IV.

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- ¡VENGA PABLO! - grité desde la puerta

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- ¡VENGA PABLO! - grité desde la puerta.

- Que no grites, loca - dijo apresurado.

- No gritaría si estuvieras listo a tiempo, que Fermín lleva mil años esperando en el coche - dije míralo mal.

- Que vamos a una discoteca, no a un puto partido, niña - terminó de ponerse el zapato que traía en la mano.

- No es por eso, que vergüenza hacer esperar a Fermín tanto tiempo - le pegue una colleja mientras el cerraba la puerta con llave.

- Es Fermín, da igual - dijo mientras se tocaba el golpe.

Cuando llegamos donde nos esperaba solo nos subimos sin que Fermín nos dijera nada, como se nota que Pablo lo tenía mal acostumbrado a tardarse mil años.

- ¿Va Alicia? - le pregunto Fermín a mi hermano.

- Ni idea, no le he vuelto a hablar.

- Raro fuera que lo hicieras. - rió.

- He invitado a un amigo. - solté cuando el coche se encontraba en silencio, sentí como Fermín dió un frenon haciéndome ir hacia el asiento de Pablo.

- Tío, ¿Por qué frenas así? - pregunto Pablo un poco cabreado.

- Perdón - rió - Es que me me ha dejado tonto Emilia.

- Pero si no he dicho nada malo.

- Venga, que nos has sorprendido soltando eso de golpe - dijo Pablo.

- Es que no entiendo que les sorprende tanto.

Y es verdad, no estoy entendiendo lo que viene siendo nada.

- Pues que nos has descolocado, que pensábamos que no tenías amigos acá en Barcelona, si acabas de regresar - dijo Pablo mientras que Fermín seguía el camino.

- A ver, que es un amigo y ya está, ¿Tan rara es la cosa?

Yo es que de verdad no comprendo.

- Pues nada hermana, raro, raro no es, pero ya te he explicado, no sabíamos que tenías amigos tan pronto.

Auch, yo sé que soy medio antisocial pero me han descolocado un poco sus comentarios.

Cómo ya habíamos llegado al club sólo me baje del coche sin decir mucho más.

- ¿Te has enfadado? - pregunto Fermín apresurando el paso para alcanzarme. No le contesté y seguí caminando - Mimi, no te puedes enfadar por eso - dijo agarrándome del brazo.

- ¿Quieres que brinque en un pie de la felicidad? - dije tajante.

- No iba en mal plan, solo nos ha sorprendido porque llevas mucho tiempo sin vivir en Barcelona, pensábamos que no tenías amigos acá. - intento explicar la situación, mientras que Pablo había ignorado todo y se había ido para adentro de una.

Jugadas del corazón | Fermín LópezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora