✧11!

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Lo recosté delicadamente sobre la cama, subí mi cuerpo sobre él sin aplastarlo y poco a poco comencé a deslizar mis dedos por su cintura, mi boca se dirigió a dar besos en su cuello y su pecho desnudo, metí una de mis manos sobre su pijama sintiendo su bulto en él. Inconscientemente tragué saliva y sin dudarlo quité su pantalón, me incorporé observando su cuerpo, era hermoso y amaba tanto como se marcaban sus clavículas; sonreí besándolas.

Wonbin me empujó levemente, mordiendo su labio inferior.

—Anton, quiero intentar algo —susurró cerca de mi rostro.

Levanté la ceja y se arrodilló frente a mí, me observó con una sonrisa y mi cara comenzó a arder. Sus manos bajaron mi cierre y cerró los ojos bajando mi ropa interior, algo que me hizo soltar una risa ante lo nervioso que estaba.

Observó mi falo erecto durante unos segundos e hizo que me diera vergüenza.

Introdujo su boca haciéndome gemir ante el tacto, con una de sus manos acarició mis testículos y con la punta de su lengua lamió mi glande ocasionado que sacara el aire que estaba conteniendo, abrí mis ojos y lo observé, me miraba directamente, sus ojos brillaban y el rubor adornándolo lo hacían ver tan lindo.

—Sigue. — susurré tomando su nuca y dirigiéndola a mi miembro.

Bajó, tomando uno de mis testículos e introduciéndolo a su boca y de abajo hacia arriba con su lengua, lamió hasta llegar a la punta. Sin dudarlo, metió todo mi falo en su boca, comenzando lentamente hasta ir rápidamente, podía sentir sus dientes haciéndome gruñir.

—Lo haces bien, muy bien —murmuré presionando mis labios. Lo saqué después de unos cuantos minutos y lo tomé de sus caderas para recostarlo nuevamente, quité su ropa interior y saqué la mía faltante. Ahora me toca a mí.

Era nuevo para mí todo esto, algo que jamás había imaginado ni experimentado. Presioné con mis manos ambos glúteos, haciendo jadear un poco.

—¿Sabes cómo hacerlo? —murmuró.

—Claro que sé, no es mi primera vez —susurré tomando su falo en mis manos y comencé a masturbarlo.

—Habló de hacerlo con un chico —gimió incorporando su espalda.

Me quedé en silencio siguiendo en lo mío y no fue mucho tiempo cuando se corrió manchando mi mano y su abdomen.

—Ya no aguanto, lo haré —abrí sus piernas posándolas a los lados de mis caderas y observé su entrada —¿Era por ahí, cierto?

—Sí, por ahí —río levemente, tomando mi falo con su mano y posicionándolo en su entrada. Fruncí mi ceño pensando en cómo fue que se dio cuenta de mis pensamientos. — Pensaste en voz alta.

Asentí apenado y sin pensarlo tanto, lo introduje metiéndole lentamente, el rostro de Wonbin poco a poco comenzó a torcerse.

Había olvidado algo importante.

—No debiste parar, podía soportarlo.

—No es eso, tengo que prepararte para que no duela el doble.

Introduje un dedo y Wonbin, sin vergüenza, soltó un gran gemido. Di vueltas dentro de él y al verlo más acostumbrado introduje otro. Pocos minutos después introduje el tercero.

—Anton... Anton, se siente bien —murmuró con sus ojos cerrados.

—Estás muy húmedo —saqué mis dedos impregnados de su esencia y me acomodé sobre él.

Un calor comenzó a dar en todo mi cuerpo, mi respiración se aceleró y las ganas de moverme duramente dentro de él fueron tan altas que lo haría todo el día sin cansancio. Poco a poco introduje mi falo, resbalaba tan bien y se sentía caliente y estrecho que no dudé en gemir alto.

A PUPPY? WontonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora