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Corría el tercer día que Rosé no asistía a la oficina, y ciertamente tanto Nayeon como Lisa estaban un tanto preocupadas

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Corría el tercer día que Rosé no asistía a la oficina, y ciertamente tanto Nayeon como Lisa estaban un tanto preocupadas. Habían recibido a penas un mensaje de la rubia, días atrás, que decía no poder ir a la oficina en los próximos días, pero para ser sinceras, la beta no creía que su amiga pudiera durar tanto tiempo alejada de la oficina puesto que si había algo que la definía era obsesiva por el trabajo. Sí, eso encajaba perfectamente con la alfa, al menos hasta hace un tiempo.

Era por eso que ahora, a raíz de su desaparición repentina, tanto ella como su alfa amiga, Lisa, estaban tocando el timbre del penthouse de Rosé con la esperanza de poder encontrarla y ver si no había muerto en estos días, según palabras de la propia Nayeon.

Tanto ella como Lisa estaban al tanto de Jennie, pero no la han conocido aún, oficialmente, puesto que la habían visto una vez, pero esa no contaba, y es que Rosé es un tanto cerrada en su vida privada e íntima, pero vamos... ellas son sus amigas y quieren, necesitan, conocer a la omega que hizo que la rubia diera un cambio radical en su vida.

Varias veces en esos días se le quedaban mirando, mientras Rosé no se daba cuenta, y la veían sonreír a la pantalla como una boba enamorada. Colgaba la charla por contestar algún mensaje que suponían era de Jennie, o simplemente desaparecía atendiendo/haciendo un llamado y volvía con las mejillas coloradas y los ojos soñadores. Ninguna le decía nada, nunca.

Pero ahora allí, esperaban tener algún mínimo de respuesta. Iban a obtenerlas, cueste lo que cueste.

Una voz que no conocían salió por el intercomunicador. Nayeon se quejaba que tenía los dedos de la mano congelados justo en ese momento.

ㅡ¿Sí? ㅡLa voz que salió por el intercomunicador era suave a través de él. Nayeon y Lisa se miraron, sin entender. ㅡ¿Jennie? ¿Te has olvidado la tarjeta de entrada?

Lisa le hizo una seña con la cabeza para que la beta hablase, y la beta peleó en silencio para que la otra contestara. La tailandesa terminó hablando, resignada. Nayeon nunca perdía, la muy maldita.

ㅡEhm, hola. No, no soy Rosé ㅡcontestó rápido. Oyeron una respiración del otro lado. ㅡSomos Nayeon y Lisa, amigas suyas. Venimos a ver a Rosé.

ㅡRosé no está en este momento, disculpen ㅡla oyeron murmurar en un tono que no supieron cómo interpretar.

Detrás suyo los automóviles pasaban y la gente caminaba sin prestarles atención alguna al par.

Ambas amigas pensaron. Dudaron si deberían pedirle a la omega de una alfa, que se encuentra sola y embarazada, que abriera la puerta a dos personas desconocidas para ella.

Antes de que pudieran decir algo, vieron que, su amiga, la alfa rubia se acercaba con un par de bolsas en cada mano. Se quedó parada frente a ellas, cuando alzó la vista y las vio.

ㅡHey, chicas ㅡles dijo, confundida. Agarró con fuerzas las bolsas que se estaban de su agarre. ㅡ¿Pasó algo... qué hacen aquí? ㅡMurmuró, su mirada vagando de uno al otro, frunciendo el ceño. ㅡ¿Sucedió algo en la oficina?

burdel ↬ chaennieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora