JIN

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—Son cincuenta y ocho dólares con cuarenta y nueve centavos —me dice el farmacéutico del mostrador.

Mis ojos se abren de par en par. ¿Casi sesenta dólares por un frasco de analgésicos, un tubito de crema para granos y unas botellas de agua? Solo tengo un billete de cincuenta dólares en la mano, así que busco rápidamente en mi bolso uno de diez. Sé que tengo uno en alguna parte. ¿Dónde está?
Esperaba que mis dolores de cabeza y mis mareos desaparecieran. Pensé que aquella vez que casi me desmayé en el porche de mi antigua casa sería el último episodio. La persona que me ayudó (vive enfrente) era una enfermera que solo me dijo que tomara suplementos de hierro. Lo hice, y durante un día estuve bien. Pero anoche, volví a sentirme mareado, incluso con náuseas. Hoy desperté con dolor de cabeza. No es tan doloroso, pero está literalmente en mi nuca, fastidiándome. Además, esta mañana no tenía apetito y, para colmo, cuando me miré en el espejo, descubrí que tenía un
grano en la frente. ¿Qué demonios? El farmacéutico se aclara la garganta. Renuncio a encontrar el billete de diez dólares, aunque estoy seguro de que tengo uno, y le doy mi tarjeta de crédito. Mientras procesa mi pago, mi mirada se posa en las pruebas de embarazo que están justo debajo del cristal del mostrador. La pregunta me viene a la cabeza: ¿Y si estoy embarazado? Namjoon y yo no usamos ninguna protección. Y sí, fui yo la que decidió eso la primera vez que tuvimos sexo porque pensé que acababa de terminar mi periodo y estaba a salvo. Sin embargo, ahora que hago un cálculo rápido, me doy cuenta de que mi periodo ya había terminado cinco días antes.
Siempre he sido saludable, pero ahora casi me desmayo. Todo el tiempo me siento cansado. Y lloro con facilidad. Las palabras de Namjoon resuenan dentro de mi cabeza. ¿Y si te he dejado
embarazado?

—¿Sr. Kim? —El farmacéutico llama mi atención.

—¿Sí?

—Su tarjeta y su compra. —Me los entrega—. ¿Algo más?

De nuevo, miro las pruebas de embarazo. ¿Compro una? Es posible que no esté encinta, pero no está de más asegurarse, ¿no? Señalo el test.
—Deme dos de esos.

❣️❣️❣️❣️❣️❣️❣️❣️❣️❣️❣️


Mientras vuelvo a mi hotel, mi corazón y mi mente se aceleran. No puedo quitarme de la cabeza la pregunta de si estoy o no embarazado. ¿Y si lo estoy? Contemplo mi posible futuro.
Primero, las malas noticias. El principal titular es que no tengo marido ni pareja. O una familia. Haré esto sola. Bueno, puedo decírselo a Namjoon, pero
después de que intentara acusarme (usar un hijo para sacarle dinero o lo que sea), tengo dudas. Además, si le cuento lo del bebé, le estaré dando la llave de mi vida. Él estará en ella, pero no será mío. Será como ese estúpido
contrato, pero sin el chalet suizo.

No, no voy a decírselo. Voy a hacer esto solo. Será doblemente duro, pero estaré bien. ¿Cierto?
La otra mala noticia es que no sé mucho sobre embarazos. Nunca le pregunté a mi madre sobre el tema (por supuesto que me gustaría que estuviera aquí ahora mismo), pero supongo que puedo buscarlo en Google.

Además, actualmente no tengo trabajo ni lugar donde quedarme. Creo que debería empezar a buscar más seriamente un apartamento aquí en Seattle. ¿La buena noticia? Tengo algunos ahorros. Claro, he estado guardando para viajar, pero si voy a tener un bebé, no tengo otra opción más que
invertir en él. Quizá no trabaje durante un tiempo antes y después de que nazca la criatura, pero cuando finalmente tenga que buscar un trabajo, estoy seguro de que no será tan difícil encontrarlo. Tengo un currículum
excepcional y sé que soy eficiente. ¿Y qué más? Tengo una vieja amiga aquí en Seattle que es médica. Ella puede ayudarme.

Una última cosa. Estoy embarazado. Voy a tener un bebé. Finalmente, ya no estaré más solo. Voy a tener a alguien a quien pueda llamar mío, alguien que será mi familia. Solo pensar en todas las Navidades y cumpleaños que
vamos a pasar juntos, en todos los lugares a los que viajaremos, en todas las cosas divertidas que vamos a hacer juntos, me hace sonreír.Ya quiero a mi hijo.
Por supuesto, eso es solo si estoy embarazado, cosa que descubriré con seguridad dentro de un rato.

Finalmente, llego al hotel. Subo en el ascensor hasta mi piso y me apresuro a atravesar el pasillo. Voy a ir directamente al baño y me hago la prueba enseguida. Al menos, ese es mi plan, pero en cuanto abro la puerta de mi habitación, todo se desmorona. Namjoon está de pie junto a la cama. Namjoon. En carne y hueso. Vestido con uno de sus impecables trajes.
Tengo ganas de pellizcarme. No estoy soñando, ¿verdad? Sé que he tenido mareos. ¿Ahora también tengo alucinaciones?

—Jin. —Namjoon dice mi nombre y mi corazón da un salto. Bueno. Entonces no es una alucinación. Pero eso no explica por qué está aquí, delante de mí en este momento. ¿No se supone que está en Chicago dirigiendo su empresa?

—¿Cómo llegaste aquí? —Por fin encuentro mi voz, aunque parece que no puedo evitar que tiemble. ¿Cómo supo que me estaba alojando en este hotel?

—Fui a tu apartamento, pero no estabas allí. Tu amiga Jess me dijo que habías vuelto a Seattle, así que vine hasta aquí. Miller me ayudó a averiguar dónde te estabas quedando y me reservó una habitación en este mismo
hotel. Cuando llegué, le pregunté al gerente si podía tener la amabilidad de conseguirme la llave maestra de tu habitación.

—¿Quieres decir que le pagaste al gerente? —pregunto.

—No. Pero le prometí unas entradas para un partido de los Seahawks. ¿No es lo mismo?

—Bien. Pero ¿por qué estás aquí?

—Pensé que ya te había dicho la razón —responde Namjoon.
¿Lo hizo? Camina hacia mí.

—Estoy aquí porque tú estás aquí, Jin. Doy un paso atrás y levanto un dedo.

—No te acerques más.
Se detiene.

—Ahora, dime otra vez por qué estás aquí, porque la respuesta que me has dado no tiene sentido. No hay ninguna razón para que me sigas hasta
aquí. Ya no soy tu empleado.

—Puedes regresar a la empresa si quieres.

¿Así que está aquí para pedirme que vuelva a mi antiguo trabajo? ¿Por qué? ¿Porque no puede encontrar otro asistente que pueda hacerlo tan bien?

—No quiero.

—Entonces no lo hagas. Pero te voy a llevar conmigo de vuelta de todos modos.

Mis cejas se arquean. ¿Qué? Eso tiene menos sentido aún. ¿Se ha vuelto loco desde la última vez que lo vi?

—¿Qué quieres decir? —cuestiono—. ¿Estás diciendo que el contrato para un bebé era tu forma de pedírmelo amablemente, y como te he
rechazado, ahora vas a secuestrarme y a obligarme?

—No —responde Namjoon mientras da otro paso adelante—. Te estoy pidiendo que regreses.

De ninguna manera.
—¿Y si digo que no?

—Seguiré preguntando hasta que cambies de opinión —replica Namjoon—. Te demostraré que te merezco. Te probaré que tú y yo somos el uno para el otro. Engreído.

—¿Cómo? —Le pregunto.

—Haré lo que sea necesario.
Da otro paso adelante. Yo doy otro hacia atrás, pero encuentro la puerta detrás de mí. Estoy acorralado. Namjoon me mira a los ojos.

—Te he echado de menos, Jin.
Sus palabras y su mirada hacen que mi pulso se acelere, pero reprimo mi excitación. Y mis ilusiones. Me prometí a mí mismo que sería más inteligente, más fuerte. Además, no ha dicho las palabras que más quiero
oír. Levanto la barbilla.

—Echas de menos el sexo, ¿verdad? ¿No es por eso por lo que querías tener un bebé conmigo? ¿Solo para que podamos coger?

—Mentiría si dijera que no echo de menos el sexo, pero no es por eso que quiero estar contigo.
Lo ignoro.

Sueño y Legado (Namjin) 🍼💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora