Capítulo 4✔️

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***
~Alba~

Ver a Nerys tan decidida era como observar a una mariposa después de salir de su capullo. El orgullo se apoderó de mí, haciéndome olvidar a quienes estaban a mi lado.

Nerys me tenía preocupada. No daba la impresión de que la estaba pasando mal, pero la forma en que se comportaba era muy inusual en ella.

Últimamente estaba más cayada de lo habitual. Se quedaba mirando a un punto fijo, hasta que nosotras llamamos su atención.

Fue totalmente inesperado verla cantar así, frente a una multitud que la miraba con asombro. La música parecía fluir a través de ella, como un río desbordante, y la felicidad brillaba en su rostro, disfrutando cada nota como si fuera la última.

Sin embargo, el encanto se desvaneció en un abrir y cerrar de ojos cuando, al bajar del escenario, Nerys creyó que todo había sido un sueño y su piel pasó a ser pálida.

Ignoraba que había vivido una realidad mágica y, en un instante de confusión, perdió el equilibrio.

Por suerte, Dorian estaba allí para atraparla antes de que cayera al suelo.

Liliana y yo gritamos confundidas y alarmadas porque estaba inconsciente, mientras mi novio intentaba calmarnos.

<<¡¿Qué le sucede?!>>

<<¡¿Por qué no reacciona?!>>

<<¡¿Qué hago?!>>

Con determinación, me dirigí a la barra y le pedí a Batman lo más fuerte que tuviera. Necesitaba algo que hiciera traer a mi amiga.

Regresé hacia Nerys y coloqué mi mano con el líquido sobre su rostro, esperando que el aroma del alcohol la despertara. Pero fue en vano. Sus ojos seguían cerrados como si no quisieran volver a la realidad.

—Cárgala —le ordeno a Dorian mientras tomaba la mano de Liliana y le daba un ligero tirón.

La multitud a nuestro alrededor me ponía aún peor, ver a tantas personas rodeándonos me hacía sentir como si me estuvieran asfixiando lentamente.

Salimos del bar con las luces del lugar impidiendo nuestra visión. Arrastré a Lili mientras Dorian llevaba a Nerys en brazos.

Al llegar a la salida, el frío del invierno me envolvió como una manta helada, obligándome a abrazarme en busca de calor.

Comenzamos nuestro camino hacia el estacionamiento y cuando finalmente encontramos mi auto, nos acomodamos en él. Dorian iba al volante, Liliana y Nerys en la parte trasera, y yo en el asiento del copiloto.

—Hay que llevarla a un hospital —dijo Lili con nerviosismo en su voz.

—No. Nos vamos a tu departamento. Acelera —ordené a Dorian con firmeza, y él obedeció sin dudarlo.

<<¿Por qué tenía que pasar esto justo hoy?>>

A mí mente llega un pensamiento de duda que pone todos mis sentidos en alerta:

<<¿Nerys esta enferma?>>

Niego para mi y sigo con mi análisis mental:

<<No, ya me lo había dicho>>

<<O quizás no>>

<<¡Deja de ser tan paranoica! Solo fue un desmayo por la impresión de la noticia>> me repito para mí misma una y otra vez

Acordes del destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora