Capítulo XXXI

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Pablo Gavi

Hoy es el cumpleaños de Ana.
Tengo pensado pasar todo el día juntos y mañana hacerle una fiesta sorpresa.

Ella ahora está entrando, iré a recogerla y nos iremos a Port Aventura.
Sabía que nos expondríamos demasiado, pero Ana me dijo que hacía mucho que no iba y que quería ir.

Cómo todas las mañanas la llamo.

Llamada

- Hola - hablo primero.

- Hola - dice con voz de dormida.

- Felicidades guapa, te haces mayor - digo riendo.

- Jajaja gracias - hace un pausa - espera, ¿me acabas de llamar vieja?

- ¿Yo?, no no - digo riendo.

- Perdona, tú eres más viejo que yo.

- Bueno, que me desconcentras, en media hora paso a por ti - hago una pausa por si Ana quería decir - vístete con algo cómodo, nada de faldas ni de ropa que se levante fácilmente.

- Miedo tengo, ¿dónde me llevas?

- Ya lo descubrirás - digo colgando.

Me fui al baño y me duché, me pongo un pantalón negro y una camiseta azul clara junto con unas nike del mismo tono de azul.

Bajo corriendo las escaleras, cojo las llaves de la casa y del coche y me voy a la cochera.

....

Ana Paz

Ayer había ido ayer a la peluquería porque el rubio ya era casi inexistente y me lo he teñido de mi color verdadero d pelo, Pablo no sabia nada.

Voy corriendo hacia mi armario, cojo un pantalón corto vaquero, un top blanco, unas nike blanca y por supuesto mis gafas de sol.

Salgo de casa al escuchar el pitido del coche de Pablo.

- ¿Me vas a decir donde vamos? - digo emocionada entrando en el coche.

- Primero se dice hola y segundo me tienes que dar un beso - contesta poniendo morritos.

- Hola - le hablo y le doy un beso.

- Toma, ponte esto - me dice dándome un trozo de tela para ponerme en los ojos.

- Ni de coña, le niego - digo devolviéndole la venda.

- Joder venga, pontela - dice tirándomela a la cara - ¿quieres estropear la sorpresa? - me cuestiona y yo asiento riendo.

- Venga, vale, pero no te prometo no dormirme - contesto atándome la venda.

No sé cuánto dura el viaje porque a los cinco minutos de recogerme Pablo me quedo dormida.

- Despierta - me habla el sevillano quitándome el trozo de tela de los ojos.

- AHH - grito al ver el cartel de Port Aventura - TE AMO - digo tirándome encima de él.

- Sabes que me encanta que estes encima mía, pero tendríamos que entrar ya - me habla y salto para salir del coche.

Parecía una niña chica, pero me daba igual, hacia años que no venía a este parque de atracciones, era mi favorito cuando era pequeña, venía mucho con mis padres y con Marc, pero al entrar los dos en el mundo del fútbol no podíamos permitirnos venir tanto como lo hacíamos antes.

- ESPERA - me grita Pablo al ver que echo a correr.

- VENGA DATE PRISA, CARIÑO - le devuelvo el grito.

Una vez dentro del parque, compramos unos tickets para no hacer cola y además  cogemos un mapa, para evitar que nos perdamos teniendo en cuenta lo patosos que éramos los dos.

- Tenemos que ir al Shambala, Marc y yo siempre nos montábamos dos o tres veces.

- Ni de coña - me contesta - he visto esa atracción por tiktok y es súper rápida y tiene muchas bajadas muy empinadas.

- ¿Desde cuando Pablo Martín Páez Gavira es una cagado? - le cuestiona levantando una ceja y aguantandome la risa.

- No soy ningún cagado - me responde.

- Pues entonces montate - le contesto y no le doy tiempo a replicar porque lo arrastro hasta la atracción.

Una vez allí, le muestro los tickets al de la cola y nos deja pasar, al terminar de andar ya están esperándonos nuestro preciosos asientos.

- En primera fila mejor - le digo - se siente más.

- Lo que hace uno por amor - me contesta y yo río.

Nos sentamos y nos ajustan la seguridad de la cintura, noto como Pablo coge mi mano y la apreta.

- No te preocupes, no vas a salir volando - le intento tranquilizar.

Cuando empieza a moverse la atracción el sevillano apreta más mi mano.

- AHHH, ME CAGO EN LA PUTA - grita Pablo en la caída más grande - QUIEN COÑO ME MANDA MONTARME AQUI - yo solo me limitaba a disfrutar y reírme por los gritos de Gavi.


Más que compañeros - Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora