CASSIDY
Ciertamente, Cassius y ella tenían una conversación pendiente, una conversación bastante gorda y que requeriría mucho tiempo de explicación —suponiendo que sus argumentos fueran creíbles—. Pero, a la vez, no quería tener esa conversación. Si hablaba con él, significaría también que iba a salir dolida, eso lo tenía claro y que iba a sacar el pasado. Pero ¿Y si realmente tenía una excusa y no pretendía hacerle daño? ¿Y si fue en contra de su voluntad? ¿Y si él no quería o no lo esperaba? ¿Y si...? Aunque, en caso de que él no tuviera la culpa, sí había sido culpable de haberla dejado con la duda durante una década entera y no contactar con ella.
Muchas de esas preguntas rondaban por la cabeza de Cassidy, lo cual era algo terrible, ya que necesitaba concentración con el trabajo. Intentaba no pensar en Rhys, en la discoteca, en la conversación con Cassius de hace unos minutos...
—... y esa es una buena fecha —dijo el jefe y después miró a Cassidy—. Señorita Cassidy, ¿Usted qué opina?
Todos la miraron —excepto Cassius quien seguía cabizbajo—. Aquello la puso nerviosa, le sudaban las manos y tuvo que secarselas con la chaqueta. Carraspeó para aclararse la voz y se levantó.
«¿De qué hablaban?» Cassidy intentó recordar la reunión. «Creo que era la fecha del lanzamiento.»
—Pues... —tragó con dificultad—. Yo creo que... —«Inspira, expira»—. Creo que antes de lanzar la aplicación es mejor asegurarse de la base en vista de que alguien la hizo en una noche. Y si tras el repaso todo va según lo previsto, quizá es buena idea hacernos publicidad en las redes para la aplicación como hizo la empresa adversaria.
Silencio.
El miedo se apoderó de Cassidy. No sabía si era un silencio bueno o malo. Algunos seguían observándola, otros intercambiaban miradas, y Cassius permaneció indiferente.
En un momento, el jefe de departamento entrelazó las manos sobre la mesa y la miró detenidamente.
Cassidy estaba al borde del desmayo cuando al fin habló:
—Me parece genial —se limitó a decir—. Tú —señaló con la cabeza a otro compañero—, encárgate de la publicidad. Una vez salga a la luz, podremos centrarnos en el próximo proyecto.
Cassidy asintió lentamente y se sentó despacio, a pesar de su temblor de piernas. Y sintió que su pulso volvió a bajar.
Tras la reunión, todos salieron de la sala.
Cassidy tuvo el impulso de quedarse y buscar a Cassius para hablar, pero para cuando quiso buscarlo, él ya no estaba.
No volvió a ver a Cassius en toda la semana.
***
Sábado. Quizá sería un buen día para descansar, pero Rhys recordó que habían quedado juntos para salir a correr y aquello mató a Cassidy.
Se puso ropa cómoda y salió a la calle. Rhys ya la esperaba afuera, llevaba unos pantalones cortos y una camisa tan ajustada que remarcaba sus abdominales, tanto como si se la pusiera a propósito para lucirlos. Cassidy intentó no ruborizarse ante la idea de... No.
—Buenos días, Cassidy —Rhys le sonrió.
—Buenos días —Cassidy le devolvió la sonrisa, un poco forzada a decir la verdad.
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I d̶o̶n̶'t̶ want you
Teen FictionÉramos grandes amigos... Y tú tuviste que estropearlo todo... ¡Por tu puta culpa me quedé traumada! ¿Esperabas que te recibiera con los brazos abiertos, o las piernas abiertas? Vete a la mierda, Cassius. ¿Por qué volviste ahora de repente?