Lunes 1 de abril de 2024
Nazaret (17:00)-Nos vemos mañana- le sonrío de forma leve como si ella me viese a través del teléfono, mientras dejo de escuchar su voz, ahora su nombre no sale en la pantalla, ha colgado.
Guardo el teléfono en el bolsillo y sigo caminando por la calle, mientras el sol refleja en mis gafas oscuras y la música acompaña la caminata saliendo a través de mis cascos blancos.
Es Lunes de puente y se nota porque hay más gente en la calle, padres con sus hijos, señores mayores paseando, corre una brisa suave y fría que hace que el día no sea tan caluroso, un escenario perfecto.
Nadie me mira, ni siquiera notan mi presencia, ni mis pisadas sobre el ardiente asfalto, no giran la cara a mirarme ni cuando choco con ellos, y eso es fascinante.
Nunca había perdido aquel poder de ser invisible, pero llevaba años disminuido, años sin sentirlo, años siendo juzgada por cada comentario, cada gesto, cada simple y pequeña palabra.
No me importaba en lo absoluto, los medios, los comentarios, las críticas, me daban y me siguen dado exactamente igual, no me justificaba, o no por mi cuenta.
Pero por lo visto, cuando empiezas a tener influencia sobre la gente, cuando empiezas a ser relevante en la sociedad tienes que medir cada jodida y estupida palabra para que no se malinterprete ni se ofenda nadie.
Los primeros años fueron los peores, estábamos todo el rato en el punto de mira hasta que la gente se acostumbró a lo que éramos y seguimos siendo, seres libres y rebeldes que miran por su propio bien.
Fue ahí, los dos últimos años, cuando todo mejoró de forma notable, en las actuaciones, en las propias canciones, se notaba ahora lo igual que nos daba todo, la poca importancia que tenían las cosas, y el ser y mostrarnos reales llamó a mucha más gente de la que teníamos siendo lo que otros querían que fuésemos.
-Muchas Gracias- le agradezco a uno de mis nuevos vecinos quien me ha sujetado la puerta del portal para poder pasar, ya que tengo las manos ocupadas por las bolsas de la compra, no pesan, pero la ayuda nunca sobra.
Toco un par de veces el botón del ascensor y mientras espero a que llegue pienso en las vueltas que ha dado la vida en tan poco tiempo.
Hace mes y medio estaba de gira con mi grupo en Londres, en un festival súper importante lleno de gente famosa de vidas vacías y cuentas bancarias llenas, cantando nuestras últimas canciones, viajando en yet privados y hospedándonos en los mejores hoteles.
Y ahora, ahora vivo en la periferia de Madrid, en un piso que, comparado con mi antigua casa, es enano, minúsculo, en un edifico que se cae a pedazos, y llevo ese tiempo, ese mes y medio sin cubrir de nuevo la cara.
Queríamos, todos necesitábamos un descanso de aquella vida, así que decidimos separar nuestros caminos una temporada, no sería definitivo, pero si de tiempo indefinido, yo estaba cansada de tanto viaje, de tantos hoteles, de no estar en un sitio mucho tiempo, así que cuando tomamos aquella decisión decidí aposentarme en algún sitio.
Siempre he vivido con lujos, en casas kilométricas que cuestan millones con personal para absolutamente todo, incluso para cocinar, y ahora no quería eso.
Quería algo pequeño, bohemio, alejada del ruido de la ciudad, aunque no me queda muy lejos, con poca cosa, solo lo imprescindible, así que cuando vi este maravilloso piso a la venta lo compré sin pensarlo.
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Máscaras ~MISHO AMOLI~
Fanfic"Me muero por tus manos que me despiertan el cuerpo en un lento amanecer de caricias, por tus manos de seda que tienen la virtud de la serpiente de deslizarse y apretar y soltar a placer." "La pasión según Quevedo"...