JIN

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Estoy enamorado de Namjoon.

Mientras camino a su lado por el sendero que sube a la cima de
Uetliberg, mi corazón no se queda quieto. Mis ojos se desvían hacia su rostro, hacia esos rasgos sublimes que hace tiempo que aparecen en mis
sueños, y cada vez que nuestras miradas se encuentran por accidente, se me corta la respiración. Aparto los ojos rápidamente, antes de que él pueda ver mis mejillas encendidas, y sonrío para mis adentros. Hago lo mismo cada
vez que mi mano roza involuntariamente la suya.
Estoy enamorado.

Creía que solo era entusiasmo de  doncel maduro. Empezó como una curiosidad, un interés por un hombre de buen aspecto y con unas credenciales impresionantes, que aumentó cuando lo conocí en persona y vi que lucía mucho más atractivo con traje. Se convirtió en admiración cuando empecé a trabajar para él. ¿Cómo no admirar a alguien que trabaja tan duro día tras día, que toma decisiones difíciles sin sudar, que mantiene los hombros firmes cuando llevan el peso del mundo? Por eso, como soy una persona adulta, algo de eso se convirtió en lujuria. Me esforcé mucho por controlarla y ocultarla, pero se desbocó cuando tuvimos relaciones sexuales por primera vez. Debería haberse apaciguado entonces, pero no. Sigue
haciéndose más y más intensa. Anoche, perdí la cabeza. Y cuando volví en mí, me di cuenta de que aún no era suficiente. El sexo no es suficiente. No solo quiero su cuerpo. Quiero su corazón, su alma. No quiero solo lo bueno.
También quiero lo malo. Y todo lo que hay en medio. Quiero todo de Namjoon.

Tal vez siempre lo he querido y solo lo he negado, luchando contra ello porque la voz en mi cabeza me decía que no era lo correcto. Porque él es mi
jefe. Todavía lo es, y no sé por qué eso ya no parece importar. Quiero decir, por supuesto que sigue importando. Es por lo que no podemos ser una pareja. Pero ya no veo por qué no puedo amarlo por esa razón.
Lo quiero a pesar de que es mi jefe, a pesar de saber que somos de mundos diferentes, a pesar de mis temores de que un día de estos se case con una mujer o doncel tan rico y exitoso como él. Simplemente lo amo. Por
supuesto, estaría bien que me considerara a mí, pero no espero nada de él. Estoy feliz de estar a su lado.

Le robo otra mirada. Esta vez, no puedo evitar sonreír. De repente, gira la cabeza. Me tapo la boca con la mano y me regaño en silencio. Mierda.

—¿Estás bien? —Namjoon se detiene y gira hacia mí.
Pongo cara impasible mientras me froto las manos.

—Si.

No parece convencido.

—¿Tienes frío?

Me doy cuenta de que sí porque sopla una brisa helada. Puede que aún sea verano, pero aquí, en esta montaña suiza, parece invierno. Incluso con el abrigo que llevo puesto, me provoca temblar. Quizá debería haberme puesto una camisa de cuello alto debajo, o una capa más de ropa. Me rodeo con los brazos.

—Un poco. Pero estaré bien.
De todos modos, ya casi llegamos al restaurante. Estoy seguro de que allí hará más calor.
Aun así, Nmajoon se quita la bufanda.

—Toma —dice mientras empieza a ponérmela alrededor del cuello—. Le lanzo una mirada de preocupación.

—Pero…

—Yo nací en Chicago en pleno invierno —me dice Namjoon—. Creo que soporto mejor el frío.
Me pregunto si eso es cierto. Por otra parte, recuerdo que él solo lleva un abrigo y una bufanda en los días de invierno, mientras que yo siempre voy bien abrigado.

—Además, sobreviví cuando me quedé en un hotel en Hokkaido que tenía el calentador roto. También en invierno. Lo miro con los ojos muy abiertos. Siempre pensé que únicamente se alojaba en hoteles de primera clase que tenían lo mejor.
Yo toco la bufanda.

—Gracias.

Ya que ha hecho el esfuerzo de ponérmela en el cuello e intentar convencerme de que no la necesita, mejor la acepto.
Me acerco la bufanda a la barbilla. La lana es agradable. Suave y cálida. Y también huele a la colonia de Namjoon.
Cierro los ojos y respiro su aroma. Hay algo que me hace sentir seguro, feliz.

—Además, pronto estaremos en el restaurante —dice Namjoon.
Abro los ojos y veo que ha metido sus manos en los bolsillos para seguir caminando.

—Eso espero. Sé que Simone Odermatt dijo que este lugar era excelente e incluso se tomó la molestia de reservarlo para nosotros, pero me gustaría
que hubiera mencionado que teníamos que caminar desde el carro para llegar hasta allí.

—Al menos tenemos buena vista —digo mientras lo alcanzo.

Ha empezado a ponerse el sol, así que ahora las nubes y las montañas que nos rodean parecen brillar. También puedo ver la ciudad y el lago. Imagino que por la noche tendrá un aspecto mucho más encantador.

—Lástima que tus hermanos no puedan verla.

Namy se encoge de hombros.
—Bueno, no se puede evitar que Jungkook tenga trabajo. Y Yoongi quería ver otra montaña suiza.
Lo sé. Yoongi fue a conocer el Matterhorn y Jungkook tuvo otra reunión con unos ejecutivos de Odermatt Corp. después de la que él y Namjoon tuvieron
esta mañana.

—¿Por qué? —pregunta Namjoon—. ¿Los echas de menos? Al parecer Yoongi y tú se han hecho muy buenos amigos.

Mis ojos se abren de par en par. ¿Yoongi y yo? Bueno, ayer me habló mucho. Incluso coqueteó. Espera un segundo. ¿Namjoon está celoso?
Es una idea absurda y, sin embargo, tengo ganas de volver a sonreír. Después de todo, si Namjoon está celoso de otro hombre, su hermano nada
menos, significa que está interesado en mí, ¿no? ¿Quizás haya una posibilidad de que incluso… me quiera también?
Sé que dije que no esperaba nada de Namjoon, pero sus palabras encendieron una chispa dentro de mí y ahora no puedo evitar sentirme
esperanzado. Supongo que si realmente amas a alguien, quieres que esa persona te ame también.

—Si no quieres estar a solas conmigo, nos podemos ir —dice Namjoon.

—¿Después de caminar todo esto? No. —Sacudo la cabeza—. Y no me importa estar aquí solo contigo.

Para ser sincero, aunque suene horrible, no lamento que Yoongi y Jungkook no estén aquí. De hecho, me alegro. Puedo visitar un restaurante romántico en la cima de una montaña suiza solo con Namjoon. Es casi como una cita. Me pregunto si está bien pensar así.

—Bien —dice Namjoon—. Porque, para ser honesto, no creo que pueda volver al carro sin haber comido antes. ¿Y tú? ¿Tienes hambre?

—Un poco —respondo—. Espero que la comida sea buena.

Sueño y Legado (Namjin) 🍼💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora