***
~Nerys~Mi cara de estupefacción era tan evidente que podría haber sido vista a kilómetros de distancia, pero en un abrir y cerrar de ojos logré transformarla en una llena de felicidad.
Era mi tía, ¡estaba aquí! Había pasado tanto tiempo desde la última vez que la vi, atrapada en las preocupaciones de su tienda en Nix. Desde mi cumpleaños número 15, su ausencia había dejado un vacío en mi vida.
La había extrañado profundamente. Siempre había sido mi apoyo incondicional; su marcha fue como una herida abierta que nunca sanaría del todo.
Rápidamente le pasé al pequeño cachorro a mi mejor amigo, quien estaba tan atónito como yo. Su rostro reflejaba un asombro absoluto.
Mi tía casi corre hacia nosotros, dejando olvidada su maleta en la entrada. La emoción brillaba en sus ojos mientras se lanzaba a abrazarme, casi llorando de felicidad.
—Nerys... Mi pequeña, ¿cómo estás? ¡¿Cuánto has crecido?! —exclamó con voz temblorosa. Una sonrisa se dibujó en mi rostro cuando una lágrima de alegría escapó de mis ojos.
Sus mejillas estaban empapadas de felicidad. Cuando dirigió su mirada hacia Kai, cubrió su boca para ahogar un sollozo.
Mi mejor amigo me pasó a Bethan, visiblemente afectado. Sus ojos estaban llenos de lágrimas que no caían; parecía un océano contenido.
—Kai... —dijo casi sin poder articular las palabras—. Pareces un gigante —comentó entre risas a pesar de las gotas saladas que adornaban sus rostros.
—Tú sigues igual —respondió él con una sonrisa brillante.
—Cuánto habéis crecido. ¿Cómo pude perderme esto? —expresó con una mezcla de alegría y tristeza. Para ella, éramos los hijos que nunca tuvo.
<<Nos has hecho mucha falta>>
—¿Cómo están sus padres? —preguntó mientras limpiaba su rostro—. Hola pequeño, no te había visto —dijo entre risitas—. ¿Cómo te llamas?
—Es Bethan; lo rescaté de ser atropellado —informé acariciando su suave pelaje que parecía ser una nube esponjosa.
—Es hermoso —comentó mientras lo tomaba en sus brazos, levantándolo a la altura de su rostro para un beso en la pequeña nariz.
—Están bien —respondí a su anterior pregunta, ya que Kai estaba tan aturdido que apenas podía hablar—. ¿Acabas de llegar?
—Sí, ¿no ves...? ¿Dónde está la maleta? —dijo buscando por todas partes.
—Está en la entrada —intervino Kai—. ¿Qué tan cansada estás?
—Mucho, ¿por qué? ¿Qué necesitan? —preguntó aún sosteniendo al pequeño como si fuera un tesoro frágil.
—No, nada; ve y descansa. Nosotros nos ocupamos —dije mientras ella me miraba curiosa.
—¿Pero de qué se trata? —comentó interesada.
—Nerys me dio una idea para atraer más clientes, pero necesitamos pintar y decorar algunos espacios del local —informó él con entusiasmo contagioso—. Pero no te preocupes; nosotros podemos hacerlo —agregó con una gran sonrisa que iluminaba su rostro. Sabía que estaba tan feliz como yo por tenerla aquí otra vez.
—Sí, tía, no te preocupes; ve a dejar a Bethan en casa y encárgate de descansar. Estaremos allá en unos minutos para buscar los materiales que necesitamos —mi felicidad era distinguible a kilómetros de distancia.

ESTÁS LEYENDO
Acordes del destino.
RomanceElla oculta la tristeza que la ha sumido en el silencio. Él guarda un secreto doloroso de su pasado. Dos almas heridas, con cicatrices, que buscan la fuerza para sanar y la valentía para creer en sí mismas, desafiando sus miedos. ¿Podrán estos dos...