CASSIDY
Domingo. Quizá hubiera sido un buen día para descansar... de no ser porque Cassidy lo sobrepiensa todo y no dejaba de darle vueltas al asunto de la última semana, más concretamente ayer. Si seguía dándole tantas vueltas acabaría mareada.
Cassidy ahora no confiaba en Cassius ni en broma, sin embargo, quizá si tuviera razón en algo respecto a Rhys. Quizá sí que ambos se conocen y más de lo que se imagina, aunque no quiera admitirlo. Pero, en caso de que sea cierto que ambos se conocían de antes quiere decir que Cassius decía la verdad, y si él no había mentido respecto a eso... ¿Le habría dicho algo más que fuera verdad? Claro que, Cassidy tampoco es que le permitiese hablar mucho, las únicas veces que interactúan es por Cassius y todo acaba en pelea. Muchas veces se pregunta qué hubiera pasado si le dejase hablar —o si no se hubiera marchado, para empezar—.
Hoy no tenía nada más para hacer y la casa de Cassius estaba a tan solo unos minutos andando... La duda le carcomía por dentro.
—Hola, cariño —entró su madre a la habitación de repente—. Ayer no te vi con buena cara y no has salido del cuarto desde ayer... ¿va todo bien?
«Nada va bien» le hubiese gustado responder. Su madre conocía a Cassidy como la palma de su mano y sabía que algo pasaba, entre ellas dos había mucha confianza, así que no tuvo más remedio.
—¿Puedo preguntarte algo? —la voz de Cassidy era casi inaudible, pero no para su madre quien ya había tomado asiento en el borde de la cama junto a ella.
—Claro, ¿Qué ocurre? —quiso saber.
Cassidy tenía confianza con su madre pero tampoco quería dar demasiados detalles, así que lo propuso desde otra perspectiva.
—Si tienes la sospecha de que algo no anda bien del todo con otra persona... ¿Qué es preferible, saber la verdad aunque sepa que va a dolerte mucho o vivir en la ignorancia?
Había sido una pregunta muy obvia conociendo a su madre, pero tenía que recibir consejo de alguien.
Su madre le tomó unos segundos responder.
—A veces es bueno vivir en la ignorancia sí, pero la incertidumbre es mucho peor. No es lo mismo no querer saber algo, a sospechar de algo e intentar ignorarlo. La verdad duele, eso está claro, pero siempre es mejor quitarse el peso de encima de la verdad para poder avanzar antes que vivir preguntándote «¿y si...?».
—¿En serio esa es la mejor opción?
—Siempre lo es. A menos que seas una persona que pasa de los problemas y es capaz de llevar la mochila de las preguntas cargada en la espalda. Si la verdad duele, con el tiempo pasará, pero al menos te habrá quitado esa mochila —su madre le apoyó la mano en su rodilla.
Cassidy derramó una lágrima de pensar en lo que haría después.
Cassidy se acercó más y abrazó con fuerza a su madre.
—Gracias, mamá.
—De nada, pequeña mía.
Estuvieron abrazadas por un minuto hasta que la madre se separó y vio los ojos cristalinos de Cassidy.
—No llores, mi niña. Venga, lávate la cara y alegra un poco la cara. Eres muy joven, no puedes vivir ya en la amargura. Ya tendrás tiempo después
—bromeó y aquello le sacó una pequeña sonrisa a Cassidy.Su madre se levantó y salió de la habitación. Quizá fuera cierto, quizá debería quitarse la maldita mochila que Cassius le había cargado durante tantos años. El trabajo no era solo una nueva etapa y un nuevo comienzo, no podía empezar de cero algo que no había terminado aún. Sería fácil de hablar pero quizá muy difícil de superar al inicio. Pero era algo liberador pensar que al zanjar el tema, sí que pueda realmente rehacer su vida.
Cassidy se levantó casi de un salto, fue a ducharse y se vistió de manera arreglada con unos vaqueros y una blusa. Salió de casa y se encaminó hacia la casa de su antiguo mejor amigo. Al cabo de unos minutos llegó hasta el portal y en cuanto vio la puerta sus piernas empezaron a temblar.
Quizá no fuera tan fácil como pensaba. Inhaló profundamente y exhaló varias veces hasta que logró bajar un poco sus pulsaciones. Había tomado la iniciativa de salir para acabar con esto y eso haría, no iba a darse media vuelta como una cobarde. Por alguna razón, antes de caminar, Cassidy intentó mirar a través de alguna ventana, tenía la pequeña esperanza de que Cassius no estuviera en casa algo que sería bueno y malo a la vez. Sin embargo, no vio nada ni a nadie. El coche estaba ahí pero quizá ¿él podría haberse ido andando?
Un minuto después, Cassidy avanzó un par de metros más hasta que llegó a la puerta. Se quedó mirando fijamente el timbre. Un simple movimiento, tan simple como pulsar el botón y la conversación empezaría, y aún así se veía incapaz de mover el brazo para pulsarlo. Tal vez no estuviera tan lista como ella creía... ¿o sí?
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I d̶o̶n̶'t̶ want you
Fiksi RemajaÉramos grandes amigos... Y tú tuviste que estropearlo todo... ¡Por tu puta culpa me quedé traumada! ¿Esperabas que te recibiera con los brazos abiertos, o las piernas abiertas? Vete a la mierda, Cassius. ¿Por qué volviste ahora de repente?