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"Jeon Jungkook ¿quieres dejar de mover el maldito pie?" Yoongi expresó con molestia, viendo al alfa fruncir el entrecejo.

"¿Dónde se supone que está? No puedo creer que sea impultual. Detesto a las personas así y lo sabes" dijo entonces, alzando una ceja al ver a Yoongi gruñir, ya harto de su insistencia.

"Calma tus humos, cachorro. Lo citamos a las dos y media y faltan aún siete minutos" apuntó, sobando el puente de su nariz para tratar de relajarse y dispersar el estrés que su jefe le causaba.

"Yo llegaría media hora antes entonces" murmuró, haciendo un leve puchero. "¿Estás seguro qué está en la empresa, Yoongi?"

"Jungkook, antes de que algo pase por mí, primeramente debe pasar por Seokjin u Hoseok, y en este caso ambos me dijeron que el omega estaba aquí, así que cállate y espera los seis minutos que faltan, joder"

Min Yoongi había logrado -a base de miles y miles de muecas tristes y comentarios innegables sobre lo mal que Jungkook se la pasaba al no tener a un ayudante- convencer al alfa a que por lo menos dejara al chico trabajar dos semana. Si después de ver su desempeño y este no le resultaba nada agradable, buscaría él mismo otro lugar donde el omega pudiera estar sin quejas.

"Yoongi, te digo que olí un aroma a miedo y tristeza cuando estamos discutiendo moderadamente" en efecto, al ser Jungkook un alfa puro, tenía la ventaja de poseer un olfato exquisito, lo que lo llevó a sentir ese aroma a nuez y fresas fuera de su oficina. "¿Crees que haya sido él? ¿nos escuchó?" su lobo había estado inquieto en todo ese rato, por lo que la postura demandante y los gestos de desinterés se esfumaron sospechosamente.

"Si ese fue el caso, preocúpate porque cuando te dije que él necesitaba esto, no te mentí. Analiza tus palabras antes de soltarlas, Jungkook" Yoongi regañó, poniéndose sobre sus pies y yendo hasta la salida. "A veces extraño el hombre que solías ser, y no me malinterpretes, has tenido cambios buenos, pero los malos predominan en su mayoría" el silencio le fue respuesta, así que suspiró y abrió la puerta. "Si necesita mi servicio, estoy a sus órdenes, jefe Jeon. Con su permiso"

Jungkook frunció el ceño, su corazón doliendo poquito a causa de las palabras de su mayor.

Bien, desde que él había asumido el cargo de jefe de Jeon Empire como indicaciones de su madre antes de fallecer, el joven que se divertía, salía a tomar con sus amigos e ir a fiestas cada que podían se había desaparecido para convertirse en Jeon Jungkook, un hombre de treinta y dos años que pasaba la mayor parte de su día trabajando en soledad.

Sino es que todos sus días, meses y años.

Ya era un problema, pero Jungkook no podía verlo como eso, pues Jeon Empire era lo único que tenía de su madre y lo que él asumió como acto de amor y cariño.

Quizá su madre no le había dicho que lo amaba y que extrañaría estar con él y su hermana, pero Jeon Empire, la empresa más famosa de joyería, fue el legado de su madre para él.

Debía hacer que sintiera orgullo al menos una vez.

Suspiró y tomó asiento, agarrando su dispositivo móvil del escritorio al verlo vibrar.

Era dos mensajes de Jimin con el primero dando un número y el siguiente que contenía estas palabras:

Jimin: Dale una oportunidad. Llámalo o escríbele, no seas un patán.

Río apenitas, mirando por leves segundos antes de darle un click al número. Pensó un momento y luego marcó.

Un tono...

Jungkook no sabía por qué de pronto los nervios invadieron su sistema. Era extraño, mas una leve adrenalina ingresó a su anatomía.

Dos tonos...

Love and Passion | ᵇʸ ᴶᵉᵒⁿⱽˢˢⁱ ⋆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora