Bajé lo más rápido que pude seguido de Mew y llegué a la entrada, encontrando una vieja camioneta agrícola parecida a un Ford Modelo AA de finales de la década de 1920 y de la cual bajaron una pareja de ancianos y un perro que se me hacían un tanto familiares.
El hombre, delgado y sin dientes, utilizaba una camisa de color amarillo pálido con un overol verde oliva con botones negros, también usaba una gorra marrón oscuro y zapatos negros grandes.
La mujer, un tanto regordeta, tenía el pelo blanco y esponjoso. Ella usaba anteojos como su esposo, y su atuendo habitual era un vestido naranja con un delantal amarillo brillante y un par de resistentes botas de cuero negro.
El perro era de color rosa y estaba en los brazos de la anciana. Parecía ser una especie de mezcla de Beagle y Terrier.
-Oh, disculpa niño, ¿este es Ningún Lugar?- me preguntó la mujer con un acento fuerte en la erre.
-¿Ningún Lugar? ¿Eso no es de alguna caricatura?- dije confundido.
-Ah, es que nos hemos hecho famosos al contar nuestras historias a una cadena de televisión. Coraje sí que es un buen escritor, aunque hay historias que son totalmente inventadas o exageradas- dijo la anciana.
-¿¡Ustedes son de "Coraje, el Perro Cobarde"!?- dije impresionado.
-¡Ba! Ese estúpido perro me robó todo el crédito- dijo el anciano malhumorado.
-Pero bien que disfrutas de las regalías que nos dan Justo- dijo la anciana.
-Es lo mínimo que nos debe el estúpido perro por vivir gratis en nuestra casa por tantos años- dijo Justo, gruñón tal cual en la caricatura.
-No lo escuches niño. Yo soy Muriel Bolsa y él es Coraje- dijo Muriel con un tono de voz dulce.
-Mucho gusto, yo soy Abelardo Gerardo Guajardo Garza y él es mi Pikachu- dije introduciéndonos.
-¡Pikachu!- dijo Mew.
-¡Hola!- dijo Coraje.
-Ya déjense de payasadas, ¿esto es Ningún Lugar?- dijo Justo malhumorado.
-No, estamos en Coahuila, México, creo que en la Zona del Silencio- le respondí.
-¿¡Zona del Silencio!?- dijo Coraje asustado.
-¡Estúpido perro, terminamos en oro país por tu culpa!- gritó Justo furioso.
Este se volteó y sacó una enorme mascara que me sacó un susto y luego gritó, espantando al pobre Coraje, quien se metió corriendo en dos patas despavorido en la mansión de la hacienda. Justo luego se quitó la máscara, riendo a carcajadas mientras que Muriel le reprendió.
-Yo iré por Coraje- les dije.
Me adentré a la mansión, algo temeroso para que no me reprendieran, ya que en ese lugar era invitado y no sabía si podía pasearme como Juan por su casa. En la casa se escuchaba el eco del trabajo de los empleados, supongo que demás criados, cocineros, jardineros, etc.
Caminé por varios pasillos buscando a Coraje hasta que por fin me lo encontré temblando en una esquina por el miedo. Me acerqué a él lentamente, no tanto para no asustarlo sino porque, he de decir la verdad, en ese momento de la vida le tenía miedo a los perros, ya que recuerdo que algunos lograban espantarme cuando pasaba cerca de las casas, ladrándome fuertemente. Claro que Coraje era diferente, puesto que era un perro que veía en las caricaturas.
-Oye, ¿estás bien?- le dije.
Coraje se volteó a verme, aun temblando de miedo.
-No te preocupes por lo que le te haga Justo. Si te vuelve a asustar le pido a mi Pikachu que le dé un pequeño Impactrueno, ¿Qué dices?- le dije.
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Una no tan aterradora aventura de Halloween
Mystery / ThrillerCerca del Halloween Mew y yo somos invitados a una misteriosa hacienda en medio de la Zona del Silencio. Era evidente que era una trampa, pero no le diríamos no a una aventura que tendría la pinta de estar acorde a las fechas.