Capítulo 28

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***
Nerys:


Al abrir los ojos, me encuentro con el susto de mi vida.

Thorian está parado frente a mí, y cualquiera podría pensar que es un acosador.

—¿Cómo entraste? —fue lo primero que pregunté, notando que ni siquiera había salido el sol.

—Liliana me dijo cuál era tu habitación y subí con ayuda de Dorian —respondió en un susurro.

—¿Qué haces aquí? —pregunté, desconcertada ante su locura. —Por suerte, Bethan pasó la noche con mi tía; de lo contrario, habrías despertado a todos.

—¿No te enojas, verdad? —dice mirándome con esos ojos de cachorro asustado. —Solo quería ser el primero en felicitarte.

Cierto, hoy es mi cumpleaños.

Tomo mi teléfono para ver la hora y me encuentro con más de veinticinco mil notificaciones.

¡Dios! ¿Cómo es posible que el teléfono no explote?

—¿No vas a decir nada? —pregunta, observándome.

De repente, las lágrimas brotan sin poder creer lo que está sucediendo, dejándolo descolocado.

—¿Qué... qué pasa? ¿Dije algo malo? —pregunta nervioso. Niego con la cabeza y le muestro mi teléfono para enseñarle el amor que me están dando mis seguidores.

Justo en ese momento, escucho pasos en el pasillo y me paralizo por completo.

Rápidamente me levanto de la cama y le hago una señal para que no hable.

Abro el armario y le ordeno que se meta allí. Él no tarda en obedecer. Justo cuando tomo la guitarra para hacerme la distraída, alguien toca la puerta.

Me acomodo el cabello detrás de las orejas y digo:

—Pasa —murmuro mientras toco acordes distraídamente.

—¡Feliz cumpleaños! —grita mi tía al entrar a la habitación, seguida por Bethan. Al verla, me estremezco. Espero que no se dé cuenta de que Thorian está aquí.

—Gracias. ¿Qué hay para desayunar? —pregunto ansiosa por probar uno de sus postres.

De repente, veo a Bethan dirigiéndose hacia el armario y el miedo paraliza mis sentidos. Me levanto abruptamente y cierro la puerta de mi habitación.

Bethan comienza a ladrar y me apresuro a tomarlo en brazos para calmarlo.

—Cállate, por favor —le susurro, pero no obedece.

—¿Qué hay en el armario? —pregunta mi tía al escuchar los ladridos.

—Nada, solo le gusta ladrarle a la puerta —digo nerviosa.

—Crees que me lo voy a creer, Nerys —dice mientras avanza hacia el armario. —Quítate de mi camino —ordena, y no tengo más remedio que obedecer.

Cuando Thorian abre la puerta, su sonrisa ilumina el ambiente.

–Hola –es lo primero que dice, levantando la mano como si hiciera una promesa. –No la regañes, es mi culpa.

Acordes del destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora