✧10!

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Abrí la puerta lentamente metiendo mi cabeza, el fuerte viento de feromonas golpeó mi rostro, la habitación apestaba a tristeza y mi lobo gruñía, aullaba para ir corriendo a ver a su omega.

Solté la bolsa de supermercado en el suelo quitando la cobija, inmediatamente vi el nido de Wonbin, al verme sonrió levemente, estaba un poco pálido, su boca estaba reseca y se mantenía frío.

—Alfa... —murmuró inclinándose para quedar frente a mí, tomarme de mi cuello y abrazarme.

No lo dudé y permití que me sintiera, lo abracé fuertemente de la cintura, acercando más su cuerpo a mí, lo senté sobre mis piernas y aspiré el aroma que desprendía su cuello.

Mi alfa comenzó a brincar, se sentía tan feliz que solo quería estar cerca del omega de Wonbin, reconocía al omega como suyo.

Cerré mis ojos muy felices de aquel momento, acaricié su cadera y poco a poco subí mi mano acariciando la curvatura de su cintura sonriendo, tenía una figura muy bonita.

—Veo que hiciste un nido con mi polera y mi uniforme —luego de minutos en silencio, sonreí, él seguía teniendo su cara sobre mi cuello.

—Mi omega se sentía solo y desprotegido, sólo hice lo que me pidió —susurró. Observé su cara con nuevamente pequeños moretones, acaricié y besé cada uno de ellos.

Cada uno de mis besos pasó por su mandíbula, sus mejillas y sus labios, él siguió mi ritmo. Lo cargué tomándolo de sus muslos y recostándolo delicado y lentamente a la cama, sus piernas quedaron en mis costados. Tomé sus manos para ponerlos sobre su cabeza, que sostuve con una de mis manos. Con la otra, subí un poco la polera de su pijama y acaricié su delgada y fina piel.

—Anton...—jadeó al sentir mi tacto, su tono me había hecho sentir demasiados sentimientos.

Besé su cuello bajando a sus clavículas y con pequeños besos, marqué todo su abdomen; mi boca se acercó a sus pezones y comencé a chuparlos lentamente mientras escuchaba la respiración entrecortada de Wonbin.

Detuve mis besos contemplando su rostro que estaba más que enrojecido, me acerqué dando un beso en su mejilla, posteriormente me separé y despeiné mi cabello confundido.

—No puedo hacerlo — murmuré. Sentí su mirada puesta en mí. —Eres como mi hermano, sería mejor marcarte Wonbin, con mi marca puedo ayudarte a escapar de este lugar.

—Yo no quiero un alfa, te había dicho que no quería un alfa. — Su voz fue rápida y lo observé para verlo tan serio.

—¿Por qué un cachorro? ¿Sabes qué el cachorro necesitará de tu alfa durante el embarazo?

—Con tus prendas será más que suficiente.

Acomodó su pijama apenado y peinó un poco su cabello, mordí mi lengua sin quitar mi mirada de él.

—¿A qué le tienes miedo? ¿Qué te da miedo?

Su mirada se perdió, no respondió y frunció su ceño varias veces como si estuviera pensando en algo.

—No quiero que me lastimen, no quiero que me marquen y me lastimen poco tiempo después. —murmuró jugando con sus manos, tomé ambas manos, pero él no dirigía su mirada hacia mí.

—Yo no te lastimaré.

—Ni siquiera nos gustamos, no tendría caso una marca, si tengo un cachorro, él no me dejará sólo nunca.

—A mi alfa le gusta mucho tu omega, desde que somos unos niños, se siente mal si no está cerca de él. — Tragué saliva. —Eso nos une.

—A mi omega le gusta tu alfa desde hace mucho, pero a mi humano no le gustas de la misma forma que a mi lobo —fue directo y tímido.

Mi lobo se sintió mal, bajó sus orejas sumiso ante el rechazo que recibía constantemente.

Wonbin fue mi amigo desde niño. Me di cuenta de que los chicos omegas no llamaban mi atención pero con Wonbin de alguna forma sentía una conexión. Mi alfa se sentía triste si no estaba cerca de él, si no comía con él, si no estábamos juntos en la escuela, simple y sencillamente se sentía triste con tan solo no estar cerca de él. Cuando entré a la preparatoria supe lidiar con mi lobo, supe mantenerlo quieto con una chica y con otra para no pensar en el omega, pero mi alfa rechazaba el lobo de las omegas, ocasionando que no duraran mucho tiempo mis relaciones.

—Puedo gustarte, así como puedo hacer que me gustes. — Lo primero que pensé fue en eso, traté de convencerme de que era lo que quería pero nunca había estado con un chico, ni sentimental ni sexualmente.

Lo pensó unos segundos, abría y cerraba la boca, sonreí inconscientemente al verlo tan pequeño pensando. Me acerqué hacia él para abrazarlo.

—No me importa si vienes de padres deltas, no me importa si eres un omega débil, yo te defenderé, te haré mío y te daré todos los cachorros que quieras —mis mejillas se sintieron calientes al imaginarlo con muchos cachorros míos.

—Puedes hacerlo ahora, ¿sabes? Puedo sentir tu aroma fuerte de que tu celo llegará pronto —dijo sobre mi pecho, lo miré sorprendido.

—No seas muy atrevido, me haces sentir avergonzado.

—Alfa —se acercó susurrando sobre mis labios. — Te necesito conmigo ahora.

—No hagas eso, en serio —ante su tono mi entrepierna dolía.

—Es que nunca estuviste con un chico, es por eso que no eres capaz de tocarme —sonrió, volteándose y volviendo a armar su nido.

¿Me estaba retando? Porque era muy atrevido y eso sólo me provocaba. Lo tomé fuertemente de la cadera para recostarlo en la cama, subirme sobre él y rozar intencionalmente mi erección a su miembro. Soltó un jadeo, besé sus labios acariciando su mejilla.

—No me retes porque soy capaz de hacerlo— susurré. — Sólo lo haré si aceptas ser mi omega, así mi lobo se sentirá feliz y no sentiré culpa por tocarte.

—Eso suena muy comprometedor —levantó sus labios como pato y sin dudarlo le di un beso de la misma forma, haciéndolo sonreír.

—Eres muy bonito, Wonbin, ¿sabías?

—Solo tú me lo has dicho.

—Entonces es bueno que solo yo me dé cuenta, así no me preocuparé de que alguien quiera robar a mi omega —sonreí.

—Bien, aceptaré ser tu omega, Anton —acarició mis clavículas. —Si prometes que no me dolerá mucho.

—¡Wonbin! — grité sonrojado. —Te dolerá, es obvio, yo no sé cómo hacerlo —dije entre dientes.

—Yo te ayudaré, ahora somos un equipo —mostró sus dientes con una sonrisa.

Sonreí mostrando mis dientes igualmente, golpeé sus labios en un beso acariciando su abdomen. Fue un momento de placer tan grande que no tardó en quitarme mi polera, dejándome ver desnudo de la parte de arriba. Ataqué su boca y comencé a tocarlo, estaba bien, ¿no? Porque yo me sentía bien.

A PUPPY? WontonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora