Capítulo 7

125 9 0
                                    

Viernes 5 de abril de 2024
Nazaret (12:46)

Javier, Álvaro, unos compañeros de trabajo, y yo estamos de compras por Madrid.

Ya Sebastián, nuestro profesor dueño del catering, nos dijo donde se haría el evento, sobre qué iría y la comida de preferencia de Joan.

Con todo eso y sabiendo cuántos invitados irían, alergias e intolerancias, nos reunimos temprano en un starbucks para desayunar y hacer la carta de canapés.

No habrá una cena como tal, serán todo canapés, lo que nos jode un poco, teniendo un menú es más fácil preparar las cosas y llevará menos tiempo que teniendo solo parte de picoteo.

Teniendo en cuenta toda la gente que va, la cantidad de alergias que hay y lo que dura el evento, tendremos que hacer bastantes y de distintas cosas, jodido.

-Vale, ahora toca Mercadona- llevamos cada uno un coche, yo tuve que pedirle a Monica el suyo ya que todavía no tengo el mío, lo he ido dejando, y ahora me veo un poco apurada, suerte que el de ella es grande.

Después de la compra del Mercadona pasamos por el ático donde se hará la fiesta, es enorme y tiene una cocina grandísima.

Vamos descargando un par de cosas y mientras cotilleamos sobre lo que se hará allí, por lo visto es algo fitness sobre deporte, vemos un par de actividades por ahí, y un gran gimnasio.

(15:00)

Ahora tenemos a más gente entre fogones, la fiesta es mañana por la tarde pero hay cosas que tenemos que ir haciendo ya, elaboraciones más complicadas que necesitan de días de reposo, aunque no contemos con muchos tenemos que aprovechar al máximo el tiempo.

(21:00)

Llego por fin a casa, me duelen los pies, la espalda, la cabeza, me duele todo en general.

Hoy ha sido un día de no parar, y en parte me gusta la sensación de estar reventada, solía sentirme así después de cada concierto, en parte me traslada a esas noches de música a tope y miles de personas gritando mi nombre.

No tengo ganas de cocinar absolutamente nada, así que mi intención es picar algo de tomate, aliñarlo y comerlo con tostadas, pero adivinad que, no tengo tomates, que bien.

Así que me pongo las cholas de levantar y me dirijo a su puerta, rezando para que esté de buenas y quiera dejarme algo para comer, como tomate por ejemplo.

-Que- Va sin camisa y en pantalones cortos, yo no puedo evitar no mirar, y en mis manos se planta un cosquilleo extraño, como si extrañasen el tacto de su torso desnudo.

-Tienes tomates o algo para poder cenar?-

-Hay algún cartel que ponga Misho ONG?- pregunta incrédulo.

Estoy tan cansada que no me apetece hablar más con él si se pone así, así que lo ignoro y me vuelvo a mi puerta.

-Espera- me frena justo cuando estoy abriendo la puerta- Ven, entra-

-No pienso cenar contigo-

-Vale, pues nada-

-Espera, espera, esta bien- tengo hambre y si me da de comer no me importa aguantarlo un rato- Que conste que tengo comida en mi casa pero llevo desde las siete comprando y pensando y cocinando comida que no me apetece cocinar ahora- me excuso entrando en su casa, aunque es verdad lo que le digo.

-Estaba haciendo una ensalada con pechugas de pollo, espero que te guste y si no, vete a cocinar a tu casa- él camina por el pasillo hasta entrar en una habitación, yo lo sigo observando todo a detalle, no solo viste bien si lo que también sabe decorar.

Y extrañamente, la casa huele bien, a limpio.

-Siéntate- la cocina es amplia, parecida a la mía, lo único que la de él no tiene una isla, sino una barra.

Yo me siento en la barra, dándole la espalda al salón, mirándolo a él cocinar, así sin camisa y cocinando se ve muy bien, nunca pensé que podía llegar a gustarme tanto un tío cocinando así.

-Quieres que te ayude?- le pregunto curiosa.

-No hace falta, y pensando en lo que me decías antes, que eres, camarera, cocinera?-

-Soy cocinera, trabajo en un catering y mañana tenemos un evento importante y grandísimo con demasiadas exigencias a mi parecer-

-Así que cocinera, no te pega nada-

-No? Por qué?- pregunto viendo como pone un plato, un vaso y unos cubiertos frente a mi.

-No sé, te veía más como tatuadora tal vez, o como coctelera, o algo así- en el momento en que nombra lo de tatuadora recuerdo el tatuaje que tengo cerca de la oreja, que ahora mismo es el único que se ve.

No sé si él se acordará de mis tatuajes, son pocos pero creo que los ha visto todos, o casi todos, así que paso de arriesgarme, quito el pelo de mi oreja tapando esa parte.

-Pues no, soy cocinera, solo cocinera- él se gira a mirarme, no dice nada, y luego vuelve a centrarse en la cocina, un momento que me deja algo confusa.

-Y de quién es el evento?-

-De Joan Pradells y Andoni, sabes quienes son, no?-

-Ah si, estoy invitado al evento, será la hostia seguro-

-Espero- después de un rato el sirve la comida y ambos nos ponemos a cenar.

(22:00)

-No te veía yo un tío tan sentimental- bromeo yo sobre el tema de conversación que tenemos, hablamos sobre parejas, como si nos conociésemos de toda la vida.

Él me mira, clava su tenedor en un trozo de pechuga, y su mandíbula se tensa de forma extraña, ahora parece más serio, así, de repente.

-Estás bien?-

-Por qué no te vas ya a tu casa? Si ya terminaste de cenar- abro los ojos algo perdida, y ese cambio ahora.

-Te molestó lo que dije?- pregunto extraña.

-No, solo no quiero seguir viéndote la cara-

-Bien, gracias por la cena, te diría que te invito yo a la próxima, pero no quiero que tus sucias patas toquen mi piso- me bajo de forma brusca del taburete y con la misma me piro del piso.

No sé por qué coño he ido a dar con él pero no pienso volver a hacerlo, este tío es imbécil, el paso de los años le sienta mal, a de haberse dado un golpe en la cabeza o algo porque si no no lo entiendo.

Es que no es el mismo que hace unos años, ni tampoco el mismo que sale en los vídeos, conmigo es otra persona totalmente distinta, pero a ratos, es una persona intermitente.

Máscaras ~MISHO AMOLI~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora