Capítulo 25 "Malas noticias"

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Otro día más, y aquella sensación de ahogo seguía allí. Hincándome la piel, martirizando mi cabeza. No hacía más que estar pendiente del teléfono por si el Dr. Triana llamaba, y a la vez tenía pavor de que lo hiciera. Sentía que enloquecería en cualquier momento, pensando que nada podría ser peor.

Vivian esa tarde fue a llevarme algo de cenar, como había estado haciendo pese a haberle dicho de todas las maneras posibles, que no era necesario. Ya podía hacer ciertas cosas sola y aunque no debía forzar aún el pie fracturado, me las ingeniaba bastante bien. Me reclamó por encontrar en la nevera algunos pozuelos con comida casi intactos de días anteriores, y lanzó algún que otro regaño más, como si ella fuese una madre tratando de "entrar en cintura" a su hija adolescente y rebelde.

        — Hoy vi a Tania - me dijo mientras limpiaba un poco la cocina.

Algo dentro de mi se prendió de golpe. Quería preguntarle todo, "¿dónde? ¿Cómo está? ¿De qué hablaron? " pero me quedé paralizada.

Me miró de reojo como esperando alguna reacción específica de mi parte. Y siguió hablando cual radio prendida transmitiendo la novela del mediodía, sin dejar su quehacer.

         — Pasé por su cafetería temprano a desayunar antes de ir a la Galería y me pareció raro que tuviese el cartel de "cerrado" hoy Miércoles. Y bueno, sabes que me gusta caminar...así que seguí bordeando toda la calle para ver si encontraba donde tomarme un café "medio decente"...y nos tropezamos ahí...en la esquina de la Editorial esa en la que trabaja...o bueno, mejor dicho "trabajaba"...la vi como aturdida, no sé...como nerviosa , la pobre...no es fácil que te despidan así como así. Y más cómo están las cosas en este país...

Mi cerebro hizo cortocircuito.

           — ¿Cómo que la despidieron?! ¿Por qué ¿Qué pasó? - pregunté descolocada.

  Se volteó un momento y me miró achinando los ojos.

           — ¿Pero y ese interés de repente? - me dijo burlona - Yo creí que no te importaba nada que tuviese que ver con ella.

           — Que no la quiera cerca no significa que no me importe - aclaré devolviéndole el gesto - ¿Te contó por qué la despidieron ? ¿¡O no!?

        — Bueno ella no me quiso dar detalles, a penas nos saludamos y siguió como alma que se llevaba el diablo...

    Crucé los brazos decepcionada.

        — Perooo...como este mundo es un pañuelo, y rodando las piedras se encuentran...– siguió diciendo.

   Me estaba comenzando a poner nerviosa.

       — Me encontré con Lina...¿te acuerdas de Lina?! La periodista que hizo la reseña aquella tan linda para el periódico hablando de la Galería en el 5to Aniversario...

        — ¡Uyyyy! Vivian por dios! ¡Sí sé quien es Lina...ve al punto por Dios santísimo! - exclamé a un paso de la desesperación.

          — Bueno pues nada, que le pregunté si sabía lo que le pasaba a Tania, y todo parece indicar que no pudo entregar a tiempo la redacción para su columna en la Revista, y según mis cálculos...creo que la fecha límite que le habían puesto coincidía con los días posteriores a tu accidente. Sabes que ella no quiso moverse del hospital ni un solo día...

Sencillamente no lo podía creer. Tenía que ser una pesadilla. "Encima de todo, había perdido su trabajo por mi culpa." No tengo palabras exactas para describir cómo me sentí en ese justo momento. Tuve ganas de salir corriendo a buscarla. Pero no estaba segura ni de poder correr, ni mucho menos de poder remediar la penosa situación. No quería ni imaginar siquiera cómo estaría sintiéndose, aunque aquello solo era el principio.

          — Y va a ser verdad eso de que los problemas llegan por pares - dijo recostándose de espaldas al borde de la meseta - La pobre debe de estar como loca...porque al parecer pusieron una "denuncia anónima" a la cafetería en el despartamento de Higiene, reportando "manipulación indebida" de los alimentos y cosas así, y puede que hasta le cierren el negocio.

  Estaba en shock. ¿En qué momento había podido suceder todo eso?! ¿Por qué la vida se ensañaba de aquella manera con Tania? ¿Por qué a ella? Y sobre todo...¿Qué se suponía que debía hacer para intentar salvarla de la tormenta que en un inicio yo misma había  provocado?! Quizás aquella era la manera que tenía el universo de hacerme saber que mis problemas no eran "el centro del mundo".

Cuando las Almas se encuentran Donde viven las historias. Descúbrelo ahora