~¡Maldita Sea!~

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~Contenido +18~

Ni se lo pensó si él mismo había estado ojeando la habitación que supuestamente tenía esa finalidad; sabía que se lo debía y que ella lo necesitaba, incluso sus nervios lo necesitaban, darle lo que más quería de forma física. 

Comenzaron besándose, él buscó sus labios al tomarla por la nuca una vez cerró la puerta y las manos de ella ya levantaban la camiseta de su traje de asalto por la parte de la espalda. Sin dejar que sus lenguas dejaran de rozarse mutuamente, se fue sacando la prenda hasta que tuvieron que separarse para que la la ropa saliera al fin; Ochako besó su torso, los músculos duros de su novio que le eran tan atrayentes como el primer día, las explosivas palmas le revolvieron los cabellos y ella pudo sentir su pulso acelerado. 

Katsuki bajó las palmas y pronto se aferró al trasero de la dama, aquella parte que tanta lujuria le causaba, la estrujó con ambas manos y movió su cabeza para besar su cuello, le mordió y pronto marcó los dientes en su carne y la dama demostró el gusto con un gemido que dejó escapar repentinamente. 

- ¡Ah! Katsuki... - Dijo por lo bajo y este se mudó a sus labios para besarla, le mordió el inferior y tiró de este para meterse en su boca y restregar su lengua con la suya, sus palmas la cargaron en peso y la colocaron sentada sobre el mueble del lavamanos. De este modo las piernas de la dama quedaron a los costados del cuerpo del explosivo héroe y pronto sus pelvis se encontraron. La dureza ya estaba presente en la ingle de Katsuki por lo que la dama la sintió y soltó el quejido ante el rozón que sintió. - ¡Hmmm! - Pero la pose era muy atrayente para él y comenzó a excitarse rápidamente. 

- ¡Grrrr! - Sin embargo renegó porque el traje de asalto tenía los pantalones mas ajustados que el traje usual y esto lo hizo sentirse incómodo al no caber con la erección.

- ¿Qué pasa cariño?  -

- Los pantalones de mierda. -

- Eso se resuelve fácilmente. - Dijo con una sonrisita y se apoyó en el mueble para quitarle el pantalón; se lo fue soltando y él renegó con los dientes apretados, se lo bajó rápidamente hasta que cayó al suelo. Ya era evidente la erección de medio lado sobre el boxer ajustado que vestía así que continuó besándola jugando con su lengua y mordiéndola. Tiró de ella sobre el mueble y la tomó por la espalda para subirle la pijama, se la fue sacando por la cabeza y dejando de besarla para ello, la echó al suelo y luego hizo lo mismo con el brasier que prácticamente le arrancó. - ¡Ah Kat! Tócame. - Él sólo renegó de manera gutural y le mordió el hombro mientras con las palmas en las caderas comenzaba a tirar del resto de las ropas que ella tenía. Vilmente se las sacó y luego llevó sus labios a sus pechos, primero el derecho al que le pasó la lengua para luego apoderarse del pezón y succionar de este. - ¡Hah! - Y así el baño se llenó con los gemidos de Uraraka. - No... no juegues así. - 

- Ok, como quieras. - Katsuki se bajó el boxer y lo echó por ahí con el pie, entonces tomó a Ochako de las caderas y la deslizó por el mueble para cargarla en peso. 

- ¡Hey! ¿Sólo así? - 

- No mas juego previo. - Dijo haciéndola embonar en su pelvis. Ochako ya estaba bastante lubricada pero aún así sintió que él la partió en dos súbitamente. Aferrada a su espalda con uñas y dientes renegó y hasta lo golpeó con el puño. 

- ¡Katsuki! - 

- ¿Ah? - Dijo quedamente cargándola y girándose para apoyarla en la pared, entonces comenzó a penetrarla repetidamente haciendo que a ella se le olvidara que estaba por reclamarle. El bamboleo comenzó a ser constante y los pechos de ella a mecerse, él los besó y mordió y regresó a su rostro para besarla en los labios. "¡Maldita sea!" Se quejó mentalmente, su ceño se frunció y las venas de su frente se tensaron. "¡Imbécil!" Continuaban las quejas; su pecho se agitaba y no sólo por la faena. - Abrázame nena. - La llevó entonces a la regadera y abrió el agua; mientras esta se templaba y el baño se llenó de vapor continuó embistiéndola; Ochako gemía con cada sacudida  y lo ensordecía de manera sensual. 

~Espiando el Destino~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora