Capítulo VI

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Noto como alguien me coge y le arrastra hasta una habitación.

- ¿Qué coño haces? - me pregunta Gavi.

- Eso le tienes que preguntar a tu novia - digo soltándome de su agarre.

- A lo mejor tiene algo de razón y estás celosa de ella, por eso la tratas así - la defiende mientras coge gasas y betadine.

- ¿Tú eres gilipollas? - le preguntó - le ha dicho a Mara que lo único que hacía era buscar fama al estar con Pedri y encima se ha metido en mi vida privada, muy privada y no sola la mía, sino también la tuya.

- Tengo pensado dejarla - me confiesa.

- Y a mí que más me da - le respondo - Ay - me quejo cuando cubre mi herida por la gasa con betadine.

- Perdón - dice haciendo contacto visual.

No puede ser Ana, tiene novia, que aunque sea una auténtica hija de puta, no se merece ser el reno de estas navidades, nadie se lo merece.
Pero un piquito no es nada, solo un mínimo contacto de labios.

Pablo se va acercando poco a poco, nos quedamos tan cerca que nuestros labios rozan, yo me inclino un poco más y lo besó, pero recapacitó y me separo.

- Lo siento - digo frunciendo las cejas y con los ojos todavía cerrados.

- No te disculpes - me contesta y vuelve a besarme.
El beso empieza siendo dulce y lento, pero luego se convierte en uno salvaje y más rápido.

- Víbora, como estes con mi novio en ese baño - grita Hannah - te reviento la cara de tonta que tienes.

Me separo y empiezo a tensarme.

Esta gilipollas no se va a cansar de meterse en mi vida o que. Te juro que ahora mismo le dejaba calva, sin un pelo en la cabeza.

- Es mejor que le mandé un mensaje a Pedri o a cualquiera de los chicos diciéndole que la eche de la casa - dice cogiendo el móvil.

- Creo que la que se debería ir soy yo - digo con una sonrisa apagada.

- Quedate conmigo - me súplica.

- Pablo tienes novia - le contesto mientras acaricio su nuca - con la cual me he peleado hace diez minutos - digo riendo.

- Duerme hoy conmigo, por favor - me pide con cara de pena y me río de la ternura.

Cómo me vuelva a poner esa cara le beso.

- Mañana nada más levantarme la dejo, te lo prometo - me dice.

- Venga, pero quiero estar delante cuando la dejes - digo señalándolo con el dedo y el asiente.

Pablo le manda el mensaje a mi primo.

- Hannah, me ha pedido Pablo que te lleve a casa - escuchamos que le dice Marc.

- No me pienso ir hasta que no lo vea - le contesta la chica.

- Hannah por favor, vamos hacerlo por las buenas y no por las malas... - le pide mi primo.

Al poco tocan a la puerta.

- Ya no está, ahora salid de ese baño - nos pide Marc - que no me fío nada de vosotros.

Pablo sale antes y yo me quedo mirándome en el espejo, tenía un arañazo en la cara.

- ¿Le has curado? - le pregunta mi primo a Pablo y este asiente - ¿estás bien? - me coge de la cara y le inspecciona.

- Si tranquilo, la peor parte se la ha llevado ella - digo con una leve sonrisa.

....

- Está es tu habitación - me dice Mara señalando una puerta - y en frente la de Gavi, no hace falta que me des las gracias - dice guiñándome un ojo y yo me río.

- Vete a tu cuarto que tú compañero de casa te estará esperando en vuestra fabulosa cama - digo riendo - buenas noches - me despido - NO GRITEIS MUCHO - le grito cuando veo que se aleja y Mara al escucharme me hace la peineta.

- A lo mejor lo haces tú - aparece de la nada Pablo.

- Ja, no - digo cerrándole en la cara la puerta.

- Me has dicho que dormirías conmigo - al decirme esto abrí la puerta y lo dejo pasar.

- A dormir ehh - le digo señalándolo con la mano - Ostia no me he traído pijama, le voy a pedir uno a Mara.

- No hace falta te dejo yo una camiseta mía - dice buscando una - toma.

Me la pongo.

- Escúchame bien - le digo mirándolo - aquí hay una barrera - digo poniendo la mono en medio de la cama - si la pasas te llevas una hostia.

- ¿Y si la pasas tú? - me pregunta.

- Eso no va a pasar - le aclaro.

Más que compañeros - Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora