, estoy obligada a obedecer las órdenes que Dios me da y Él me ha ordenado respetar el poder ascendente de la humanidad, es decir, sus gobiernos reconocidos por la gente, ya sea por clamor público y/o legítimos, por lo que, si bien, puedo dialogar con los gobernantes y tratar de convencerlos, no puedo atacarlos a estos, no al menos directamente, por lo que puedo enfrentarme a sus ejércitos, como lo he hecho antes en el pasado y liberar a los presos y esclavos, como igual lo he hecho, pero al no poder cambiar a los gobernantes ni sus corazones, mis constantes luchas contra la tiranía siempre provocaron sufrimiento a otras personas, animales, plantas y Pokémon, ya sea como un acto de venganza directo de los gobernantes o bien como una manera de estos de recuperar los recursos gastados en enfrentarme o que yo destruí. No por esto he detenido mi lucha por llevar la paz y la justicia en el mundo, pero he aprendido a diversificar mis esfuerzos, aprendiendo que la lucha directa y rápida no es la más efectiva para ayudar a la gente ni para una victoria definitiva contra la forma tiránica de gobernar. Ahora bien, como los Illuminati gobiernan desde las sombras, pues no hay legitimidad en su gobierno y la gente ni los conoce, por lo que si puedo enfrentarme directamente a ellos- me explicó Mew.
-Ya veo- dije un poco confundido.
-¿Alguna otra pregunta Abelardo?- me preguntó Mew.
-¿Sabes a dónde vamos?- le pregunté.
-Sí, vamos a ir a un lugar en Mapimí llamada la Zona del Silencio- dijo Mew con total calma.
-¿Zona del Silencio?- pregunté confundido -¿no se puede hablar allí?-
-¡Jijiji! No, se le llama así porque se cree que, por razones misteriosas, hay un fuerte magnetismo que descompone los relojes, las brújulas y los radios. Otros más han llegado a decir que hay OVNIS (Objetos Voladores No Identificados), fantasmas o que al entrar allí el ruido no se transmite de igual manera- dijo Mew con un tono que hacía que mi interés aumentara.
Siempre he tenido esa sensación de miedo o escalofríos pero a la vez de interés cuando escucho de mis compañeros oír de eventos sobrenaturales en la escuela. Supongo que es el interés y temor que tiene el ser humano ante lo desconocido.
-¿Y eso es verdad?- le pregunté interesado.
-¡Jijiji! Por supuesto que no mi querido Abelardo- me dijo Mew riendo –la razón del origen de todo el misticismo que se le ha dado al lugar se debe a que en julio de 1970 un misil de pruebas estadounidense se desvió de su curso y se terminó estrellando en la parte central del Bolsón de Mapími y, como contenía material radioactivo, pues los estadounidenses tuvieron que recogerlo y, como es costumbre en ese tipo de operaciones, no se da nada de información al público, quienes dejaron volar su imaginación-
-¿Y porque no explicaron las cosas?- le pregunté.
-Porque sería una vergüenza o señal de debilidad frente a un aliado y ante tu propia población- me dijo Mew –es como quedar en ridículo frente al salón, tus compañeros no te tomarían tan en serio y hasta podrían pasar a burlarse de ti o a atacarte de manera física y/o verbal al considerar que no eres tan serio, fuerte y/o inteligente como lo aparentabas-
-Ah ya, lo entiendo ahora- le dije -¿y no es peligroso venir a un lugar donde cayó material radioactivo?-
-En verdad lo es, pero descuida, revisé las coordenadas del lugar al que te invitaron y está a varias decenas de kilómetros de donde cayó el misil, así que no te preocupes, no correrás peligro y menos contigo a tu lado- me dijo Mew.
-Tienes razón- le dije.
Ya cuando estaba anocheciendo llegamos a nuestro destino, el cual resultó ser una enorme mansión situada en medio de una hacienda.
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Una no tan aterradora aventura de Halloween
Mystery / ThrillerCerca del Halloween Mew y yo somos invitados a una misteriosa hacienda en medio de la Zona del Silencio. Era evidente que era una trampa, pero no le diríamos no a una aventura que tendría la pinta de estar acorde a las fechas.