❝ Nunca entendí cómo era el amor realmente, pero lo sentí por primera vez al mirarte a los ojos ❞
Con el regreso de Emilia a Barcelona, se reviven sentimientos en el dueño del dorsal 16 del famoso club, quien siempre ha estado secretamente enamorado...
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Habíamos regresado a España hace unos días, los chicos estaban de vacaciones antes de empezar la temporada, por lo que decidieron que iríamos a Ibiza unos días para despejar, y digo que "decidieron" porque a mí no me habían dejado opción. Con respecto a la universidad, deje de ir presencial aprovechando que era el final de semestre, solo presente los últimos exámenes y cambie a clases virtuales, a decir verdad, Pablo y Fermín me habían convencido.
- ¿Ya tienes las cosas listas? - preguntó Pablo.
- Si - termine de cerrar mi maleta.
- ¿Y te quedarás a vivir allá? - preguntó frunciendo el ceño, hasta parecía que esa era su cara habitual de tanto que la hacía.
- Ay, Pablito, creo que te vas a arrugar a temprana edad.
- Calla, ojalá me pagarán cada vez que alguien me dice eso o cada vez que lo leo por Twitter - rodó los ojos y se dejó caer en mi cama.
- Es que la gente se preocupa por tu juventud - bromeé.
- Oye, quería que habláramos sobre algo, pero es que no se cómo lo vas a tomar - está vez su rostro estaba neutral.
- Venga, dime - me extrañaba la situación.
- Bueno, lo que pasa es que... Hablamos con Fermín sobre eso de estar viviendo así, y concluimos que es más fácil alquilar una casa que estar en dos pisos diferentes, si parece que viviéramos en el mismo, pero te quería preguntar si te apetece que vivamos con él, lo digo porque como están comenzando a ser pareja puede resulta un tanto incómodo para ti - se rasco la nuca, suele hacerlo cuando está un poco nervioso.
- Mmm... Pues por mi no hay problema, si parece que es así ya - le reste importancia, pensaba que iba ser un tema un poco más difícil de hablar pero no fue así.
- Bueno, entonces le diré a Fermín para ir buscando opciones - me sonrió levantándose.
- Vale - le sonreí también. Al verlo salir de la habitación, comencé a pensar en que no colaboro económicamente en nada aquí, lo que me hace sentir completamente inútil y me lleva a sobrepensar, sintiendo que soy una carga para Pablo.
Agarré mi computadora y comencé a buscar algunas opciones para trabajar desde casa. La única que se me ocurría era empezar a aceptar colaboraciones con marcas. No soy creadora de contenido, pero por ser hermana del gran Pablo Gavi, a veces me suelen enviar cosas para recomendar a mis seguidores. Aunque ya lo había hecho antes, nunca había pensado en hacerlo de forma seria.
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