Día 3

0 0 0
                                    

Después de la no tan agradable visita a la alameda y de todas aquellas extrañas cosas que pasaron, volvimos a Villa de Flores.

Aun podíamos ir a la escuela pues había tres módulos que ver, pero ¿quién de nosotras podría estar en paz ahora en la escuela?

Decidimos ir con mi padre y como si no fuera suficiente lo anterior, no está en la comisaria ni en la ciudad. Ha ido a la capital a atender algo importante, según su secretaria.

No queda de otra más que ir a otro lado hasta la tarde cuando "hayamos salido de la escuela" para seguir pegando y entregando los carteles de:

"SE BUSCA A CATHERINE RUIZAVILA
Chica de 16 años. Desaparecida desde el sábado en la colonia Lindas Flores donde asistió a una fiesta..."

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

El martes llego. Mientras me preparo para la escuela escucho unos pasos venir.

-Espero que este día si te quedes en la escuela- me dice mi hermano mayor al otro lado de la puerta.

-¿Por qué lo dices?- pregunto al acercarme para abrir.

-Ayer te escapaste con tus amigas, no creas que no lo sé- me informa.

-Bueno es que... teníamos algo importante que hacer.

-Pues no sé qué sea más importante que ir al colegio, atender tus clases y cumplir como se debe tu etapa escolar- me reprende sin alzar tanto la voz.

Él suele ser pacífico y comprensivo, más conmigo, más después de lo que paso con mamá.

-Cat sigue perdida- su mirada no cambio, por el contrario alzó una ceja -mira esto- le dije sacando las zapatillas que nos dejaron ayer con una manga de mi saco.

Pregunta con la mirada.

-Son las zapatillas de Cat, las llevo a la fiesta y ayer alguien las puso frente a su casillero en la escuela- expuse.

-¿Y por qué las tomaste?, podían servir de evidencia si las hubieras dejado en el lugar.

-Eso iba a hacer, pero algo más extraño que el hecho de que estuvieran en la escuela, sucedió justo antes de que me fuera de allí.

Saque mi celular y le enseñe los mensajes. Quedo igual de confundido que nosotras.

-Manténganse alertas y cualquier cosa sospechosa debes informar a papá o a mí pero sobre todo, permanezcan juntas y abran bien los ojos a todo y a todos- aconseja -por favor, ya no se salgan de la escuela y no vuelvas a tomar nada de lo que aparezca- agrega. Está preocupado.

Termino mi desayuno y salgo para reunirme con las demás. Esta vez nos llevara la mamá de Cloe.

-Aun nada de Catherine- se lamenta la mujer.

-No, nada-murmuré, ante la cara de una Cloe que lucha por no parecer estresada tras lo sucedido.

Después de eso se hizo un silencio incomodo que nadie se atreve a romper.

El camino me pareció eterno pero al fin llegamos al colegio.

-Es mi imaginación o Franco te está esperando en la entrada- me comenta Judy disimuladamente.

En efecto, el chico empieza a caminar hacia nosotras. Lleva ya el uniforme y acepto que se le ve muy bien.

-Maydan, ayer te estuve buscando te fuiste muy alterada ¿qué te paso?- interroga.

-Buenos días, Franco- recalco el saludo -no pasa nada, son solo... cosas- agrego.

-¿Qué ha pasado con Catherine?

¡Perdí a mi amiga! (Pleyado I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora