ADVERTENCIA DOLOROSA

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CASSIDY

Cassidy no solía bailar, solo bailaba con Cassius en las fiestas del pueblo, pero desde que él se fue, Cassidy dejó de ir a las fiestas y se le quitaron las ganas de bailar. De hecho, no había vuelto a bailar hasta esta noche, y se sintió de maravilla.

Bailaron como si ellos fueran los únicos en la pista, haciendo el tonto entre otras cosas. Una hora más tarde, Cassidy empezó a fatigarse.

—He perdido bastante el ritmo —dijo mientras tomaba un vaso de agua.

—¿Hace cuánto que no bailas?
—preguntó Rhys entre jadeos.

Terrible pregunta para hacer. Mejor cambiemos de tema.

—Mucho. Y tú bailas demasiado bien como para «no soler hacerlo».

Rhys soltó una corta carcajada.

—Llamémosle un «don».

—Un don —repitió Cassidy.

De pronto, Rhys se llevó las manos a los bolsillos y vio la pantalla iluminada de su móvil.

—Vaya, me llaman. ¿Te importaría esperarme un momento?

—Claro —asintió Cassidy.

Vio cómo Rhys salía del local y se llevaba el móvil al oído. Mientras tanto, Cassidy descansaba sentada en una silla junto a la barra.

Pasaban los minutos y Cassidy empezaba a aburrirse, ¿Se habrá ido Rhys? Cuando se giró para salir, alguien la agarró del brazo, sin embargo, Cassidy se zafó del agarre.

—¡Hey! —al ver quién era, su cara cambió a completa decepción—, ¿Qué coño haces aquí?

Cassius estaba parado frente a ella y no tenía muy buena cara.

—¿Por qué no contestabas mis llamadas ni mensajes?

Cassidy frunció el ceño, confusa. Miró su móvil y vio que en la pantalla tenía varias llamadas perdidas y mensajes de Cassius.

—¿A que jode que te ignoren? —dijo mientras guardaba el móvil en su bolso—. No eres el más indicado para echarme eso en cara.

Cassius se mordió el labio inferior.

—Escúchame, yo...

—No. Quiero. Hablar. Contigo. Ahora.

Cassidy volvió a hacer el intento de salir, pero Cassius la agarró con más fuerza.

—Me. Da. Igual. Me vas a escuchar.

—Cassius, no me jodas la noche. ¿No tuviste suficiente aquella noche?

Los dos sabían a la noche a la que se refería, aquella fatídica noche en la que Cassius se marchó sin más...

—Cassidy, tienes que alejarte de Rhys.

—Oh, claro. Y, por supuesto, debo hacerle caso al chico que me dejó tirada. Piérdete, Gaidhen.

—¿Ahora ni me llamas por mi nombre?

—No lo mereces.

Se hizo un completo silencio entre ambos, solo se escuchaba la música de fondo. Cassius apretó los labios.

—Él no te conviene.

—¿Me lo dices precisamente ?

Cassius dio un tirón para acercarla más a él.

—No sabes en qué jardín te estás metiendo.

—¿Y tú sí?

—Por desgracia, sí.

Y, de nuevo, completo silencio.

Cassidy no sabía de qué diablos estaba hablando Cassius. ¿Por qué le decía todo aquello? ¿De verdad estaba montando esa escenita como un niño pequeño celoso? Aunque, en cierto modo, le satisfacía un poco pensar que Cassius podía estar realmente celoso. La cuestión es... ¿Por qué?
¿Por qué decía todas esas cosas? ¿Era real o solo las decía para que Cassidy se mantuviera alejada de Rhys?

—No tengo por qué creerte.

Cassidy dio un tirón fuerte hasta zafarse de su agarre. Esperaba que Cassius la retuviera de nuevo, pero no; solo se quedó ahí parado frente a ella, ligeramente sorprendido y un tanto serio.

Ambos estaban ahí parados, uno frente a otro, mirándose fijamente, en silencio...

Finalmente, Cassius pasó una mano por su pelo, frustrado.

—No me importa que no me creas..., pero hago esto por ti.

—No pienso confiar en la palabra de un desconocido.

Cassius abrió los ojos como platos.

—¿Un desconocido? ¿Es en serio?

—¡Sí! Yo creía que te conocía, pero después de que te marcharas sin un por qué... Ahí entendí que quizá no sabía tantas cosas de mi mejor amigo como pensaba.—Hizo una breve pausa—. Ahora... lo único que queda ahora solo son las cenizas de lo que una vez fuimos. Eso es todo.

Cassius apretó los labios y cerró los ojos. Parecía lastimado, pero a Cassidy no le importaba, cualquier mínimo daño que recibiera Cassius le parecía poco.

—Tenemos que hablar —terminó diciendo Cassius.

—¿Ahora? Ni de coña. Déjame en paz de una maldita vez, y deja que termine bien la noche con Rhys.

El semblante serio de Cassius cambió por uno de tristeza. Finalmente, Cassius asintió y empezó a alejarse de Cassidy.

—Muy bien. Haz lo que quieras. ¿Quieres pasarlo bien con él? ¿Tirartelo? Haz lo que te dé la gana, pero que conste que te advertí...
—Hizo el ademán de girarse pero se detuvo—. Ah, y Cassidy... que sepas que esto—señaló a Cassidy y a él mismo con el dedo— no ha terminado aquí. No voy a volver a alejarme y... no volví al pueblo por el empleo...

«¿No volvió por el empleo? ¿Entonces...? ¿Alejarse de mí? ¿Advertirme? ¿De qué habla? ¿Por qué insiste tanto?» se preguntaba Cassidy.

Cassius empezó a dar más pasos hacia atrás hasta que se perdió en la multitud. Una parte de Cassidy quería ir a buscarlo y pedirle explicaciones; pero otra parte quería terminar bien la noche, pasarlo bien con Rhys, olvidarse de Cassius...

Ya sabéis por cuál opción optó Cassidy, ¿no?

I d̶o̶n̶'t̶ want youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora