-¿Verdad o reto?- preguntó Jack.
-¿Qué?- te giraste a verle desde tu posición. Ambos estaban mirando una película en tu casa, lo que era normal cuando el no estaba ocupado escribiendo nuevas canciones con Gilinsky.
- ¿Verdad o reto?- volvió a repetir.
-No tenemos 10 años, Jack.
-Solo elige uno.
-Okay. Verdad.
-¡Eres tan predecible!- se echó a reír.
-Está bien, entonces, reto.
-No, no. Nos quedaremo con Verdad. Se supone que eliges tú.
-Okay. Pregunta entonces.- dijiste sonriendo.
-Tú me...eh...¿Me quieres?- tartamudeó rascándose la nuca nervioso.
-¡Claro que te quiero! Hemos sido amigos desde siempre.
-Pero tú...¿M-me quieres?
-¿A qué te refieres?- preguntaste confusa.
-Me refiero...que si me quieres...eh...como más que un amigo.
-Eh...Jack, yo... Hemos sido amigos por mucho tiempo... y yo..
-Está bien si no lo haces. Yo solo quería saber...supongo.- Él volvió a centrar sus ojos en la televisión pero pudiste notar que en realidad no le prestaba nada de atención a la película ya que su mirada se encontraba perdida.
-Tu turno.
-Mira ______, ya no quiero jugar. Fue una estúpida idea jugar.- dijo seco sin siquiera voltear a verte.
-Solo elige uno.- imitaste su tono de voz.
Él volteó su cara en tu dirección pero sin embargo clavó su vista en su regazo y comenzó a jugar con sus dedos.
-Verdad.- murmuró.
-¿Confías en mi?
-¿Qué clase de pregunta es esa?- levantó su vista mirandote a los ojos.
-Respóndeme.- exijiste duramente.
-Sí.- dijo murmurando de nuevo.
Gateaste, colocándote sobre tus rodillas y comenzaste a avanzar para sentarte en su regazo. Jack, sorprendido, empujo su cuerpo hacia el respaldo del sillón, tratando de poner distancia entre los dos.
-¿Qué estás haciendo?
-Dijiste que confiabas en mi ¿Verdad?
Jack tragó duramente y asintió. Tú continuaste tus acciones y te fuiste acercando cada vez más hacia su rostro, Jack se tensó cuando sintió tu respiración en sus labios pero depués se relajó y tomo tu mejilla con su mano, cerrando la distancia entre ambos. Por fin, estrellaste tus labios contra los suyos, sitiéndote más feliz de lo que te habías sentido en toda tu vida. Sus labios se movían en sincronía mientras se encargaban de saborear los labios del otro. Ambos se separaron respirando con dificultad.
-¿Eso responde tu pregunta?- sonreíste.
-Sí.- sonrió abiertamente para después volver a juntar sus labios con los tuyos.