✧3!

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Sohee me observó con los brazos cruzados, después observó a Wonbin que sonreía, y así sucesivamente durante unos segundos.

—Dime que no eres tan estúpido como para pensar que realmente su cara quedó así por una pelota de básquet — me observó entrecerrando sus ojos.

Miré a Wonbin que me dio una sonrisa mostrando sus dientes, sonreí igualmente. Desvíe mi mirada a Sohee, que me observaba esperando una respuesta.

—Bueno, las pelotas de básquet son muy pesadas y duras— sonreí inocentemente.

—Eres un idiota, ni siquiera tu cara bonita puede ayudarte— golpeó levemente mi hombro.

—Sohee, no digas eso, Anton es muy lindo siendo él mismo ¿no es así, Anton?— recostó su cabeza en mi hombro, su olor a azúcar y chocolate de avellana impregnó mis sentidos pero esta vez fue un olor tan delicioso y nada empalagador. Asentí varias veces sin dejar de verlo.

—Te creeré sólo si vas a la enfermería, parece que ni siquiera te tomaste el tiempo de curar tus heridas— suspiró fuertemente ladeando su cabeza negativamente. Tomó a Wonbin de la mano caminando a rastras.

—¡Te veo después, Anton!— movió su mano en despedida rápidamente antes de ser completamente arrastrado por el castaño.

Sonreí regresando el gesto y cerré los ojos soltando un suspiro, caminé a una banca cercana y cubrí mi rostro.

¿Qué debería hacer? Necesita mi ayuda pero tengo tanto miedo de ayudarlo, debe existir otra solución, una mejor que tener un cachorro. Tan sólo pensar en el miedo de volver a su hogar y sufrir de mucho maltrato me causa escalofríos.

—¡Anton! —Levanté el rostro buscando a la persona que me llamó, Shohei se acercó con trotes y detrás de él venía Shotaro.

—¿Qué pasa?—pregunté después de tenerlo lo suficientemente cerca para que me escuchara.

—¿Vino Wonbin a la escuela? Ayer no lo vi y tampoco respondió a mis mensajes. Le preguntaría a su amigo Sohee, pero ese chico da un poco de miedo, siempre tiene cara de amargado.— Susurró lo último, ocasionando que saliera una pequeña risa de mí.

—Está en la enfermería, esta mañana que fui a su casa me encontré con la sorpresa de que ya sabes... —fruncí la boca.

—¿En la enfermería? —Bajó la mirada frunciendo el ceño, tratando de encajar lo que le dije. Abrió enormemente sus ojos para verme sorprendido, se acercó un poco más a mí para que nadie escuchara. —¿Otra vez le pegó su papá?— Asentí metiendo mis manos en mi pantalón. —Ese maldito anciano, tengo tantas ganas de golpearlo.

Shotaro asomó un poco su cabeza para observarnos, golpeé el brazo de Shohei dando señal de que bajara la voz. Observó su reloj y suspiró despeinando su cabello.

—Tengo que irme a la dirección, esto de ser presidente de clase no es fácil, por favor, si pasa algo avísame, ¿de acuerdo?

Asentí con la cabeza sin dejar de fruncir la boca, levanté mi mano en modo de despedida y fui a la enfermería ignorando por completo que tendría pronto una clase importante.

Me detuve fuera de la enfermería. Sollozos salían de ella y sí, llámenme metiche porque me quedé a escuchar todo.

—¿Por qué no me habías dicho nunca que tu papá te hacía esto? Entonces, todas las veces que tenías moretones y decías que era porque te habías caído en el baño, porque te caíste de la cama, porque tropezaste en las escaleras, ¿eran mentiras? —Sohee lloraba desconsoladamente cubriendo su nariz, sus ojos estaban completamente rojos, las lágrimas caían como lluvia y sus mejillas estaban tan rojas. Wonbin suspiró tomando las manos de Sohee con una sonrisa.

A PUPPY? WontonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora