París la cuidad del amor.
Ya llevábamos dos días en nuestro segundo destino.
Estos días hemos estado en DisneyLand, yo disfrutando como una niña en las atracciones y Pablo, bueno...no mucho, no le apasionan las atracciones, pero bueno disfruta igual, o eso creo.Hoy hemos cogido un bus y estamos llendo a la ciudad de los enamorados o de los que buscan el amor, pasaremos dos días y luego nos iremos a Milán.
Nos hemos levantado muy temprano a las siete y yo al menos estoy que me caigo del sueño que tengo, debido a que el señorito me tiene muy entretenida por la noche, no dormimos nada.
Tenemos una hora más o menos hasta llegar a París.
- Buah, tengo un sueño - me quejo apoyando mi cabeza en su hombro.
- No me extraña - se ríe - con las noches más entretenidas que tenemos - dice y yo le pego en el brazo.
- Callate y dejame dormir un rato.
- Si si, hazlo que está noche de aseguro que no lo harás - suelta una carcajada ganándose la mirada de las personas que van con nosotros en el bus.
Me apoyo en su pecho y él pasa un brazo por detrás de mi espalda, dejándome caricias por mi columna.
Estoy segura de que esta noche dormiremos y si no lo hacemos será por el susto.
En teoría la semana pasada debería haberme bajado la regla y no hay rastro de ella. También me levanto mareada y de vez en cuando me dan arcadas pero no llego a vomitar.
Está tarde cuando estemos en el hotel tranquilos, bajaré a la farmacia y me compraré una prueba.
¿Qué si estoy asustada?
No que va, estoy que me cago encima.No quiero estar ahora mismo embarazada, ahora no, estoy en el mejor momento de mi carrera y no me gustaría echarlo a perder por el embarazo.
Pero hay un poco de ilusión, no me gusta mucho la idea pero siempre he querido tener hijos.Ojalá pudiera jugar embarazada pero como que no.
A Pablo no le he dicho nada todavía y no pienso decírselo hasta que tenga el resultado del test en mis manos.
Es que si se lo digo a decir, va estar muy nervioso y me va a agobiar y no quiero estresarme.....
- Que bonita es - le digo a mi marido mientras vemos la Torre Eiffel.
- Es más bonita de noche - me contesta cogiéndome de la cintura - pero más bonita eres tú - dice besándome.
- ¿Vamos a comer? Tengo hambre - le digo.
- Ti últimamente tienes mucha hambre - dice alzando una ceja y yo río nerviosa.
Entramos en un restaurante precioso, tenía corazones pequeñitos colgando, y tenía velas en cada mesa, era precioso.
- Bonjour, ¿que desean? - pregunta el camarero con el típico acento francés.
- Yo un tinto de verano - dice Pablo - ¿tú quieres otro? - me cuestiona y yo niego.
- Para mi, una botella de agua, por favor - le digo y el camarero asiente.
- Que raro, ¿no quieres alcohol? - me miró frunciendo el ceño.
- No me apetece, hoy día saludable - Rei nerviosa.
Cuando terminamos dimos una vuelta y luego volvimos al hotel.
Aproveche que se quedó dormido para bajar a la farmacia a por una prueba.
- Bonjour - saludo al entrar.
- Bonjour mademoiselle - me devuelve el saludo el farmacéutico - Que veux - tu?
- I don't speak french - le digo en inglés.
Mis dotes en inglés no eran los mejores pero bueno.
- Ou, sorry - se disculpa - What do you want?
- A pregnancy test.
El chico me mira sorprendido, yo también lo estaría la verdad.
Me lo da y vuelvo al hotel, entro en la habitación intentando no hacer ruidos y me dirijo al baño.
Hago pis y en un vaso y meto la prueba.
Se me hacen los tres minutos más largos de mi vida.
Soy vueltas por el baño mordiéndome als uñas pensando en que iba hacer con mi vida.
Dejar el fútbol y arriesgarme a no poder jugar de nuevo.
Joder no llevo ni dos temporadas desde que volví de la lesión y ahora me quedo preñada. O no. No seamos negativas.
Para muchas será algo positivo quedarse embarazada. Para mí no. No me puedo permitir ahora misno tener un bebé.
Me saca de mis pensamientos la alarma.
Positivo o negativo.
Mis muertos Ana.
¿Tienes un bebé creciendo en ti o no?
¿Quieres mirar de una puta vez lo que pone en esa mierda?
No puedo. O sí.
Pablo que pensará sobre esto.
Estará alegre o no.
¡Coño Ana! ¡Venga!
¿Vas a girar esa prueba cuando tengas una barriga como un bombo o que?
Giro la prueba sudado y me tiemblan las manos.
- No - es lo único que digo.
Positivo.
Ahora sí que estaba temblando, lo de antes no era nada.
¿Por qué yo?
¿Por qué no Mara otra vez?
- Vale...no puedo pensar - cierro los ojos frustrada - ¿desde cuándo no tengo pensamiento?
A la mierda, hice lo primero que se me pasó por la cabeza, que es gritarle a Pablo para que se despierte.
- ¡Tú! ¡¿Sabes lo que has hecho?! - le digo tratando saliendo del baño y tirándole un cojín - ¡¿No sabes ponerte un puto condón?! ¡¿No te enseñaron a ponértelo?!
El pobre - que digo pobre por si culpa tengo un ser creciendo dentro de mi - se despierta sobresaltado.
- ¿Qué...?
- ¡Tus muertos y los míos! - lo corto tirándole la prueba a la cara.
- ¿Qué culpa tengo de que tengas fiebre? - me pregunta sin entender nada.
- ¡¿Fiebre?! ¡Ojalá fuera fiebre! - le tiro otro cojín - ¡ESTOY PUTO PREÑADA! - pego un grito que me hace daño hasta en la garganta.
Hormonas.
Veo como mira otra vez la prueba y se le ilumina la mirada.
- ¡No me jodas! - pega un salto de la cama - ¡Me alegras el día! - se acerca a mí y me besa.
Le empujo y le pego.
- ¡¿Pero tú sabes lo que eso significa?! - le digo llorando - no voy a poder jugar por lo menos dos temporadas y con suerte volveré a jugar.
- Ey, puedes abortar si quieres, sea lo que decidas te apoyaré - me dice cogiendo de la cara y limpiándome las lágrimas - pero me haría ilusión tenerlo, pero también tenemos un montón de vida por delante para tener hijos.
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Más que compañeros - Pablo Gavi
RomanceAna es una chica de 17 años que es fichada por el primer equipo del Barcelona, allí conocerá a Gavi. ¿Su historia será como un cuento de hadas?