Capítulo XXXV

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Un año después

Hoy era el gran día, por fin me casaba con Pablo, ha sido un año lleno de sorpresas y alegrías.
Primero fue que mi primo se iba a Londres, segundo, que Aurora se iba con él, tercero, Sira y Ferran estaban esperando un bebé, luego, lamine ya tiene novia y tienen muchos proyectos de futuro y por último que Claudia y Eric no paraban de crecer, han empezado a andar y ya dicen alguna que otra palabra

Me casaré... bueno, nos casaremos en la Parroquia Mayor de Santa María La Blanca, en los Palacios, donde nació Pablo y donde está su familia.

Decidimos casarnos aquí, porque yo en Barcelona no tenía tanta familia como Gavi tiene aquí, yo allí tengo a mi abuela, mis dos primos y mis tíos.

Después la fiesta, por decirlo así, es en una finca que hemos alquilado, es bastante grande, allí nos quedaremos esta noche a dormir nosotros y mi familia.

Tiene un jardín gigante, decorado con flores y un techo de luces, en el pasillo que guía hacia las mesas hay fotos mis y de Pablo de cuando éramos pequeños y de más grandes.

Ahora mismo me está ayudando Mara a ponerme el vestido, es tipo de princesa, pero no con mucha falda, tiene un escote pronunciado y me han hecho un semi recogido con el pelo un poco ondulado.

- Estás preciosa - me dice Lara dándome la vuelta con alguna que otra lágrima callando por su mejilla.

- Ay, para, que me vas hacer a mí llorar también - le digo riendo - gracias por todo, Mara - le abrazo.

- Gracias a tí - me dice sonriendo - a ver cuándo nos dais un sobrinito o sobrinita - habla pegándome un codazo y yo suelto una carcajada.

- Todo a su tiempo - le contesto mirándome al espejo.

- Tita guapa - dice Claudia aplaudiendo y sonriendo.

- Shuu Claudia - le mando a callar Eric - tita nerviosa.

No puedo evitar reir y recordar el día que nacieron.

¿En qué momento?
Hace nada estaba entrando por primera vez en la Masía.
Parece ayer cuando Pablo un poco más y me rompe la cabeza con un balón y encima se cachondeo de mi.

- Mira mi hija - entra mi madre dando palomitas - que guapa estás, como te pareces a tu madre - habla cogiéndome de los mofletes - ¿te acuerdas cuando de pequeña diseñabas tu vestido de novia? Ya luego empezaste con el fútbol y te olvidaste de él - me dice con nostalgia, casi llorando.

- Sí, me acuerdo perfectamente mamá - le sonrío.

- ¿Estás ya? - entra acelerada Sira - tenemos que salir ya si no quieres que tú futuro marido piense que le has dejado tirado.

- Vale, ya salimos - me dirijo hacia ella - tranquila, todo va a salir genial - le digo acariciando su barriga, está de 9 meses, si quisiera podría ponerse de parto en la boda.

- Nosotras nos vamos ya, tranquila, sin nervios - me susurra Aitana, que es la novia de Lamine.

Me he preparado en casa de una prima de Pablo ya que vive en la misma calle de la iglesia.

Salimos de la casa, iré andando, acompañada por mí padre, al cual cogeré del brazo y después mi madre, que cogerá el velo, la ayudara la tia de Gavi.

- ¡Viva la novia! - grita una mujer.

- ¡Viva! - gritan.

....

Pablo Gavi

Estoy nerviosísimo, estoy en la puerta de la iglesia, esperando a que me den la señal para entrar, ya están todos los invitados dentro, menos las damas de honor y mis amigos que son sus acompañantes.

La primera pareja son Lamine y Aitana, la segunda Marc y mi hermana, la tercera Fermín y la hermana de Marc, Martina y la cuarta Pedri y Mara.

Las damas van con vestidos de un color azul eléctrico pero clarito a la vez, no sé es un color muy raro, no me hagáis mucho caso.

- Chacho, que guapo estás - me dice Pedri dándome golpecitos en la espalda.

- Lo mismo digo papá plátano - le digo riendo.

- Mira al Señor Páez - habla Ferran - el hombre que decía que nunca se iba a casar.

- Todos cambiamos - le contesto - tú decías que nunca volverías con Sira y esta leira levantando una ceja y cruzándose de brazos

- Nunca digas nunca - suelta Ferran sonriendo nervioso intentando arreglar las cosas.

- Fermín, recuerda lo que te dije - le apunta Lamine con el dedo al andaluz - me caso antes que tú, le he dicho a Aitana que coja el ramo de la novia.

- Que prisa tiene el niño en casarse - se queja Aitana.

Una de las chicas que contrato Sira para que la ayudara a dirigir la boda se acerca a ellos y los ordena.

- Ay mi niño chiquitito - me agarra mi madre del brazo - que ya no es tan pequeño, ahora es un hombre.

- Mamá, siempre seré tu niño - le sonrío limpiándole una lágrima.

......

Holaa, mañana subiré la segunda parte de este cap.
Espero que os guste, no sé cuántos capítulos más haré.
Gracias por votar❤️❤️

Más que compañeros - Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora