𝐙𝐄𝐑𝐎

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Sí no tuviera un sello tatuado en la piel que aseguraba su inmortalidad Timothy podría jurar que aquel sería su último día.

La cabeza le martillaba, todos sus órganos se sentían cómo a punto de colapsar y las piernas y los brazos le temblaban, era aquel el reproche de su cuerpo por la enorme cantidad de alcohol que había ingerido la noche anterior...
La noche anterior, ¡Vaya mierda! No podía recordar nada, bueno, recordaba perfectamente el principio. Jeffrey Woods y su pandilla de maniáticos habían asaltado una licoreria y, cómo las "amables personas" que eran, habían decidido compartir su botín con toda la casa.

No debió haber bebido, no debió haber mezclado sus medicamentos, pero lo hizo, y en algún punto su cerebro simplemente se desconecto y todo se volvió negro.
Al menos no despertó con la garganta abierta o en una bañera llena de hielos, porque aún en esas condiciones debía cumplir con sus labores cómo proxy.

Tomó el folder color naranja que Hoodie deslizó en la mesa del comedor y apoyando la mejilla sobre su palma comenzó a leer.
— ¿Me estás jodiendo no? — Rió sarcásticamente cerrando a los pocos segundos de un golpe el portafolio que no contenía más de dos hojas con información bastante básica, por no llamarla vaga.
El hombre rubio dejó ver una amplia sonrisa por su pasamontañas mal puesto.
— Creí que a este punto ya sabías cómo era esto. — Se encogió de hombros tomando de su taza de café.

Tim frotó sus sienes en un intento de calmar su cabeza palpitante.
Llamó su atención un sonido en el extremo contrario de la mesa, un pequeño crujido de huesos provocado por un tic violento del proxy más jóven, no había notado que Toby estaba ahí, inmóvil, observándolo fijamente con esa expresión ausente que a veces hacía, especialmente cuándo no llevaba su máscara. ¿Cuántas veces le había dicho ya lo mucho que le incomodaba?
El pelinegro agitó una mano enguantada frente al rostro del menor que al momento salió de su letargo.
— ¿Rogers? ¿Puede tu culo ser útil por una vez y traerme un vaso de agua? — Sin duda una pésima forma de intentar conseguir algo, pero extrañamente siempre funcionaba. Usualmente su petición venía acompañada de un golpe o una obscenidad pero está vez fue diferente, Toby le dedicó un larga y extraña mirada antes de asentir silenciosamente y levantarse a buscar el agua.

Los hombres mayores compartieron una mirada, Tobías Erin Rogers no era precisamente conocido por ser dócil y silencioso, pero no disponían de mucho tiempo para indagar en ello, ya preguntarían más tarde sí no volvía a su caótica naturalidad.
— Ustedes dos se encargan de eso, Jack y yo saldremos de inmediato, tenemos una misión más interesante un poco más lejos. — Tim rodó los ojos con fastidió, pero no podía quejarse, eso pasaba cuándo te levantabas tarde, te tocaban las misiones más odiosas, las más difíciles e incompletas  y por si fuera poco, hacer equipo con el miembro mas rebelde e inestable del grupo.

— Ya lo oíste, Tics. Marchando. — Indicó. Se tragó dos de sus píldoras juntó con el resto de agua en su vaso y se levantó dirigiéndose a la puerta mientras se colocaba su máscara.

𝐅𝐑𝐈𝐃𝐀𝐘 𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora