- Hola bebé.- Matt te saluda y besa tu frente.
Sonríes débilmente y sigues leyendo tu libro, no estas lista para mirarlo aun.
-¿Como estuvo tu día?-susurras.
-Largo. Te eche de menos.
Asientes, sin siquiera escucharlo. Matt frunce el ceño, mirándote; normalmente no actúas así, normalmente saltas sobre él, cuando vuelve a casa, pero desde el final del tour, estas extraña. Él no entiende el por qué. Él siempre es la misma persona y tú solías estarlo también, ¿Qué te paso?
- Voy a tomar una ducha.- él murmura.
-Vale.
Matt besa tu cabeza. Tal vez necesitas un poco de tiempo a solas. Cuando finalmente desaparece, cierras el libro y pasas los dedos por tu cabello, tratando de contener las lágrimas. Èl actúa como si nada hubiera cambiado. ¿Cómo puede ocultarlo de ti? Tú lo sabias en el aeropuerto. No había necesidad de hablar. Justo cuando viste sus ojos, tú descubriste lo que ocurrió durante el mes que estuvo alejado de ti. Han pasado 2 semanas desde que regresó y él no te ha dicho nada todavía, pero sabe que algo anda mal. Tú llorabas durante días, pero ahora no puedes más, llorar no cambiaría nada. Lo hecho, hecho está. No se le puede culpar.
Te has sentido triste y rota un monton de veces en tu vida, pero esta vez es la peor. Ya que en realidad estabas enamorada de ese idiota. Nunca fue de tu agrado enamorarte, especialmente con Matthew, pero no podías controlarlo, incluso si sabías que terminarías herida en todas las formas posibles. Querías tu pequeña parte de felicidad, y la has tenido. Pero se ha ido demasiado rápido como para apreciarlo. Te gustaría volver a la época en la que eras la única, pero es imposible.
Frotas tus ojos y tomas un vaso de licor entre los dedos. Es la única manera de olvidar todo. Estás a punto de tomar un sorbo cuando lo escuchas detrás de ti. Se pone enfrente de ti, llevaba unos jeans y una camiseta blanca, su pelo aun estaba mojado, Podrías sonreir porque probablemente sea uno de los chicos más atractivos del mundo en este momento. Pero él ya no es tuyo. Al menos lo solía ser.
Se sienta en el sofá delante de ti y tu le das el último sorbo a tu vaso antes de dejarlo sobre la mesa. Matt arquea las cejas sorprendido; nunca bebes alcohol, más bien lo odias, hasta ahora. Te quedas sin decir palabra alguna al igual que él. Sigues mirando hacia abajo, pensando en una manera de hablar sobre el problema. Él ni si quiera sabe que esta pasando, es como si él no supiera que lo conoces mejor que nadie. Todo ha cambiado, la forma en que te sostiene entre sus brazos, la form en que te besa, incluso la forma en que te hace el amor. Todo diferente. Él tiene mierdo de perderte y tú puedes sentir lo mismo en todas las formas posibles.
-Lo sé.- dices finalmente.
Matt frunce el ceño e inclina la cabeza a un lado tratando de entender lo que estás diciendo. Tú sabes a cerca de ella. Sus ojos llenos de amor y pasión ahora están oscuros y tristes. Matt abre los ojos cuando se da cuenta de que lo que debió enterarse hace 2 semanas; lo sabes todo.
-Cariño, yo lo...
-¿Lo sientes? Ya lo sé, pero eso no cambiará nada.-murmuras interrumpiéndolo
La calma de tu voz le sorprende. No estás llorando, no tiemblas, no le estás gritando.
Matt se levanta y se sienta a tu lado y toma tus manos en las suyas. Miras las manos entrelazadas y sacudes la cabeza.
-Ya lo sé nena, sé que no va a cambiar nada, pero estaba perdido y no habiamos hablado durante días y quería una manera de olvidar...Pero fue un error. Ella fue un error, un gran error. No sé qué me pasaba.- Él admite con voz cortada.
Tu corazón se rompe en pedazos. Una gran parte de ti desea pensar que es un sueño, que esto no está pasando. Pero otra te está gritando lo ingenua que eres. Pero ahora todo está confirmado. Él lo hizo. Alejas tus manos de las de él y puedes ver la tristeza en sus ojos.
-______, ella no fue nada, tú eres mi vida, con la que quiero pasar cada segundo de mi vida a su lado. Quería decirtelo, pero me asustaba el solo pensar que te perdería.
-Lo sé, Matt. No estoy enfadada, sonará extraño, pero creo que no es tu culpa. Es mía por pensar que eras mío y solo mío. Pero me equivoqué. Siempre me equivoco.
Matt toma tu barbilla obligándote a mirarlo. Tus ojos encuentran con sus ojos marrones. Es peor de lo que él esperaba; crees que es tu culpa, pero no lo es. Es suya, él lo arruinó todo.
-Nena escúchame. Soy todo tuyo. Mi corazón es tuyo, cada parte de mí es tuya. No es tu culpa ¿De acuerdo? Es mía y yo soy probablemente el peor novio del mundo en estos momentos y si tú me dejas explicarte porqué. Joder, ¿Quien querría estar con un chico como yo?- Él dice y su voz se rompe al final.
Parpadeas un par de veces para darte cuenta de lo que a dicho y finalmente frunces el ceño. Su mano se aleja de tu cara cuando envuelves tus brazos alrededor de su cuello. Matt no se mueve durante unos segundos, sin saber como debe reaccionar.
-Yo no te dejaré Matt. Nuca te dejaré. No eres el peor chico del mundo. Cometiste un error, todos cometemos errores. No digas que nadie quiere a un chico como tú, porque yo lo hago. Solo necesito un poco de tiempo. Si me dices que lla no fue nada para ti, te creeré. Nunca te dejaré de amar Matthew Espinosa.- murmuras con voz temblorosa mientras que las lágrimas empiezan a caer por tus mejillas.
-No más secretos.- susurras.
Matt sonríe y pega su frente con la tuya.
-Prometido.
