- Te juro que no me voy a volver a subir a una cosa así en mi vida - le digo mientras ella ríe - no le veo la gracias, señorita.
- Para mí sí, y mucha, deberías a verte visto - dice parándose riendo, por no decir que se estaba meando encima - parecías una cabra gritando.
- Muy graciosa, yo que tenía preparada una sorpresa para tí.
- Perdón mi vida - se disculpa riéndose y llenándome la cara de besos.
- Que pelota eres - digo riendo.
- Les recordamos que en un cuarto de hora cerraremos el parque - avisan por megafonía.
- Es hora de que nos vayamos - le habla a Ana y ella asiente.
- Bueno, ¿y ahora qué? - me pregunta una vez en el coche.
- Ahora te vas arreglar, ponerte más guapa de lo que estás y nos vamos a ir a cenar a uno de los restaurantes más prestigiosos de Barcelona - le respondo.
- Pablo, sabes que no hace falta, yo con una tortilla me conformo - me habla seria.
- Ni hablar, es tu cumpleaños y eres mi novia - le contesto.
Ana Paz
No me gustaba la idea de que Pablo se gastará tanto dinero en mi, no quiero ser una mantenida. No necesito que nadie me compré mis caprichos, gracias a Dios me iba bien en el fútbol y no cobrará como Gavi, pero ganaba lo suficiente para vivir bastante bien.
- Tienes tres cuartos de hora para estar preparada - me dice cuando bajo del coche y yo asiento.
Abro corriendo la casa.
- Mierda - digo al ver a Marc y Aurora en el sofá en un momento bastante íntimo - lo siento ya me voy - añade mientras subo corriendo las escaleras.
Entro corriendo al baño y me doy una pequeña ducha, tardo diez minutos, tiempo record. Me pongo un vestido de negro de seda que se ajustaba bien a mí cuerpo y tenía un escote precioso, por no hablar de que me dejaba la espalda descubierta.
Estaba terminando de hacerme el pelo cuando me llega una notificación de instagram.
"@pablogavi te ha mencionado en una historia"
@pablogavi
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Le gusta a @pedri, @fcbarcelonafemeni y a 3.629.022 personas más.
Felicidades a mí media naranja! Gracias por enseñarme tantos valores, por siempre estar ahí y por nunca haberme dicho algo malo de mi. Te quiero❤️
Sonreí como una tonta al ver la felicitación.
Estaba observándola mejor, dejándola en mi recuerdo cuando me entra una llamada de número oculto.
- Diga - hablo. Colgue al ver que nadie contestaba, solo se escuchaba una respiración.
Me vuelve a sonar el móvil indicando una llamada.
- Ana, vamos estoy abajo - dice Pablo.
- Voy.
Cojo corriendo mi bolso, en el meto las llaves de mi casa, un gloss, el móvil y el monedero.
Bajo corriendo las escaleras y me dirijo corriendo a la puerta para evitar ver a mi primo y a Aurora.
- Felicidades guapa - me dice Aurora saliendo de la cocina - ¿a dónde vas?
- Gracias, voy con tu hermano que me lleva a cenar por ahí - le digo.
- Felicidades pequeñaja - grita mi primo cogiéndome en brazos.
- Gracias y de pequeñaja nada que ya cumplo 20 - le digo y él se ríe - bueno me voy que me están esperando.
....
- ¿Te gusta? - me pregunta Pablo entrando al restaurante.
- Es precioso, mira estas vistas, se ve toda Barcelona - le contesto con una inmensa sonrisa en mi cara.
- Buenas noches, ¿tienen reserva? - nos pregunta un camarero.
- Sí, a nombre de Pablo Martín Páez Gavira - contesta el sevillano.
- Síganme - dice el muchacho guiándonos hasta nuestra mesa.
Nos lleva a una sala aparte, solo para nosotros, está llena de velas, tiene ventalanes enormes que dejan ver muchísimo mejor la ciudad.
- Ahora vengo a tomarles nota - dice el camarero saliendo.
- Pablo esto es precioso, pero no hacía falta, sabes que yo me conformo con nada - le digo acercándome al él.
- Bueno ya está, es tu cumpleaños y tenemos dinero para permitirnos esto - me contesta abrazándome.
- Te quiero - digo besándolo.
- Y yo - me contesta y sonrió como una imbécil.
La cena estaba riquísima y los camareros estaban muy pendientes de que no nos faltara nada.
- Me parece que desde aquí puedo ver que están haciendo Pedri y Mara ahora mismo - le digo mirando por la ventana.
- Jajaja, y yo puedo ver a la mujer más guapa del mundo - me contesta mirándome con una sonrisa.
Veo como se levanta y se acerca, a mí cuando llega a mí se arrodilla y saca de su bolsillo una cajita, la abre y deja ver un anillo precioso.
- Ana Paz, ¿quieres casarte conmigo? - me pregunta y yo llevo mis manos a mi cara.
- Claro que quiero - digo levantándome y cogiéndolo del brazo para que también se levantase.
Coje mi mano, la cual estaba temblando y pone el anillo, después me besa.
