□ Tienes que volver □

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Las responsabilidades son algo de las que a veces no se puede escapar y para Ainosuke no era un "a veces" si no un "jamás", escapar de estás no podía discutirse con sus tutoras, ya que eran las que mandaban en todo y es bien sabido que si desobedeces a tus mayores, cualquier cosa puede pasar.
Incluyendo que te separen de aquel al que amas de la manera más despiadada posible...
[📚]
El sol comenzó a salir, dando sus primeros rayos de luz a través de la ventana de la habitación en el hospital, con esto, Ainosuke y Tadashi despertaron, dándose cuenta de que toda la noche habían estado abrazados mientras dormian, cosa que los hizo sentir avergonzados, tanto para que el peliazul se levantara de la camilla con la excusa de ir a lavarse la cara.
Tadashi se quedo sin reacción, hasta que escucho a la enfermera entrar para traerles el desayuno.
-Buenos días señor Kikuchi, durmieron bien? -Pregunta con una gran sonrisa.
-Los demás nos vieron?! -El pelinegro estaba preocupado de que quienes estaban en el hospital fueran a pensar mal.
-No tiene de que asustarse, nosotros no podemos ni debemos contar nada de la vida privada de los pacientes. -La chica hablo en un tono de voz más serio para darle confianza a Tadashi.
-De acuerdo y no lo mencionaba por ustedes, es por qué si los medios se enteran-
Antes de que el pelinegro pudiera terminar de hablar vio como Ainosuke volvio a entrar al cuarto y acto seguido la enfermera salió despidiéndose amablemente de ambos y cerrando la puerta.
-Perdona la tardanza, es solo que no podía despertar bien, sin embargo no tenías por qué esperarme para que pudieras comer -El peliazul le sonríe a Tadashi y toma asiento en un sillón al lado de la camilla.
-Lo se, aún no me acostumbro, pese a que ya pasaron meses desde que empezó todo esto, pero, debo ser responsable para poder mejorar. -Tadashi le sonríe igualmente a Ainosuke, para después mirar su plato y comenzar a comer despacio.
Paso el rato, ambos habían desayunado y el pelinegro estaba listo para los exámenes que debían hacerle ese día. El peliazul oscuro lo ayudo a subir a la silla de ruedas para llevarlo a dónde estaba el doctor. No obstante, cuando esté los vio los recibió con una noticia diferente.
-Queria informarles que revisando los estudios de ayer, nos dimos cuenta de que hoy podría tomarse un día de descanso, por qué no necesitamos tomar exámenes hoy.
-Es enserio? -El pelinegro dudaba de la veracidad por qué ya todo estaba programado.
-Se que puede sentir angustia pero le aseguro que con las muestras que tenemos ahora, es suficiente, entonces son libres de pasar a el día como gusten, mañana continuaremos. -El doctor muestra una sonrisa sincera hacia ambos.
-Tadashi, te mereces poder descansar, haz estado haciendo demasiado aún estando en un hospital, no pasará nada malo, lo prometo -Ainosuke toma las manos del contrario y este lo mira con un ligero rubor en sus mejillas.
-Esta bien, confío en usted doctor y en verdad gracias por todo lo que está haciendo.
Ainosuke lleva a Tadashi en su silla de ruedas a recorrer el lugar, ya que por su condición no podía salir mucho de su habitación.
Durante todo el día conocieron más partes del hospital, interactuaron con otros pacientes los cuales eran muy amables, incluso los niños que también estaban siendo atendidos les regalaron cosas, pudieron comer en paz y sin sentir presion, al terminar salieron al jardín, dónde después de dos meses internado, por fin logro volver a ver el cielo en todo su esplendor, causando que inevitablemente lágrimas cayeran de sus ojos por la felicidad que le producía estar ahi, cuando Ainosuke se dió cuenta de eso, le planteo la idea de quedarse ahi el resto de la tarde. Y eso hicieron, estaban recargados en un árbol, con sus manos inconscientemente entrelazadas y apareciendo el paisaje, sin importarles lo demás, era perfecto, tanto asi, que sus corazones latian al unisono.  Sintiendo esto, se voltearon a ver, quedando cara a cara, ninguno se atrevia a decir algo para no arruinar el momento, lastimosamente el impulso es traicionero y acabo alcanzando a uno
-"Te amo"
Una palabra tan simple pero tan difícil de decir, había salido de la boca del pelinegro  quien no creía lo que acababa de hacer, miro a Ainosuke quien se levanto con una expresión llena de dudas.
-Ainosuke porfavor, te puedo lo puedo explicar... -Comenzaba a sentir como su respiración se agitaba sin dejarle hablar.
-No tienes que explicarme nada, me disculpé contigo por qué estoy queriendo mejorar, me importas Tadashi pero todo estaría en nuestra contra si nos convertimos en algo más...
Tadashi sentía que no podía respirar, veia borroso mientras que un mareo se producía, finalmente tosio... Pero, no fue una tos común, si no sangre. Ni el mismo podía hablar al ver su mano con el líquido rojo en ella.
Al no escuchar respuesta alguna Ainosuke fue a verlo y de inmediato lo llevo adentro buscando con desesperación toda la ayuda posible, a lo que los médicos actuaron de inmediato y lo llevaron el silla hacia urgencias, sin permitirle pasar al que lo estuvo acompañando todo el tiempo.
[🩸]
Y, no era lo único por lo que iba a tener que preocuparse, por qué, recuerdan lo de al inicio? Sobre que cualquier cosa puede pasar, pues también los tutores pueden hacer cualquier cosa para obtener lo que quieren, en este caso, traer a cierta persona de vuelta, aunque eso involucre usar medidas drásticas...
[📚]
-Señor Shindo, tiene una llamad y es urgente, necesito que venga conmigo a la recepción.
Ainosuke siguió al enfermero hacia el módulo de recepción, dónde le pasó el teléfono y cuando lo tomo para escuchar, inmediatamente identifico la voz de una de sus tias, sin embargo su voz era temblorosa y entre cortada.
-Querido sobrino, sabemos que no deberíamos llamarte así de la nada pero lo que pasó es terrible...
-Que fue lo que sucedió? -Contesto con una voz indiferente, puesto a qué ya conocía como era la actitud que tenían.
-La mayor de nosotras sufrió un accidente y no le queda más que hoy con vida debido a la gravedad de su condición, no pasará de la noche, tienes que volver...
El peliazul oscuro sentia que el mundo se le cerraba, por qué por más que ellas lo hubieran tratado mal toda su vida, no podía evitar sentirse culpable por que en cuanto su padre murio, la mayor fue quien tomo la custodia de Ainosuke. Que debía hacer? El temor lo carcomía desde su interior, sin dejarle pensar con claridad, se quedó viendo hacia urgencias pensando en que los doctores podían encargarse de Tadashi y que el estaria bien. Así que, sin dar explicaciones, salió corriendo del hospital para dirigirse a la mansión.
[🌆]
Tras un largo camino, finalmente llegó, la sensación de incertidumbre rápidamente lo invadió, aún así se armó de valor para tocar a la enorme puerta frente a sus ojos.
Una mucama fue la encargada de abrir, quedándose paralizada al ver al que todos buscaban, pero, sabía que no podia retenerlo, asi que hizo pasar a Ainosuke.
Quien tras agradecerle por recibirlo, fue directo a buscar a sus tias por todos lados, encontrandolas afuera del cuarto de la mayor, las dos estaban llorando y sus caras reflejaban angustia.
-Decidi venir en cuanto recibí su llamada
Las dos hermanas pararon el llanto y miraron hacia quien les estaba hablando, cuando se toparon con que era al que esperaban, fueron a recibirlo.
-Querido sobrino, no sabes cuánto te habíamos extrañado, hicimos de todo para buscarte pero no logramos nada. -Expreso tristemente la de enmedio
-Y lamentos que tuvieras que volver en esta situación tan lamentable... -Le siguio la menor igualmente con tristeza.
-No tengan pendiente por eso ahorita, vine por qué, me dijeron que ella no pasaría la noche, Verdad? -Ainosuke sentía extraño que lo procurarán tanto, por lo que tuvo que actuar de inmediato.
-Ah, si así es, puedes pasar a verla pero ten cuidado, no digas nada que pueda hacerla sentir mal, es lo que menos necesita ahora...
Se quedó mirando a la manilla de la puerta unos segundos, antes de soltar un gran respiro y finalmente abrirla.
Al entrar vio a su tia en su cama, con un tanque de gas para ayudarla a qué siguiera respirando, a su lado tenía varios elementos de enfermeria, indicando asi que los médicos ya la habían atendido, Ainosuke siguió caminando hasta estar lo suficientemente cerca como para escucharla. A esa distancia pudo ver cuando su tutora se desperto.
-Ainosuke, finalmente volviste, paso tanto tiempo... -Su voz era débil y se interrumpía por la tos.
-Lo se, no debería haberme ido sin haberles dado aunque sea una explicación, pero, tu misma sabes la realidad de las cosas.
-Eso es cierto, no te culpo si no querías venir a verme, no me lo merezco, te trate terriblemente mal, fue inhumano de mi parte y no tienes por qué perdonarme...
-Te agradezco que lo reconozcas, por qué tal vez no olvide lo que me hiciste pero no quiero que no puedas descansar en paz, por eso mismo y solo por qué lo dicta la situación. Te perdono... -No podía pensar en que siendo conciente había dicho eso y aún después de años de maltratos.
-Gracias, solo eso necesitaba escuchar, sin embargo, puedes concederme un último deseo más antes de que parta? -Extiende su mano hacia su sobrino.
-Uh... Cuál es tu último deseo? -Este toma la mano de su tutora.
-Que nunca vuelvas a desobedecer a tus mayores, maldito malcriado.
-Espera que?-
Sintió como es que el agarre se intensificaba ya no era de la mano, si no de la muñeca y estando inmóvil pudo visualizar como es que su tía sin ningún esfuerzo se quitaba la máscara de gas, demostrando que nunca la necesito, acto seguido la puerta fue cerrada por sus otras dos tías quienes tenían expresiones de felicidad al igual que la mayor.
-ME TENDISTE UNA TRAMPA?! TU MALDITA ARPIA-
-No, no, no, jovencito, tu solo fuiste el que cayó en la trampa. Ahora vamos, cambia esa expresión, no querrás conocer a tu prometida viéndote así verdad? -La mayor tenía una sonrisa que reflejaba maldad pura mientras que reía con elegancia.
Arpovechando su distracción, el peliazul salió de su agarre para intentar ir a abrir la puerta sin resultado alguno.
-Pensabas que no nos daríamos cuenta, sabemos que estabas con ese inservible de Tadashi queriendo salvarle la vida. Así que te hicimos un favor, trayendote a dónde perteneces...
Se acercó hacia el con paso lento, mirada desafiante y una expresión de maldad.
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En urgencias los doctores estaban haciendo de todo por detener los síntomas de Tadashi que cada vez empeoraban más. Mientras que este se quedó mirando por las ventanas de la puerta dándose cuenta de que el doctor estaba viendolo como si se lamentara y no entendía por qué.
-En verdad lo siento señor Kikuchi, era la única forma de que el volviera a casa...-Tras esa expresión de melancolía en su mano sostenía su teléfono con el número de la mansión en el...
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[Continuará]

˜"*°• Ahora deja que yo te cuide a ti •°*"˜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora