Capítulo XL

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No había dormido, no podía, no paraba de pensar en qué hacer.
Tenerlo o no.

Para despejarnos un poco hemos decidido salir a dar una vuelta.

Tengo un hambre horroroso, no puedo más, tengo ganas de algo dulce pero a la vez salado y si encima tiene un toque picante mejor.
De normal es pensar algo así y vomito, pero simplemente ahora se me antoja y es prácticamente imposible q haya algo así.
Por lo tanto comencé a llorar en medio de las calles de París.

- Ey, ¿qué te pasa? - se para el sevillano cogiéndome de la cara para que lo mirara.

- Es que tengo hambre - le contesto llorando más.

- ¿De verdad lloras por eso? - preguntó abrazándome.

- No, también porque no quiero llorar pero lloro, no tengo control - digo llorando con más intensidad.

Notaba las miradas que nos dirigían las personas que estaban en nuestro entorno.

- Bueno, no pasa nada - me limpia las lágrimas y me da un beso en la frente - mira, ahí hay una cafetería, vamos y te pides algo - en cuanto me lo dice dejo de llorar, comienzo a dar saltos de alegría y corro hacia la terraza.

- ¿Qué? - le digo cuando me siento y lo veo de pie enfrente mía de brazos cruzados, riéndose y negando con la cabeza.

- Nada, que tienes cambios muy fuertes - dice sin ocultar su risa y otra vez me pongo a llorar.

- Deja de reírte de mi - le digo cruzándome de brazos y agachando la cabeza.

- Ana, que lo decía de broma - se sienta a mi lado todavía sonriendo.

- No, lo decías de verdad - le miro mal.

Viene la camarera y le pido un dulce mientras sigo llorando. No paro hasta que me lo traen, en cuanto lo veo, en ese platito, mmm...que delicia por dios.
Me mojo los labios y nota la mirada divertida de Pablo sobre mi.

- ¿Qué miras pesado? - le digo de mala forma lanzándome a MI dulce.

- Nada, déjalo.

- No me da la gana - me meto un trozo en la boca.

- Calla y disfruta de tu postre - me dice tomando un buche de la botella de agua que se había pedido.

...

Hace media hora que he me he terminado el dulce, pero ahora estoy esperando un bocadillo de tortilla francesa.
¿Qué queréis que haga? Tengo tanta hambre que me comería a una vaca.

- Te terminas la tortilla y nos vamos - me dice Pablo apuntándome.

- Perdona, estoy satisfaciendo los deseos de tu hijo - le digo furiosa - así que no me metas prisa.

- NUESTRO hijo - dice mirándome.

- Qué si pesado, ahora déjame - le digo.

...

Holaa, es cortito lo sé pero no sabía cómo seguir.
Perdón por no actualizar.

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⏰ Última actualización: Oct 10 ⏰

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Más que compañeros - Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora