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Después de esa noche, todo se había vuelto un poco más

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Después de esa noche, todo se había vuelto un poco más... íntimo. Y extrañamente se sentía tan bien, correcto y familiar que las descolocaba a ambas por momentos.

Dos días pasaron luego de eso, y Jennie la segunda noche volvió a presentarse en la habitación de la alfa haciendo la misma pregunta. La tercera, cuando Jennie iba para su propia habitación Rosé la tomó por la cintura desde atrás con suavidad y la invitó a dormir con ella.

Y ahora estaban allí, bajo las mismas frazadas compartiendo calor corporal. Luz tenue entraba desde el pasillo en un delgado haz de luz que no llegaba hasta donde estaban ellas.

Frente a frente estaban, mirándose. Jennie, se sentía completamente más pequeña ante las caricias que la mayor le daba. Rosé la estaba tocando con delicadeza el rostro, arrastrando las yemas de sus dedos por su suave piel, haciendo pequeños círculos mientras la menor suspiraba bajito.

El ambiente era tranquilo, relajado. El dulce aroma de Jennie inundaba los sentidos de la alfa, y le gustaba. Le gustaba tanto, que respiraba con fuerza para sentirla por completo. Su piel picaba en cada inspiración, llenándose todo de la omega.

Jennie acariciaba el brazo desnudo de la alfa, mientras mojaba sus labios con su lengua.

ㅡEres la omega más hermosa de todas ㅡsusurró la alfa, a penas. Como en un secreto en entre ambas. ㅡJennie, tu aroma es tan delicioso, irresistible.

Jennie agradeció que no hubiera luz, porque estaba colorada hasta más no poder.

ㅡG-gracias Rosé ㅡmurmuró, aceptando la caricia en su cuello. Ronroneó. ㅡY tú la alfa más buena que conocí nunca, la mejor. Me agrada estar contigo, así ㅡaseguró, con voz temblorosa.

Estos días, durmiendo en los brazos fuertes de la alfa, con su nariz enterrada en el pecho y amaneciendo abrazas e impregnada del aroma de la otra les hizo darse cuenta a ambas que había algo más. Que no eran simples conocidas compartiendo un lugar y un espacio. Había algo más allí, latente y que ninguna se animaba a decir por miedo a la reacción de la otra.

ㅡ¿En serio? ㅡEl pecho de la alfa se hinchó de orgullo al oír eso de la omega. De su omega, Lisa estaba segura de eso. ㅡ¿La mejor? ㅡPreguntó, con ilusión. Jennie asintió, riendo a penas, avergonzada. ㅡNunca me has dicho eso antes Jen, y a mí también me gusta estar aquí contigo, así ㅡconfesó, recorriendo el hombro de la joven hasta llegar a su mano y así entrelazar sus dedos. ㅡCerca tuyo.

ㅡSí ㅡasintió, una sensación recorriendo su columna vertebral gracias a la suave voz de la alfa. Suave, y determinada. ㅡLa mejor alfa. Nunca nadie me brindó tanto sin pedirme nada a cambio... nada de... de sexo ㅡse encogió de hombros. ㅡTodos los alfas en mi vida me han buscado por eso, no sé dar otra cosa, no tengo otra cosa que ofrecer ㅡadmitió, con la voz tomada.

ㅡNo, no, no digas eso dulce omega. Por favor ㅡse acercó más a la menor, cada que la sentía triste su instinto le incitaba a estar más cerca, todo lo que podía. Temía que en un futuro cercano no pudiera estar alejada de la hermosa castaña. ㅡEstoy segura de que tienes mucho para dar, pequeña omega ㅡJennie también se acercó, estando a un palmo de distancia. Tembló de gusto con tierno apodo.

burdel ↬ chaennieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora