~Con el Paso del Tiempo~

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Amaneció y seguían en el tiempo que no les correspondía, Bakugou vio el cubículo en el que dormía y revisó su teléfono, no tenía señal pero se había podido conectar al Wi-fi del lugar por lo que algunas notificaciones le llegaron. *Su cuenta ha sido congelada por movimientos irregulares, favor de comunicarse con su banco de inmediato* Leyó entre las burbujas y se le fue el sueño de inmediato. 

- ¡Mierda no! - Se levantó y salió para tocar la puerta de la castaña. 

- ¡Hmmmm! - Se quejó guturalmente. 

- Oi abre. - Al escucharlo se sentó con el cabello todo revuelto y con saliva deslizando por la comisura de la boca pero ni siquiera pensó en acomodarse nada, sólo se deslizó y abrió aún sentada en la colchoneta. - ¿Qué coj...? No importa. - Iba a preguntarle qué le había pasado pero era evidente que estaba dormida 5 segundos antes de abrir la puerta.  - Mira. - Se hincó frente a ella y le puso el teléfono en la cara. 

- ¿Qué? - Preguntó adormilada, Bakugou le vio la saliva escurriendo del labio y se quiso reír pero sólo se quejó. 

- Espabila con un demonio que esto es importante. - Ochako entrecerró los ojos para leer y conforme iba leyendo fue cambiando de expresión a una de horror.

- ¿Cuándo pasó esto? - 

- Como hace una hora. - 

- Mmmm... ¿qué hora es? - 

- Las 8:15 de la mañana. - 

- O sea que a las 7 de la mañana, ¿qué banco trabaja a esta hora? - 

- Por teléfono atienden mas temprano, sobre todo si es una emergencia, mi otro yo pensará que lo están asaltando. - 

- Ni siquiera nos dio tiempo de retirar. - 

- Hay que contar cuando nos queda. - Ella asintió y se deslizó hacia su cartera en el escritorio al fondo del cubículo, él se levantó y regresó por la suya; volvió con ella pero se quedó parado en la puerta. 

- Entra. - Le dijo la chica mirándolo parado en el pasillo.

- No es... - 

- No debemos hacer esto en el pasillo. - Ella por supuesto se refería a contar dinero, pero él no se sentía cómodo estando en, lo que para fines prácticos, era su habitación, y más con ella recién levantada. Pero a regañadientes entró y cerró, entonces se hincó ahí mismo pegado a la puerta. 

Ochako sacó sus billetes y los contó, como se iban de campamento, ambos llevaban más dinero de lo normal, pero no iban a pagar hospedaje ni comidas, sin duda no era una cantidad como para vacacionar por la ciudad. 

- Tengo... 8,668 con... mmm... 95. ¿y tú? - 

- Son 32,300 y algo, no lo conté todo, dejé algunas monedas en el escritorio. - Dijo él. 

- No es mucho, tenemos que aguantar con esto. - 

- Podemos comer las sopas de aquí. - 

- No podemos estar aquí mucho tiempo, se vencerá a las 10 lo que pagué anoche. - 

- Pero oye... estaba pensando... oh bueno la verdad lo soñé y me da algo de miedo que pase. - 

- ¿Lo soñaste? - 

- Si... como me quedé pensando en eso antes de dormirme, quizás por eso lo soñé. - 

- ¿El qué? - 

- Algo que sé es que en los bancos se pueden ver los movimientos de la cuenta, algo así me dijo mi papá alguna vez. - 

- Ajá, ¿y? - 

~Espiando el Destino~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora