girasoles imaginarios

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los mismos girasoles que me dieron fe
y motivos para buscar libertad,
me robaron el sueño más que el café
en las madrugadas de soledad...

fueron los mismos que llegaron a mí
un cuatro de agosto caluroso
y que al sostenerlos en brazos temí
que ya no habría regalo más precioso

quizás sí fui yo quien tuvo la culpa
de haberles dado tantos significados,
quizás sí merecen una disculpa
por tanto tiempo ser idealizados

quizás me lo merezco por rechazarlos
esa tarde gris y triste de invierno
donde no pude volver a abrazarlos
y se volvieron mi agobio eterno

quizás todo fue un maldito espejismo,
quizás sólo en mí existieron,
quizás el engaño fue el mismo,
quizás nunca me pertenecieron

pero fue por esos girasoles imaginarios
que esa misma noche decidí ser feliz,
feliz como el color de los canarios
que vuelan lejos del cielo gris

por eso lloro, maldigo y me irrita
el momento que me fueron arrebatados
porque sin ellos estaría marchita,
viviendo con los sentimientos aún atados

y ahora que siento que no tengo nada,
ni flores, ni un mañana seguro
con una confianza de nuevo traicionada
levantaré a mi alrededor un muro

y en mi tierra desolada y casi infértil
quizás ya nada vuelva a florecer,
quizás mi sanación sea errátil,
quizás no haya más motivos para creer.

Pensamientos De MedianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora