¿CITA?

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CASSIUS

Cassius subió a su coche, molesto y condujo en silencio hasta casa, hasta su casa. Y, bueno, quizá no fue un completo silencio, porque estaba maldiciendo en mil idiomas distintos a Rhys y a Ricitos de oro. ¿Qué hacía él allí?

Dos años atrás...

Cassius regresó de la universidad y lanzó su mochila al suelo, dejándose caer en el sofá. Soltó un suspiro, desesperado y cerró los ojos. Aunque no pudo descansar por mucho tiempo ya que en seguida escuchó las llaves de la puerta.

—¡Hola! —entró Rhys y dejó las llaves sobre la encimera de la cocina y se detuvo frente a Cassius—. Whoa, qué mala cara tienes.

Rhys era el compañero de piso de Cassius. A pesar de que Rhys era tres años mayor, Cassius buscaba un apartamento cercano a la universidad y este piso fue el mejor que encontró. Además se llevaba extremadamente bien con Rhys, era el compañero perfecto. Se habían vuelto íntimos amigos en los años que llevaba de universidad.

—He tenido días mejores —dijo pasando una mano por su cabello—¿Y tú? Pareces muy contento.

—Pues sí... ¡Me han ascendido! —dijo dando un salto.

—¿Cómo? —Cassius se incorporó.

—Pues sí. Ya no tendré que ser más un maldito becario, ¡Seré informático oficial en una empresa! ¿No es genial?

Cassius aún estaba asimilando todo aquello.

—¿Y dónde vas a trabajar?

—Ah... Sobre eso... —Rhys se pasó una mano por el cuello y se sentó en el sofá junto a Cassius—. Me voy.

Cassius parpadeó rápidamente, perplejo.

—¿Qué?

—El puesto de trabajo está muy lejos de aquí. No me da tiempo de llegar entre el piso y el trabajo... Me mudaré este fin de semana. —Rhys le puso una mano en el hombro a Cassius—. Lo siento, te echaré de menos, tío.

Cassius esbozó una pequeña sonrisa triste.

—Y yo.

Rhys se levantó del sofá y se dirigió hacia su habitación, pero antes, Cassius llamó su atención.

—¿Y dónde está la empresa? —quiso saber.

—Oh, es la empresa Bennedit, está en un pueblo llamado... ¿Cómo era? ¿Hillsh? Sí, creo que se llamaba así —dijo desapareciendo de nuevo en su habitación y cerró la puerta.

«Bennedit... Hillsh... Oh, mierda».

En el presente...

Cassius llegó a casa lanzó las llaves de mala gana en la mesita de la entrada. Se quitó su chaqueta y la tiró al suelo junto a su maletín. No estaba de muy buen humor y no tenía ganas de nada. Se dio una ducha rápida y se metió en la cama a pesar de no tener sueño.

No tomaba a su amigo por un
traidor-roba-novias.

Ups. ¿Novia? ¿Había pensado novia? No. Ricitos de oro no era su novia, y ahora ni siquiera parecía su amiga... Antes tenía un problema: Resolver el conflicto con Ricitos de oro, pero ahora tenía otro también: Adelantar a Rhys e impedir que salga con ella.

I d̶o̶n̶'t̶ want youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora