˜"*°• Ahora deja que yo te cuide a ti •°*"˜

□ Comprometidos □

Ellas habían ganado, Ainosuke estaba encerrado en la mansión sin ninguna escapatoria, tal como sus tias habían planeado. Se sentía encerrado en una prisión de la cuál le habían quitado la llave y presentía que si no la encontraba a tiempo, la condena se cumpliria...
Que en términos más sencillos, se refería al tiempo que tenía para encontrar la forma de salvar a Tadashi...
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En cuanto la mañana comenzo, todos los sirvientes y encargados dieron inicio a sus labores en la mansión. A lo que una de ellas fue a despertar tocando la puerta de la habitación de Ainosuke, tal como sus tias lo habían solicitado.
-Señor Shindo, buenos días, me pidieron que le dijera que tiene que bajar a desayunar -Alisa toca a la puerta esperando una respuesta pero no sé escucha nada y supone que después de lo de ayer, seria lo normal que pasará eso. Después de todo, ella fue de las que más se enojo cuando llamaron del hospital.
-Escuche se que lo que hice estuvo mal, pero no soportaba tanta impotencia y estoy segura de que usted tampoco, solo piense en eso, porfavor -Alisa se retira siguiendo por el pasillo a continuar su trabajo.
Dentro de la habitación Ainosuke estaba acostado en su cama, sin querer levantarse, sobrepensando acerca de todo lo que habia pasado, se sentía terrible consigo mismo por no haber hecho nada por Tadashi, Alisa y los demás tenian razón en enojarse con el, incluso el mismo quería golpearse por no haber hecho nada después de su declaración y en su lugar solo haber salido corriendo a intentar salvar a alguien que a quien nisiquiera le importaba. Ahora estaba encerrado, esperando el momento de poder escapar, pero no de la forma que el quiere. Sabía que tenía que ir con sus tías, así que tomo la fuerza necesaria para levantarse de la cama e ir a cambiarse de ropa, no era fácil ya que apenas al pararse se sintió agotado, pero, tenía que hacerlo.
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Cuando Ainosuke estaba listo, se miró al espejo terminando de arreglar su ropa, sin embargo al verse no reconocía ni su propio reflejo, por qué no se veía a si mismo si no a su padre, recordando así el sueño que había tenido esa noche en el hospital, esto hizo que sintiera como si ahora se estuviera convirtiendo en lo que más odiaba, a su propio padre...
Intento no darle más vueltas al asunto y se alejo rápido del espejo, para ir a bajar las escaleras hacia el salon principal y de ahi, ir hasta el comedor, cuando llegó se percato de que habia una familia más en la mesa a quienes no conocía.
-Buenos días querido sobrino, veo que por fin te haz levantado, ven y toma siento con nosotros. -La mayor de las hermanas lo miro con una sonrisa sarcástica y apuntando hacia una silla.
El peliazul oscuro se sentó en la silla y de inmediato el ambiente se volvió incómodo, por qué después de lo que le habían hecho, ellas estaban como si nada hubiera pasado.
-Te queremos presentar a la familia Okamura y a su preciosa hija Haruko -La de enmedio continuo haciendo un gesto con su brazo presentando a quienes estaban frente a ellos en la mesa.
-Es un gusto conocerlos señores Okamura, espero que este día esté siendo de su agrado, si puedo saber, a qué se debe su visita? -Ainosuke mantenía su actitud respetuosa de siempre por qué sabia que no podía armar una escena enfrente de los invitados.
Tras decir esto, notó como ambas familias volteaban a verse, asintiendo al mismo tiempo y posteriormente dirían sus miradas hacia Ainosuke y Haruko.
-Por supuesto que puede saber, señor Shindo, la razón de nuestra visita, es, hablar con usted sobre su compromiso con nuestra hija -Su madre tenia una sonrisa pero al mismo tiempo su expresión reflejaba seriedad.
A pesar de que el mismo sabía que este día llegaría, no quería hacerlo y no solo por qué era decisión de sus tias, si no por qué también se sentia confundido con sus sentimientos. Se quedó estático pensando, hasta que la voz de una de sus tias lo obligó a poner atención a lo que decía.
-Y también que puedan convivir, por qué entendimos que el problema era ese, así que tendrán toda la tarde libre para ello, ahora vamos, continúen desyunando.
Ambos se voltearon a ver, sin tocar sus platos, mientras el bullicio de la plática de ambas familias sonaba de fondo, al rato desviaron la mirada hacia abajo y continuaron como si nada, esperando a que llegara la tarde.
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Después del desayuno, los padres de Haruko y las tias de Ainosuke se retiraron para según ellos darles espacio, el ambiente se había tornado incomodo, ninguno hablaba, pero tenian que hacerlo, sabía que podrian estarlos espiando, fue entonces que el peliazul oscuro pregunto.
-Señorita Haruko, quisiera venir al jardín? -la expresión de Ainosuke era tensa mientras que le extendía su mano a la pelicafe para guiarla.
-Por supuesto señor Shindo, me encantaría -Haruko sonrió amablemente y siguió a Shindo hasta el Jardín.
Cuando llegaron, Ainosuke ya no sentía las miradas de su familia sobre el, por ende supuso que ya estaban a salvo, se sentó en uno de los escalones de las escaleras que conectaban el jardín y la mansión, Haruko hizo lo mismo pero manteniendo distancia.
-Escuche, yo tampoco quiero hacer esto, mi familia me obliga a hacerlo -La mujer pelicafe se notaba cabizbaja.
-Tambien buscaban comprometerte a la fuerza? -la tensión que tenía en su expresión de disipó.
-Si, así es, pude evadir muchísimos compromisos, pero este no y porfavor no me malentienda.
-Estamos igual, mis tias queiren obligarme a esto, con el fin de dar descendencia a la familia y a nuestra fortuna -Los ojos rojizos se entrecerraron mostrando molestia.
-Nuestras familias solo nos ven como eso, como máquinas para dar descendencia, limitandonos a estar con quienes dicen.
-Yo tuve la oportunidad de armarme de valor y terminar con ese patrón, sin embargo, no pude hacerlo, terminando así de arruinar todo por mi estúpida culpa y ahora no puedo ir a verlo. -Sus ojos se llenan de pequeñas lágrimas pero estás no brotan hacia afuera.
-Por que no puedes ir? -La pelicafe mira con expresión curiosa al que está a su lado.
-Por que mis tias fueron quienes me trajeron aquí, por qué verás, no estoy hablando de una mujer, si no de aquel al que conozco desde mi infancia y por el que mis sentimientos se confunden, pero ahora está en el hospital... -Era la primera vez que lo contaba, pero al ser a alguien que apenas conocía no sentía miedo.
-En verdad lo lamento, no tenía idea de que fuera así y no te preocupes por ser sincero se ve que el debe de ser muy importante para ti, no es así?,
-Mas de lo que podría pensarse y me odio por no haber tomado la oportunidad...
-Entiendo como es eso, yo tuve la oportunidad de escapar con aquel al que amo, sin embargo, me tienen encerrada para evitar que lo vea, todo por ser de clases sociales diferentes y ahora solo nos escribimos por mensaje. -Haruko también sentía ganas de llorar pero no podía.
-Tambien me pasó lo mismo y es terriblemente injusto que te alejen de tu novio por una clase social.
-Esta bien, seguimos en contacto, pero, quisiera que el fuera quien estuviera en el altar conmigo.
Ambos suspiran mirando hacia el vacío, sin darse cuenta una idea había surgido en sus cabezas, hasta ese momento.
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-Haruko, estás pensando lo mismo que yo? -La voz se Ainosuke sonaba esperanzada.
-Crei que si, pero y si nuestras familias se enteran de eso? -Preocupada mira hacia el.
-No lo harán te lo aseguro, solo, hay que fingir, fingir que aceptamos su ideas del compromiso -Planteo Ainosuke.
-Mientras que nos ayudamos para que cada uno visite a su persona especial. -Continuo Hiroko.
-Exacto, yo puedo ayudarte dándote transporte hacia donde vive tu novio, pediré a uno de los choferes que te lleve a verlo -Sonrie convencido.
-Y yo puedo ayudarte a ir al hospital, salimos de la mansión diciendo que es una cita y te acompaño para que no sospechen -Hiroko también estaba convencida y feliz.
Estrecharon sus manos amistosamente en señal de que el trato estaba hecho. Mientras
Desde una de las ventanas de la mansión, ambas familias los veían, con una expresión de haber obtenido la victoria.
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-Se los dijimos, se llevarían muy bien rápido y esto es perfecto por qué así podemos hacer la ceremonia cuanto antes.
-Opinamos lo mismo señora Shindo, por nuestra parte todo está listo para nuestra hija y la ceremonia.
-Estupendo, entonces sigamos con los preparativos en el salón principal y dejemos que los jóvenes enamorados sigan en los suyo.
Para ellos, Shindo y Okamura habian encontrado su pareja ideal, pero la realidad es que había encontrado en cada uno, un aliado y un amigo cuando mas lo necesitaban.
Ahora solo queda esperar que su plan funcione...
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[Nota del escritor]
Hola! :D, perdonen la tardanza con este capítulo, salí de viaje y regresé hasta hace poco, entonces aquí ya les traigo el nuevo cap ^^