Ya pasaron algunos días desde el almuerzo. Fermín había regresado hace poco a Barcelona porque fue de emergencia a visitar a su familia el fin de semana.
Ahora mismo estábamos desayunando Fermín y yo. A veces creo que sería mejor vivir todos juntos que tener dos pisos diferentes, ya que Fermín pasa más tiempo aquí que en su casa. Terminé de comer y volví a mi habitación para arreglar lo que tenía que llevar a la universidad.
- ¡Me voy! - alcé la voz avisándole a Fermín y a mi hermano, que al parecer seguia sin despertar aún.
- ¿Quieres que te lleve? - preguntó Fermín llevándose la última cucharada de cereal.
- No te quiero molestar, de seguro tienes otras cosas por hacer - dije agarrando mi bolso.
- Que va, si no tengo nada hasta dentro de unas horas que voy al entreno - mencionó levantándose y agarrando las llaves del coche.
- Venga, acepto la propuesta - dije, el asintió mientras se levantaba de dónde estaba, mientras yo me dirigía a la habitación de Pablo, de seguro se volvió a dormir. - Pablo, ya me voy, nos vemos por la noche - dije desde la puerta.
- Vale, ten cuidado, y si necesitas algo me llamas. - dijo dándose la vuelta mientras abrazaba su almohada.
Salí de la casa asegurándome de cerrar todo y bajé hacia el estacionamiento, donde ya se encontraba Fermín esperándome en el coche. El aire fresco pegó en mi rostro e hizo que me sintiera un poco más despierta, y noté que el cielo estaba despejado, hacía un día muy lindo a decir verdad, eran alrededor de las 11:30 de la mañana.
- ¿A qué horas sales, Mimi? - dijo con la mirada al frente. Tenía mucho tiempo de no escuchar que me dijera Mimi, y al hacerlo recordé todos los años que he estado pillada de él.
- Hasta las 17:00, ¿Por qué? - pregunté buscando mi móvil en el bolso, más para ocultar mi rubor que por otra cosa. Detestaba que me pasará esto cada vez que pienso en él y lo mucho que me gusta. Cuando comencé a sentirme atraída por él, pensé que iba a ser de esos tíos que te gustan poco tiempo y ya luego te dejan de gustar, como me llegó a pasar algún tiempo con Fernando, el hermano de Pedri, pero con Fermín ha sido completamente diferente todo lo que llevo de conocerlo.
- Pues para pasar por ti, boba - dijo mirándome de reojo y sacándome de mis pensamientos. Analicé su rostro; tenía la cara más marcada que la última vez que nos vimos, y sus ojos se veían preciosos cuando le pegaban los rayos del sol. Parecía más adulto, más seguro de sí mismo, y eso me hacía sentir más nerviosa.
- No tienes por qué - dije negando para salir de mis pensamientos nuevamente, esto se me está saliendo de control. - De verdad, puedo coger el autobús o algún Uber.
- No quiero que te pase nada, mejor paso por ti - me sonrió.
- Vale, si te queda bien me avisas - dije quitándome el cinturón porque ya habíamos llegado. Intenté no mirarlo demasiado para que no notara mi nerviosismo. Un nervisismo que yo sola estaba creando.
ESTÁS LEYENDO
Jugadas del corazón | Fermín López
Fanfiction❝ Nunca entendí cómo era el amor realmente, pero lo sentí por primera vez al mirarte a los ojos ❞ Con el regreso de Emilia a Barcelona, se reviven sentimientos en el dueño del dorsal 16 del famoso club, quien siempre ha estado secretamente enamorado...