28 - Mejor.

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-Antepenúltimo capítulo-.

-Anda, anda, ve. -casi le empujo por completo a Connor, en dirección a Kate, que por fin después de toda la noche está sola, con agua mineral en una copa y sentada en una mesa. En este momento, estamos en la fiesta de cumpleaños de Kate, la cual es igual a la mía, solo que ésta es al aire libre. Connor toma su valentía y camina hasta ella, decidido. Finn y yo lo vemos llegar, sentarse a su lado y tomarle una de sus manos entre las suyas. A Kate instantáneamente le brillan los ojos y le mira incrédula. Veo que hablan por un rato, y también veo que Connor juega con sus manos, es lo que hace cuando está de nervios. Siguen hablando por un momento más y sabemos que ya le ha dicho lo que llevamos semanas preparando que le diga por la cara de emoción de Kate, la cual asiente con notable energía, para después tomarle la cara a Connor entre sus manos y dejarle un beso en los labios. Hago una mueca de asco, yo no quería para nada ver eso. Ya se que es lo que sintió Connor aquella vez en la playa cuando Finn me dió un beso. Dirijo mi mirada a otro lugar, convencida de no querer ver a mi hermano besarse con mi mejor amiga. Finn al darse cuenta, al instante suelta una sonora carcajada.

-Ay, mi pequeña. -me dice, dándome un rápido beso en los labios- Entiendelos.

-Es raro que tu hermano y tu mejor amiga hagan... -giro mi cabeza para verlos, y bueno, no hace falta decir nada, por lo que me llega un escalofrío- eso.

Finn solo suelta más carcajadas.

-Eres tan tierna en tantas ocasiones, que parece te lo propones, amor. -dice, dándome un dulce beso. Nos separamos por aire, y aún con los ojos cerrados, sonrío contra los labios de Finn recordando algo.

Los miro de nuevo, y no puedo evitar hacer una mueca de asco al ver esa traumante escena de nuevo.

-¡¡¡Eh, Katerine Abernathy Trinket, la primera maldita regla de "Reglas de novios y amigas"!!!. -le grito a todo pulmón.

Ella me mira, apenada, y al instante su rostro toma un fuerte e intenso color rojo. Connor y Finn ríen y ríen a carcajadas, a tal caso que se toman el estómago entre las manos y se ponen rojos de tal, incluso parece que se van a ahogar de la risa en cualquier momento.

-¿Ustedes.. -dice Finn, llegado a las lágrimas después de mucho tiempo de carcajadas- ustedes... tenían.. unas reglas?. -al terminar de decir eso, por su cabeza pasa lo que acaba de decir y vuelve a su histérico ataque de risa, claro, bien acompañado por Connor.

Kate y yo nos miramos, ella se carga una expresión de pena indiscutible, y yo he de tener una parecida a la suya. Decido tomar el rumbo de esta situación con humor.

-Así es. Las maravillosas reglas de novios y amigas de Katerine y Dandelion, nombradas honorablemente como "Reglas de novios y amigas", ¿no es un nombre hermoso? A que sí. -les bromeo, aunque, así es en realidad.

Ellos, ante mi respuesta, estallan en nuevas, escandalosas y mejoradas risas. A tal grado, que Finn no puede evitar el caerse de la silla. Connor se levanta como puede y se tumba al lado de Finn. Se ven tan adorables.

-Ay, ay, duele. -dice Finn, tomando su estomago entre sus brazos, incapaz de detenerse.

Ahora, no solo somos Finn y yo, y Wren con Thomas (el hijo de Beetee, a quien no veo desde hace años, pero que me enteré se hizo novio de Wren en una visita al tres, enamorándose irremediablemente), si no también ahora están Kate y Connor, felices, después de todo.

Entrando por la puerta del comedor del instituto, veo a Gabriel. Hace demasiado no se le ha visto por aquí, ya que lo sancionaron por casi un mes. El automáticamente viene hacia nosotros, solo que, a comparación de la última vez que lo vimos, viene relajado. Aún así, Finn se tensa a mi lado.

-Tranquilo, cielo. -le digo. El asiente, relajando sus músculos. Connor, Kate y Wren tuvieron la misma reacción, aunque Margo, en cambio, solo lo miraba atentamente con sus ojos grandes, expresivos y ahora con un brillo. Gabriel se sienta a la izquierda de Margo.

-¿Que quieres?. -le dice Kate, fugaz y sin dar rodeos.

-Ya, espera. Quería disculparme. -dice.

Todos le miramos sorprendidos, pero de nuevo, menos Margo.

-Finnick, siento haberte llegado tan agresivo, estaba celoso y... -dirige su mirada a mi- no soporté lo de ustedes, ya sabes.

Por sus ojos, veo que Finn analiza muy bien la situación, mientras asiente lentamente.

-Y, -continua Gabriel- me he dado cuenta de que ya he encontrado a alguien ideal.

Frunzo el ceño.

-¿Quien?. -pregunto sin pensar.

El, levanta su mano a la mesa. Pero no solo es su mano, si no también la de Margo, entrelazando sus dedos. Todos los demás abrimos exageradamente los ojos y la boca, sin creer lo que escuchamos y vemos frente a nosotros.

-Oh no, mi.. -dice Wren, pero se tapa la boca antes de decir algo más.

Al final, ambos nos explicaron que todo el mes que Gabriel estuvo ausente, el se veía con Margo y salían. Nos contaron también que empezaron a salir por que Margo fue a ver a Gabriel a su casa, preocupada por la situación que se dió entre él y Finn. A decir verdad, yo al principio no me la tragué, pero conforme hablaban mas y mas me di cuenta de que este par si que se gustaban demasiado. Quien lo diría, un Hawthorne y una Mason juntos.

Mi padre y mi madre nos miran incrédulos a Connor y a mi mientras cenamos en medio de la tranquilidad, reunidos como la gran familia que somos. Y es que les contamos lo de Gabriel y Margo.

-Quien diría, Peeta: Un Hawthorne y una Mason juntos. -comenta mi madre.

Sonrío, ya que es lo mismo que pensé hoy por la mañana.

-Sí. -contesta mi padre- Quien diría: Los Hawthorne y las Everdeen simplemente no van.

Mi madre ríe flojo, tomando a mi padre de la mano. De nuevo así, de nuevo la imagen que he visto toda mi vida: Mis padres amándose, como siempre lo han echo.

Connor y yo nos sonreímos, ya que a él como a mi, también le gusta verlos así. Pienso de nuevo en la suerte que tengo de tener todo esto, mi familia, mis amigos, mi novio. La suerte que nos cargamos de tener libertad, de no vivir ya entre las manos de un gobierno que buscaba el asustarte, el matarte, por el gobierno que pasaron mis padres. La suerte de tener día a día qué desayunar, comer y cenar, de no pasar hambre. La suerte que tengo al tener a mi hermano, caballero, gentil, comprendedor, el mejor. La suerte de tener a Kate, mi casi hermana, confidente, compañera de locuras. De tener a Finnick, mi novio, atento, amoroso y fiel a todo momento. A mi madre, una guerrera, mi héroe de vida y mi ejemplo a seguir, la viva imagen de saber seguir adelante. Mi padre, el más guapo de todos (y también el más celoso), cariñoso, protector, y, por mucho, el hombre de mi vida.

Enamorada del hijo de Finnick Odair.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora