- ¡BUENOS DÍAS! - dije emocionada, la noche anterior la había pasado muy bien con mi mejor amigo y los chicos.
- Calla, niña, me duele la cabeza - gruñó Pablo.
- Nadie te obliga a beber tanto, Pablito - dije, dándole un beso en la mejilla de buenos días.
- Nadie te obliga a andar gritando a las 9 de la mañana, Emilita.
- ¿Tienes hambre? - pregunté buscando qué hacer de desayuno.
- Un poco, sí, pero deseo más un café cargado - no terminó de decirlo cuando puse la cafetera a trabajar.
- Vale, haré de comer entonces - comencé a sacar las cosas.
- ¿Qué harás? - levantó la mirada de su móvil.
- Tortilla - tenía que preparar algo que fuera acorde a la dieta de él y algo que me gustara a mí.
- ¡BUENOS DÍAS, CHIQUILLOS! - escuché un grito desde la puerta principal, era Fermín.
Volteé a ver a Pablo, que hacía señas de querer estrellar su cabeza contra la isla de la cocina. Me reí por la situación.
- ¿Por qué gritas? - dijo sosteniéndose la cabeza mientras Fermín entraba en la cocina.
- Pues porque es un lindo día y porque nadie te ha obligado a tomar tanto, Pablito - dijo repitiendo casi lo mismo que yo le había dicho.
- ¿Se ponen de acuerdo o qué? - rodó los ojos.
- Vaya amargado - dijo Fermín, acercándose donde estaba yo cortando las verduras. - ¿Qué haces, Mimi?
- El desayuno, ¿tú comiste? - pregunté dejando de cortar para poder abrazarlo. Él me recibió el abrazo acariciando mi cintura con su pulgar.
- No, pero si me haces a mí también, te invito a comer por la tarde.
- Sin que me invites la comida te lo habría hecho - me separé del abrazo para volver a lo que estaba haciendo.
- Eres la mejor, ¿necesitas ayuda?
- Vaya, por fin alguien que se ofrece - dije tirándole una indirecta a mi hermano, que solo rodó los ojos ignorándome mientras Fermín solo reía. - No te preocupes, puedo hacerlo todo sola, solo quería vacilar a Pablo.
- Bueno, pues iré a fastidiarlo un poco en tu honor - eso lo dijo en susurro.
Reí y vi cómo se le tiraba encima a Pablo, que si no fuera porque su dolor de cabeza era más grande que él, lo habría golpeado o algo.
Terminé de hacer la comida y serví, los chicos ya habían puesto la mesa.
- ¿Tenéis entrenamiento? - pregunté.
- No, hoy no, hasta mañana temprano.
- ¿Y qué tenéis planeado hacer hoy?
- No mucho, yo he quedado con Pedri, lo acompañaré a grabar algo para la campaña que tiene con los plátanos - dijo Pablo, soltando una risita.
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Jugadas del corazón | Fermín López
Fanfiction❝ Nunca entendí cómo era el amor realmente, pero lo sentí por primera vez al mirarte a los ojos ❞ Con el regreso de Emilia a Barcelona, se reviven sentimientos en el dueño del dorsal 16 del famoso club, quien siempre ha estado secretamente enamorado...