Acordes del destino.

Capítulo 14

***
Nerys:

Al ver a Liliana entrar en el lugar, todo mi plan de ahorrarle el mal rato se va al traste.

—¡¿Por qué?! —le pregunto al aire mientras Lili recorre el lugar con la mirada.

—¿Te puedo ayudar en algo? —pregunta nuevamente, enarcando una ceja.

Ahora que lo pienso, puede que sí.

—¿Ves a esa chica que está allá? —señalo con la vista a mi amiga y Thorian asiente. —Necesito que la lleves fuera. Dile que ya casi termina mi turno y que por nada del mundo le permitas entrar aquí. ¿Entendido? —Él vuelve a asentir y se dirige hacia ella.

La escena se desarrolla rápidamente frente a mis ojos. Miro el reloj en mi mano y trato de completar los cinco minutos que me faltan cumpliendo con mi trabajo.

Me acerco a la mesa donde están los amigos de Thorian.

—Chicos, Thorian me está ayudando con algo, pero ahora regresa. ¿Ya saben qué van a pedir?

—Eh, tráenos una Pepsi, una Coca Cola y dos porciones de papas fritas —dice uno de ellos mientras yo apunto en la libreta.

—¿Algo más?

—No, gracias.

Salgo de allí y me dirijo a la barra para pasarle la orden a Renata.

—¿Estás bien? —pregunta la chica.

—Sí, todo bien, no te preocupes.

Miro el reloj en mi muñeca como si dependiera de él mi vida y siento que mi momento de felicidad ha llegado.

Me dirijo a los vestidores y me despojo del uniforme.

Tomo mis cosas y salgo del lugar.

Al guardar mi teléfono en la bolsa, choco contra alguien. Al levantar la mirada, me encuentro con Theron.

—Pero mira a quién tenemos aquí —dice con hostilidad.

Cuando intento rodearlo, se interpone en mi camino y me agarra del cabello.

—Alejate de mí —advierto en un tono demandante, pero él tira más fuerte de mi cabello.

—No quiero —se acerca a mi oído y su aliento me provoca repugnancia. —Hoy me vas a pagar cada una de las que me has hecho —dice mientras yo me río en su cara.

—No eres más que un desgraciado que no sabe acercarse a una mujer sin amenazarla o violentarla. ¿No es así, Theron? Eres el mayor imbécil que he conocido. —Cada vez que abro la boca, él tira más fuerte de mi cabello, pero no me importa.

—Te sorprendería saber qué tan malo puedo ser —habla muy cerca de mi rostro y siento ganas de vomitar. Su presencia es como si hubiera comido un plato lleno de gusanos.

—Sal de mi vista —digo sin una pizca de gracia.

—¿Y si no quiero? —responde soltándome mientras se rasca la barbilla.

Tener su mirada fija en mí me genera náuseas. Trato de calmarme para que su repugnante presencia no me afecte más de lo necesario.

—Pues vas a querer —dije, sujetando sus hombros antes de golpearlo en la entrepierna y salir corriendo sin mirar atrás.

Al llegar a la salida, busqué con la mirada a mi amiga y la encontré hablando con Thorian.

—¡Me dijo que te quedaras aquí! —le explicó el chico, pero ella no quería entender.

—¡No me importa lo que te dijo! —le respondió a Thorian, visiblemente molesta.

Me acerqué a ellos lo más rápido posible para evitar que la discusión continuara.

—Ya estoy aquí —dije, acomodando mi cabello que se había desarreglado gracias al insoportable de Theron.

—¿Me puedes explicar por qué le dices a este que me retenga aquí? ¿Me estás ocultando algo?

—Este tiene nombre —dijo el chico a mi lado, provocando que mi amiga pusiera los ojos en blanco.

—Me da igual tu nombre —le respondió, y él también hizo una mueca de desdén.

—Lili, deja de ser tan paranoica e irracional. No te estoy ocultando nada, solo quería ahorrarte un mal rato. Tu ex está ahí dentro y creo que es mejor que nos vayamos antes de que salga; no lo dejé en muy buen humor, que digamos —le expliqué.

—¿Qué? ¿Estás bien? ¿Te hizo algo? —preguntó ella, tomando mis mejillas e inspeccionando mi rostro con preocupación.

—Tranquila, estoy bien. Solo tuve un pequeño incidente con las pelotas en la garganta —le informé, logrando que se tranquilizara un poco.

—Creo que mejor me retiro —dijo Thorian, comenzando a caminar hacia la entrada.

—Thorian —le llamé antes de que se alejara demasiado y él se detuvo. —Gracias por cuidar de mi Liliana.

—Fue un placer conocer a tu amiga —dijo entre risas mientras se alejaba.

—Lo mismo digo —gritó Liliana a mi lado. —Es simpático el chico —me susurró. —Pero tiene un carácter de mil demonios —rió ella.

—Puede ser —le seguí la corriente mientras nos escondíamos por si Theron salía del restaurante. Llamamos a un taxi para que viniera por nosotras.

—¿Por qué demoraste tanto en llegar? —preguntó mientras nos sentábamos en un banco.

—Estaba terminando de editar algunas fotos cuando me llamaste.

—¿Cuándo tienes tu próxima sesión de fotos? —preguntó interesada en el tema.

—La próxima semana —respondí, mirando la hora en mi celular antes de guardarlo nuevamente.

—Creo que te haré caso y comenzaré a darle vida a mis redes sociales con mi voz —dije, mirando al suelo con un poco de inseguridad.

—Creo que has tomado la mejor decisión.

Nos quedamos en silencio por unos minutos; estaba debatiendo si preguntarle sobre un tema delicado que sabía le incomodaba, pero tarde o temprano tendría que enfrentarlo.

—¿Has arreglado tus diferencias con tu hermano? —pregunté. Ella negó con la cabeza. —¿Qué piensas hacer respecto a Elen?

—Ayer estuve todo el día pensando en denunciarla, pero no quiero hacerle daño a Liam —confesó, sin saber qué hacer. —Su "amor" —dijo, poniendo comillas con los dedos en esa palabra. —Por ella lo hace ser ciego.

—Creo que es peor que siga con ella —compartí mi sincera opinión. Recordaba el día en que le comuniqué a su hermano sobre su enfermedad; escuché de fondo las risas de Elen y William sonaba como si estuviera drogado.

—Creo que tienes razón —dijo ella, levantándose del banco.

—Lili, tengo que irme a casa; anoche no dormí muy bien y estoy muy cansada —informé y ella asintió comprensiva.

—No te preocupes, tengo mucho trabajo por hacer.

***
Nota de la autora:

Holi, ¿cómo están?

Espero que hayan disfrutado el capítulo tanto como yo.

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Los quiero. Muaaaaaa <3.