Capítulo XXXIV

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Me levanto por los cuchicheos que se escuchan en la cocina.
Me levanto y me dejo la camiseta de Gavi  con la que he dormido.

- Bueno, te dejo que ya se ha despertado - susurra Pablo colgando.

- ¿Qué pasa? - le pregunto restregándome la mano por los ojos.

- Nada tu primo - sopla - que luego viene a comer juntos con mi hermana.

- ¿Y qué hora es? - le cuestiono.

- Las una y media - dice riendo.

- ¡Joder! - grito - ¿qué vamos hacer de comer? - empiezo a dar vueltas por la cocina - me tengo que vestir y todo, ¡no me da la vida! - grito frustrada subiendo corriendo las escaleras.

Me ducho rápido y me seco el pelo, me pongo unos pantalones vaqueros y un top blanco, junto con unas nike del mismo color, me echo rímel y gloss.

Bajo para ayudar al sevillano a hacer la cena, no queremos que se incendie la casa.

- ¿Has pensado ya en algo? - le pregunto y él niega - joder, ¿y qué has hecho todo este tiempo?

- Hablar con mi hermana - dice encogiéndose de hombros.

Simplemente hombres.

- Ya sé - murmuro dirigiéndome al congelador, hace dos días fui al mercado y compré pescado - Lubina al horno, ¡Pablo espabila hijo!

Hombres.

- ¿Qué quieres que haga? - me cuestiona sonriendo.

- Enciende el horno, corta patatas en rodajas, verduras, busca limón... - suspiro - bueno mira déjalo, ve poniendo la mesa.

Me pongo un delantal para no mancharme, corto las patatas y las cebollas, limpio el pescado, lo pongo todo en una bandeja y lo meto en el horno.

Voy al salón donde está Gavi para ver qué esté haciendo algo y no rascándose los huevos.

- Última hora - escucho que dice un periodista - ya está confirmado que Marc Guiu, el número 38 del FC Barcelona se va al Chelsea... - dejo caer un plato que tenía en la mano.

No logro prestar atención a lo siguiente que dice.

¿En qué momento?
Pensaba que teníamos la confianza para contarnos todo, pero por lo que se ve no.
Por eso quiere venir a comer, para contarme que mañana se irá a Inglaterra.

- ¿Tú lo sabías? - le pregunto paralizada a Pablo y él asiente - ¡¿ y no me lo cuentas?!

- Me pidió  que no te lo dijera - se levanta del sofá y se va acercando a mí - quería decírtelo él - me alza la cara para verlo.

- No me toques - le pego en la mano.

- Ana... - le interrumpe el timbre.

Corro hacia la puerta y la abro, ahí está Marc con Aurora.

¿Qué hará Aurora?
¿Se irá con él?¿Se quedará?

- A ti te quería ver - le cojo de la camiseta y lo obligo a entrar en mi casa.

- ¿Qué pasa? - me pregunta preocupado.

- ¿Cuándo pensabas decirme que te vas? - le cuestiono.

- Ana, te lo iba a decir hoy - aparta la vista y la dirige a Pablo - pero veo que alguien se ha adelantado.

- Él no me ha dicho, lo están diciendo en las noticias - le miro entrecerrando los ojos.

- Bueno vamos a comer y luego hablamos - propone Pablo y su hermana asiente.

Saco el pescado del horno, lo pongo en una bandeja y lo llevo a la mesa.

- Mmm, está buenísimo - dice Aurora.

Si no estuviera enfadada le contestaría pero ahora mismo no puedo apartar la vista de mi queridísimo primo.

Terminamos de comer, Pablo y yo recogemos la mesa.

- Ana, escucha - dice cogiendo la cara con sus dos manos - no quería ocultartelo, pero Marc me pidió por favor que no te lo dijera porque quería contártelo él.

- Te mentiría si te dijera que no estoy enfadado contigo por no contármelo - le miro a los ojos - pero con él estoy más, es mi primo y nunca habíamos tenido secretos - hago un parón - o eso creía - frunzo el ceño.

- Ana, ¿podemos hablar? - dice mi primo entrando en la cocina y yo asiento.

Nos vamos al jardín, sentándonos en el borde de la piscina, metiendo los pies en ella.

- Perdón por no habértelo dicho antes, pero no sabía cómo decírtelo - baja la cabeza.

- ¿Tan difícil es decir que te va a fichar el Chelsea? - levanto una ceja - Me alegro por ti Marc, te servirá para mejorar, aquí no estabas jugando apenas - le miro - te vendrá bien un cambio de aires - le digo pegandole un codazo con una leve sonrisa.

- Te echaré de menos tata - me abraza.

- Bueno ya, que me vas hacer llorar - le pego una colleja.

Digamos que no soy muy de dar abrazos, mi manera de mostrar cariño es pegando, mordiendo brazos o hacer rabiar a la gente.

Y aunque no le haya dicho que también le voy a echar de menos sé que él ya lo sabe.

Iba a morderle el hombro, pero se me adelanta y me tira a la piscina.

- ¡Marc! ¡Me cago en tus muertos! - le grito.

- Por si no has llegado a pensarlo, mis muertos son los tuyos, guapetona - dice guiñándome un ojo.

....

Holaa, perdón por no actualizar antes.
Espero que os guste este cap.
Gracias por seguir leyendo y por votar.❤️

Más que compañeros - Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora