Amor de Madre

Capitulo 13

Hermanos

Tenía muchas cosas en mente, y una de ellas era que no deseaba para nada estar legos de mi pequeño, ¿Por que, kamisama me hacía esto? Yo lo amaba tanto a mi hijo, aún a pesar de que yo no lo dí a luz y no nació de mi lo amaba tanto.

Desde el momento que lo tuve en mis brazos, el se robó mi corazón, y no había nada que no hiera por el. Ahora venia un desconocido con un «maldito papel» diciendo que el es el verdadero padres de mi «hijo» y que yo le he robado cinco años.

Por dios[…] ¿Quien se queda con los brazos cruzados, si sabe que su hijo fue robado? Yo no, yo por mi hijo hubiera cruzado ríos y mares, ¿Por buscar a mi hijo? Y no descansaría hasta que mi niño esté contigo.

Tan poco lo culpo de nada, si yo hubiera reportado que me encontré a un recién nacido, nada de esto estaría pasando, pero no hubiera conocido a mi bebé, que ahora quiero tanto.

Cuando llegue al lugar ¿Donde se supone que nos veríamos el y yo? Para que la verdad no se, me puedo esperar muchas de ese hombre. Solo espero que lleguemos a un acuerdo que nos convenga a ambos, ¿Por qué yo no pienso renunciar a mi hijo?

Cuando entre al lugar lo mire sentado, platicando, con el abogado, ¿Que estará planeado?

—Kagome ¿Que buenos que ya llegastes? —Escuche la voz de Inuyasha que venia detrás mío.

—Oh[…] ¿Que bueno que haya venido abogado? —hablo Kagome con sus finos labios mirando al joven de ojos miel.

—La verdad no me esperaba nada esto por parte de ellos, pero no sé preocupe llevaré su caso hasta el final. —Contesto Inuyasha mirando a la joven madre.

Aún que todo esto, estaba cabeza a bajo, está mujer se había ganado su cariño ni hablar de su novia, también estaba trabajando en el caso de esta linda persona.

Si, realmente quisiera hacer lo que su hermano, le pidió de desde un principio hubiera rechazado la solicitud de su padre.

Este caso era una muestra, de que realmente puede hacerlo bien. Y que no necesita del apellido de su Familia, si gana el caso le demostraría a su padre que realmente puede valerse por si mismo.

—¡No tengo por qué, rechazar este caso! —Grito erótico Inuyasha.

—[…] ¿Por qué carajos? Nunca escuchas lo que yo te digo, ¿Por qué siempre tienes que hacer lo que te da la gana? —grito molestó el hermano mayor.

—¿Que pretendes he? Siempre quieres que se haga todo lo que dices, no por qué seas mi «hermano mayor» voy a ser lo que ¡tú me pides! —grito el menor —Ya le pudistes a padre que dejara el caso, pero el me dió, ¿Por qué el sabe que conmigo no podrás comencerme tan fácilmente? —Caminado hacía la puerta de la oficina.

—!Esa mujer, se robó a tu sobrino Inuyasha! —se escucho la voz de Sesshomaru en toda la habitación.

—jajaja... — deteniendo su caminar y dándose la vuelta para mirar a su hermano mayor. —Dime tú, ¿Que hiciste a qué día? Llorar o a caso simplemente dijiste refugiarte en los brazos de otra mujer. ¡No seas tan hipócrita sesshomaru! No te dolió para nada la «muerte de Miyuki» ni mucho menos el de tu hijo. —Tomando la perilla de la puerta sosteniendo con fuerza.

—¿Quien demonios te crees para hablarme de esa manera? —Tomando lo del cuellos de su camisa.

—El único hombre que amo, a Miyuki hasta el final —Hablo Inuyasha mirando a los ojos a su hermano —Pero si tanto deseas, seguir puedo decirte ¿Quien fue, el que dejó a tu hijo a menos de esa mujer? Pero prefiero verte sufrir sesshomaru, pero solo espero que no te lleves a nadie entre tus pies. —aquella palabra resonaron en la habitación.

Inuyasha recordó aquel día, y fue la última vez que habló con su hermano mayor solo que ahora solo haría como abogado y no como hermano.

Cuando amos entraron sintió como si algo le dijera, «no dejes que tú orgullo pueda más que tú razonamiento» al mirar la joven madre era como ver a la mujer de su hermano.

—Miyuki —Inuyasha dejo salir aquella palabra frente de la mesa ¿Donde estaba su hermano mayor y la chica de ojos azules?

El no comprendía por qué había nombrado el nombre de su «amor platónico» todo continuo normalmente hasta que el abogado que representaba a su hermano mayor, saco de su portafolio un sencillo documento.

Que relataba algunos puntos importantes para un acuerdo, que beneficiara ambas partes.

Kagome y su abogado había quedado sin ningún argumento, la chica de ojos azules expresaba mucho dolor en su mirada era como si quiera llorar en cualquier momento.

La miro firmar aquel documento, que el abogado de su hermano le había dado, como un acuerdo era la segunda vez en la noche que confundía a su representada con su difunta «cuñada» la miro partir.

Sin rumbo fijo[…] hasta que escucho la voz de su  hermano que lo distrajo de lo que estaba viendo.

—¿Tenemos que hablar? —Se escucho la voz del hermano mayor.

—Hablar, si como no. —Contesto el hermano mayor con una media sonrisa en su rostro dejando ver aquel brillo en sus ojos dorados.

Tal vez el joven de cabello plateado, esperaba que su hermano. Se acercara a el después de todo eran «hermanos» y tenían que hablar de todo lo sucedido desde aquel día.

Inuyasha subió al auto de sus hermano, todo el camino a casa fue en silencio.

—Quiero que digas ¿Que paso alla? ¿Por qué pronunciastes el nombre de Miyuki? — Hablo sesshomaru rompiendo el silencio que había reinado, todo el viaje a casa del menor.

—La verdad ni yo lo sé[…] sesshomaru, por un instante creí verla en Kagome. —Respondió Inuyasha, tomando su celular.

—Ahora quiero que digas ¿Por qué defiendes tanto a esa mujer? —Sin quitar la mirada de frente.

—No es que la defienda, si que yo no quiero que mi sobrino esté con esa ¡Mujer! —grito el menor.

—¡¿Cuál mujer? Inuyasha! —Sesshomaru no comprendía a cuál mujer se refería su hermano Inuyasha.

—¿Cómo que cuál mujer Sesshomaru? ¡Tu mujer, maldita esposa! — grito resaltando las últimas palabras.

—¡Que chingados estas diciendo Inuyasha! —Grito detenido el auto en medio de la carretera.

—Lo que oyes, antes de morir Miyuki me confesó que ella fue la culpable del acidente que tuvo en las escuelas. Por esa razón es que no quiero que Kairi se vaya a vivir contigo y esa mujer. —Confeso en menor con los ojos brillosos, como si sus ojos fueran a llorar.

[…]