XI

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Al alejarme de Fermín no pude evitar pensar en Joaquín, no sería correcto salir con él luego de que Fermín y yo nos hayamos confesado nuestros sentimientos

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Al alejarme de Fermín no pude evitar pensar en Joaquín, no sería correcto salir con él luego de que Fermín y yo nos hayamos confesado nuestros sentimientos.

- ¿Que harás con Joaquín? - preguntó Fermín con un tono preocupado.

- No se cómo decirle, pero tengo en claro que no iré a la cita. No quiero darle falsas esperanzas, menos ahora que sabemos lo que sentimos.

- ¿Quieres que vaya contigo? - preguntó tomando mi mano.

- No te preocupes. Creo que es algo que debo hacer sola - le sonreí - Pero, gracias por ofrecerte.

Justo en ese momento me llegó un mensaje de Joaquín diciendo que ya estaba abajo. Fermín me acompaño hasta la puerta y me dió un beso en la mejilla antes de salir, a lo lejos ví a Pablo sonreír desde la cocina.

- Hola, Emi - dijo al verme aparecer. Estaba apoyado en su auto - ¿Nos vamos?

- Hola, Joaquín - le sonreí levemente - Necesito decirte algo.

- Claro, dime - su tono cambió a uno más serio al notar mi expresión.

Respiré hondo y le expliqué todo, desde mis sentimientos por Fermín hasta lo que había pasado entre nosotros hace un rato. Joaquín escuchó en silencio, pero su expresión se endurecía con cada palabra.

- Entiendo - dijo finalmente, aunque su voz mostraba un poco de decepción - Pero, Emilia, quiero que sepas que no me voy a dar por vencido. Todavía creo que podríamos tener algo especial, y no voy a renunciar a conquistarte.

Me quedé sin palabras, sorprendida por su persistencia. - Joaquín, te agradezco que seas sincero, pero mis sentimientos por Fermín son muy fuertes. No quiero hacerte daño ni darte falsas esperanzas.

Él asintió lentamente, pero sus ojos mostraban una chispa de desafío - Lo entiendo, pero al menos quiero intentarlo. Si alguna vez cambias de opinión, estaré aquí.

Después de despedirnos, regresé a casa con el corazón acelerado. No podía dejar de pensar en la conversación con Joaquín y en lo que podría significar para mi futuro con Fermín. Al entrar, lo encontré esperando en la sala, visiblemente preocupado.

- ¿Cómo te fue? ¿Se lo tomó bien? - preguntó, levantándose rápidamente.

- A decir verdad, mal no se lo tomó, pero me dijo que no se iba a dar por vencido - confesé, no veía la necesidad de mentirle. A decir verdad estaba nerviosa por su reacción.

Fermín me abrazó con fuerza tomándome por sorpresa - No importa lo que él diga o haga. Lo importante es lo que tú sientes y lo que queremos nosotros.

Asentí, lleve mi mano a su mejilla y lo acaricie con mi pulgar - Tienes razón. Y lo que quiero es estar contigo, sin importar lo que pase.

Luego de eso nos sentamos juntos en el sofá, abrazados, dejando que el silencio hablara por nosotros. Después de un rato, Fermín me miró con una sonrisa suave.

Jugadas del corazón | Fermín LópezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora