CASSIDY
Cassidy y Cassius se conocen literalmente desde que nacieron. Fue una historia graciosa, la madre de Cassius compartió habitación con la madre de Cassidy el día que iban a dar a luz. La madre de Cassidy llegó antes, con contracciones fuertes, sin embargo no dilataba lo suficiente para poder salir Cassidy. En cambio, horas más tarde llegó la madre de Cassius. Ambas estaban desesperadas porque no dilataban, hasta que un par de horas después la madre de Cassius empezó a ponerse de parto... ¿Lo gracioso? Que treinta segundos después, la madre de Cassidy salió también disparada al paritorio, y Cassius nació un 1 de septiembre a las 23:45, y Cassidy nació el 2 de septiembre a las 00:13.
Una gran coincidencia que ambas madres coincidieran en ese mismo día por aquella razón, y que éstos dos más tarde terminasen juntos (como amigos). Coincidieron en la misma escuela, en la misma clase... Ambas madres también iban congeniando mucho hasta llevarse increíblemente bien; los padres también, hasta el punto de organizar cumpleaños juntos. Y es que una cosa lleva a la otra y así están, o... estaban.
Qué tiempos aquellos, donde Cassius y Cassidy eran uña y carne...
Era una noche fría de invierno, Cassius se encontraba frente la casa de Cassidy. Éste le lanzó una piedrita a la ventana de la habitación de la chica. No pasó mucho tiempo cuando ésta descorrió las cortinas y abrió su ventana. Se apoyó en el marco de la ventana y se llevó un dedo a los labios, indicándole silencio a éste.
Cassius asintió, usó el árbol de al lado como soporte de impulso y se aferró al marco de la ventana de Cassidy. Ella le ayudó a introducirse en su habitación.
—Vaya, me sorprendes cada vez más, hoy llegaste incluso antes, Cassius.
Éste esbozó una leve sonrisa con las manos metidas en los bolsillos.
—Me ofende que me tomes por un tardón.
—Es que lo eres.
Cassius negó con la cabeza, se quitó la chaqueta y la dejó caer por alguna parte del suelo de la habitación pues no veía nada más que a Cassidy. Se dejó caer en la cama de la chica. Ésta se tumbó junto a él, ambos quedaron mirando hacia el techo. El silencio reinaba en la habitación, tan solo se escuchaban los grillos del exterior.
—¿No te aburres nunca? —preguntó Cassius sin mirarla.
—¿Contigo? Nunca.
Cassius negó con la cabeza.
—No me refiero a eso. Quería decir, ¿No te cansa... este sitio?
—¿Por qué te pones ahora tan profundo? —le miró ella.
—Solo quería decir que... este pueblo, Hillsh se nos queda ya pequeño... Es simplemente aburrido. ¿No querrías ir más allá?
—Quizá, pero aquí tenemos prácticamente la vida hecha. Y acordamos de pequeños que nos quedaríamos juntos para ir a la misma universidad y, con suerte, trabajar incluso en la misma empresa, la mejor empresa del señor Bennedit ¡Fue idea tuya!
—Lo sé, pero... —Hizo una breve pausa— Oye, Cassidy tengo que contarte algo...
El crujir de los peldaños de la escalera de madera interrumpió a Cassius.
Alguien se estaba acercando.
Cassius no dudó y se escondió bajo la cama, acto seguido, Cassidy se acostó y se arropó en la cama. Segundos más tarde, su madre entró en la habitación. Cassidy fingió que su madre la había despertado, no el que se encontraba ahora mismo bajo su cama.
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I d̶o̶n̶'t̶ want you
Novela JuvenilÉramos grandes amigos... Y tú tuviste que estropearlo todo... ¡Por tu puta culpa me quedé traumada! ¿Esperabas que te recibiera con los brazos abiertos, o las piernas abiertas? Vete a la mierda, Cassius. ¿Por qué volviste ahora de repente?